Myriam Bregman acaba de salir del debate por la ley de Humedales en Diputados cuando atiende el teléfono. “Aún no pude ver los dictámenes por ninguna de las dos fuerzas los compartió”, se queja ante elDiarioAR, luego del sorpresivo resultado del plenario de comisiones de este jueves: la oposición obtuvo el dictamen de mayoría, mientras el oficialismo logró un despacho en minoría, reflejo de la presión de los gobernadores peronistas de las provincias mineras. “La oposición a la ley de Humedales es transversal en el Frente de Todos y Juntos por el Cambio”, denuncia la legisladora del Frente de Izquierda-Unidad, que acompañaba la iniciativa consensuada con cientos de organizaciones ambientales y sociales.
“La esencia del Gobierno está puesta en conseguir dólares para el FMI y mediante el extractivismo”, dice “la Rusa” desconfiando del compromiso ambiental del kirchnerismo. También califica de “ajuste brutal” el “plan de estabilización económica” de Sergio Massa y busca desarmar la narrativa oficialista: “El FdT fracasó en su contrato electoral, dijeron que venían a terminar con la herencia macrista y la profundizaron”.
En esta entrevista advierte sobre la “radicalización de la derecha” y plantea el desafío del trotskismo, en la previa a una serie de asambleas que el PTS hará en todo el país en un contexto de aumento de la conflictividad social, marcada por el regreso de los piquetes frente el Ministerio de Desarrollo Social y las masivas movilizaciones de los trabajadores de la Salud en la ciudad de Buenos Aires: “¿Solo nos queda aguantar los golpes, los recortes o hay que enfrentar esto? ¿Y los que la están enfrentando, cómo se coordinan entre sí para no seguir peleando por separado?”, se pregunta.
–Estuvo en el debate de comisiones por la ley de Humedales, donde sorpresivamente Juntos por el Cambio tuvo el dictamen de mayoría, frente al oficialismo que quedó con el de minoría, y que tenía cierto consenso ambiental y social. ¿Qué expectativa tiene sobre el proyecto en Diputados?
–Nuevamente se impuso el método que manejan los dos bloques mayoritarios: negocian entre ellos, se ponen de acuerdo, y el resto de los bloques nos vamos enterando en la misma reunión qué es lo que están hablando. Esta pelea para nosotros es propia porque hemos participado de todas las marchas por la ley de Humedales. Nos hubiese gustado que se democratice la información y ser parte de esa discusión. La ley no es propiedad de nadie, se construyó con más de 200 organizaciones. Por ende, aquellos que quieran bajarse o cambiar cosas de ese proyecto consensuado tienen que explicar por qué lo que se vio es lo contrario: Se vio a Juntos por el Cambio muy decidido y organizado alrededor de un proyecto, y al Frente de Todos queriendo mantener un discurso de que iban a sacar una ley sí o sí, haciendo concesiones a sus propios sectores que están en contra, que finalmente no vinieron a firmar el dictamen.
–¿Cómo analiza el proyecto de JxC?
–Ellos priorizan la producción. Lo que no dicen es qué tipo de producción: una producción que destruye el medio ambiente, que perjudica a las comunidades, que está llevando a que en Rosario y las ciudades aledañas no se pueda respirar. Se unificaron alrededor de esa postura, mientras el FdT quiso hacer algunas concesiones para que firmaran las provincias mineras y esto no ocurrió, con lo cual fuimos al peor de los escenarios, que es que el dictamen de mayoría es el que propuso JxC.
–¿Qué expectativa tiene sobre lo que pase en el recinto? Porque siendo el de JxC el de mayoría tiene que votarse primero.
–Hay que ver qué llega a la sesión, porque JxC tiene que lograr la mayoría en la sesión. Una cosa es tener la mayoría en un dictamen y otra tener la mayoría en la sesión. Lo que se está viendo desde el comienzo de esta discusión es que la oposición a la ley de Humedales es totalmente transversal en los dos bloques.
En el FdT se tienen que hacer responsables por el fracaso de la ley de Humedales, porque en un año hay elecciones de nuevo y vuelven a pintarse la cara de ambientalistas
–¿La ley de consenso social fracasó por la interna en el oficialismo? Porque la ausencia de diez diputados oficialistas podrían haber dado vuelta el “poroteo” de firmas.
–Hay un lobby minero muy fuerte, aunque no niego el lobby del agronegocio o de la ganadería intensiva. Y tiene mucha promoción desde el Poder Ejecutivo, por el negocio del litio y otros minerales. ¿Entonces, por qué esos diputados no se van a sentir fuertes y habilitados para faltar a firmar un dictamen? Lo que pasa es que también esto reabre otras discusiones. Cuando nosotros desde el FIT solicitamos integrar la Comisión de Recursos Naturales se nos negó y se le dio la posibilidad a estos diputados, que después terminan jugando para el lobby minero y no para defender el ambiente.
–¿Finalmente terminó ganando el lobby de las mineras y los gobernadores?
–Decir los gobernadores es una metáfora, porque es la presión de las empresas multinacionales que en las distintas provincias están haciendo su negocio y que saben que la ley de Humedales es un escollo, algo que esto también desde el FdT se repite mucho: que esta ley no es anti-productiva. Eso es falso y hay que decir la verdad con todas las letras: una buena ley de Humedales choca contra lo que están haciendo en muchas provincias, como por ejemplo el saqueo de litio, porque destruyen los ríos para llevárselo y nadie les pide ningún mínimo cuidado ambiental. Ese cuento de que vamos a explicar que esta ley no es anti-producción… cuando en particular ataca a los negocios más concentrados. El único objetivo que tiene este gobierno es pagarle al Fondo Monetario, entonces no está dispuesto a rifar y no habilitar el saqueo para conseguir dólares. Imaginate que la ley de Humedales queda completamente subordinada y por eso esos diputados que no vinieron a firmar se sienten totalmente impunes para hacerlo.
–¿No le cree al sector del oficialismo que impulsaba la ley?
–El Frente de Todos hizo campaña electoral diciendo “ley de Humedales, Sí”. Entonces, se tienen que hacer responsables, porque en un año hay elecciones de nuevo y vuelven a pintarse la cara de ambientalistas. Esto es un descaro, es una mentira total. Le decían a la gente “votanos a nosotros, porque nosotros te vamos a dar la ley de Humedales”. Y si pasó lo que pasó y salió el dictamen de JxC es porque el FdT tiene compromiso con las mineras. ¿Quién se hace responsable de eso? ¿Qué explicación van a dar del spot? Esto es un punto de quiebre importantísimo porque hacen muchísima demagogia y después te dicen que tenés que votarlos a ellos para frenar a la derecha. Los votos que pidieron en pos de la ley de Humedales y de enfrentar a la derecha, ¿frenaron la derecha o dejaron que la derecha saque su dictamen? ¿No será que la derecha la tienen adentro?
–Hasta Máximo Kirchner fue a firmar el dictamen del consenso, algo inédito porque no fue a ninguna comisión.
–Sí, en general no va. Pero no voy a personalizar en Máximo Kirchner, porque la discusión no es si fue o no, sino que cuando te pedían el voto te lo pedían por la ley de Humedales. Claro, no te decían “mirá que te estoy mintiendo, porque los diputados que vos estás votando responden al lobby minero”. Es una cosa seria. Te tenés que hacer responsable del engaño.
–Pero la presencia de Máximo es un símbolo de la división interna.
–No me parece que acá rigió la interna. La esencia del Gobierno está puesta en conseguir dólares para el FMI y mediante el extractivismo. Si no, nos hubiesen avisado a qué escenario íbamos y nos hubiesen dado el dictamen antes. Y yo a este momento todavía no lo pude ver. La orientación del Gobierno la vino a decir al Congreso Sergio Massa y lo habló con los gobernadores del Norte Grande cuando fueron a Washington. ¿¡Qué interna!?
–Ya que mencionó a Massa. ¿Qué perspectiva económica hay para el año que viene, que es electoral, y el ministro está prometiendo estabilizar la economía y bajar la inflación al 3 por ciento mensual?
–Cuando se habla de estabilizar la economía Massa no habla de estabilizar el bolsillo de la clase trabajadora. Estabilizar la economía es la manera de decir que van a seguir haciendo un ajuste brutal como el que están haciendo, que es realmente histórico. Massa es la cabeza visible, pero cuenta con el apoyo explícito, por primera vez, de todas las alas del FdT sobre la reducción del gasto que le pide el Fondo Monetario. No están hablando de la clase trabajadora, no están hablando del bolsillo de los jubilados. Cuando fue la discusión del acuerdo nos decían que era el FMI o el caos. Me gustaría que les pregunten ahora si era El FMI o el caos, o si el caos es el FMI: desde que firmaste el acuerdo se disparó muchísimo más la inflación, aumentaron tres veces las tarifas de de luz y gas, y siguió aumentando la pobreza
–¿Cuánto puede aguantar la situación social? Porque protestas hay un montón. Este jueves justo hubo piquetes y en los últimos días hubo una gran movilización de los trabajadores de la salud en la Ciudad. Y antes tuvo mucha repercusión la del neumático, cuyo gremio es de la izquierda.
–El Sutna demostró que luchar siempre sirve, que es lo que el FdT se encarga de decir todo el tiempo: que no tenés que hacer nada, solo tenés que cada dos años ir a votarlos a ellos y después te tenés que quedar en tu casa porque supuestamente te van a resolver todos tus problemas. Este Gobierno no solo no resolvió los problemas que prometía, sino que los empeoró, como el de la inflación. Entonces, lo que veo es que si hoy no hay más luchas, no es porque la situación esté en un estado crítico, si no porque el Gobierno cuenta con el apoyo inestimable de las direcciones de la CGT y la CTA de frenar cualquier protesta, cualquier descontento, lo cual también es histórico.
Hay un corrimiento político de la agenda hacia la derecha y los sectores que antes se planteaban más desde desde el progresismo hoy han adoptado la mayoría de los dogmas neoliberales
–¿El peronismo acordando con el FMI y llevando adelante un plan de ajuste de alguna manera asume políticas que podrían suponerse más de derecha o de JxC?
–Hay una radicalización de la derecha, lo que en Argentina podemos ver alrededor del fenómeno de Milei. Y hay un corrimiento político de la agenda hacia la derecha y los sectores que antes se planteaban más desde desde el progresismo, que se llamaban a sí mismos nacionales y populares como algunos sectores del FdT, hoy han adoptado la mayoría de los dogmas neoliberales y te dicen esto de vamos a estabilizar la economía. La pelea por la organización independiente de la clase trabajadora nunca fue fácil, pero sí que hay muchas evidencias de que el proyecto del FdT fracasó. Incumplió el contrato electoral. Dijeron que venían a terminar con la herencia macrista y la profundizaron. Hay un desafío para la izquierda, que está atado al desarrollo de la movilización y las luchas de la clase trabajadora y de los sectores populares.
–No la tienen fácil.
–Nunca la vamos a tener fácil porque estamos en un sistema capitalista donde todo está organizado. Y estas alternancias entre las distintas coaliciones, con matices, garantizan lo fundamental del funcionamiento del sistema. Hay un debate político en la Argentina que empieza a ser de fondo porque hay una incipiente impugnación del sistema político. Lo que no podemos permitir es que eso sea canalizado por sectores de la ultraderecha.
–¿La derecha les ganó la iniciativa?
–Hay mucho invertido para que el descontento con 40 años de gobiernos constitucionales en la Argentina sea canalizado por sectores de derecha y no por la izquierda, que obviamente iba a cuestionar los privilegios de los que se han enriquecido. Porque no es que todos nos hundimos. En la Argentina creció la desigualdad. Hay un informe del Instituto Cifra de la CTA que dice que entre el gobierno de Macri y el del FdT se transfirieron de la clase trabajadora a los sectores del capital 70 mil millones de dólares. Solamente en los últimos tres años, 41 mil millones de dólares, casi el valor del crédito del FMI.
Entre el gobierno de Macri y el del FdT se transfirieron de la clase trabajadora a los sectores del capital 70 mil millones de dólares
–Ante esa coyuntura, ¿cómo imagina que la izquierda puede romper esa inercia?
–Este fin de semana vamos a hacer más de cien asambleas en todo el país para coordinar nuestra lucha, porque creemos que hay que ir a un encuentro nacional de trabajadores y trabajadoras. Para empezar a preguntarnos qué pasa, cómo hacemos, cómo enfrentamos al ajuste. ¿Solo nos queda aguantar los golpes, los recortes o hay que enfrentar esto? ¿Y los que la están enfrentando, cómo se coordinan entre sí para no seguir peleando por separado? Con Nicolás del Caño estuvimos recorriendo bastante el país en el último tiempo y donde vas hay luchas, hay pelea, pero están todas aisladas. O sea, hay que pensar de conjunto cómo le damos una respuesta.
–¿Es parte de la estrategia electoral del FIT de cara al 2023?
–El FIT es un frente organizado con un lema central que es la independencia política de la clase trabajadora. Eso es apoyar la lucha de los trabajadores y las trabajadoras, y pensar cómo esas luchas triunfan. Por supuesto que también hay que dar la pelea en el terreno político, porque algo que ha ocurrido históricamente en la clase trabajadora argentina es que eso estaba disociado, y que el peronismo se planteaba como la cabeza de ese movimiento y decía que la clase trabajadora era la columna vertebral. Bueno, nosotros queremos que la clase trabajadora sea la cabeza, que no sea la columna vertebral de nadie.
–¿Hay diferencias tácticas con el Partido Obrero? Porque ellos criticaron mucho que usted y Del Caño ya se lancen como precandidatos presidenciales por el PTS.
–No veo una discusión ahí. Sinceramente, te digo, porque ellos lo llaman voceros y lanzaron voceros. Es lo mismo. Claro, somos referentes de nuestros espacios. No me parece que haya que hacer semejante problema por un nombre. Nos tenemos que poner de acuerdo en coordinar las luchas, en coordinar las peleas y en dar otra perspectiva a los trabajadores y trabajadoras que están sufriendo el ajuste ahora. Ahí pasa el interés central, y por supuesto que tenemos que pelear porque tengan una representación política clara de independencia de clase.
MC