El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, insistió este lunes en que “no está en agenda ningún tipo de restricción en las escuelas” y que el objetivo del Gobierno Nacional es “sostener la presencialidad cuidada” de los alumnos en las aulas de todo el país “en base a la evidencia que se está construyendo”.
“Hemos dados pasos importantes. Los protocolos confirman que es posible un regreso seguro a las aulas. Claro que esto no implica relajar ninguna medida sino seguir analizando evidencia que vamos construyendo a partir de la información que proveen las escuelas y poner en valor el proceso de vacunación de los docentes auxiliares”, dijo Trotta en el ciclo radial Vilouta 910 por radio La Red.
Mientras Argentina se prepara para una posible segunda ola de contagios de COVID-19, el desafío que enfrenta el gobierno es “avanzar en la vacunación” y que “no impacté con tanta fuerza” como sucedió en los países del hemisferio norte.
Con respecto a la interrupción de la presencialidad, se “ha tomado una decisión muy importante” y es que “cualquier suspensión tiene que adoptarse en la mínima unidad geográfica posible. Hay que justificar en cada distrito y jurisdicción por qué y por cuánto tiempo se suspende la presencialidad”, advirtió el ministro.
Trotta se pronunció con respecto a las distintas versiones que confirman la flexibilización en los protocolos. Por ejemplo, la no utilización del barbijo en los recreos. “No va a haber modificaciones en los protocolos”, aseveró. “Se estaba viendo que los niños en algún momento del recreo con distanciamiento se puedan sacar el barbijo y eso es algo que ya ocurre, cuando comen una golosina. No estamos cerrados a un ningún debate, pero si creemos que el debate se tiene que dar en base a la evidencia que estamos construyendo”.
Uno de los puntos que se planteó la semana pasada en el Observatorio federal del regreso presencial a las aulas, “es el ingreso escalonado” ya que “no funcionó del todo bien: produce amontonamiento en la puerta de la escuela. Es uno de los puntos que tenemos que mejorar”.
El desafío no solo es sostener el regreso a la escuela en un momento en que empieza a bajar la temperatura, también “nos tenemos que nutrir de la experiencia del hemisferio norte yver con mucha atención lo que le pasa a países de nuestra región. Hay que ser cuidadosos para sostener la presencialidad”.
Cualquier suspensión tiene que adoptarse en la mínima unidad geográfica posible
Los cambios que analiza el gobierno porteño
Por su parte, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, planteó su postura e hizo un balance sobre la situación en las escuelas de la ciudad tras un mes de presencialidad: “Nosotros hicimos una evaluación de este primer mes de clases, que confirma lo que veníamos diciendo desde el año pasado: que las escuelas no son focos de contagios; que cuando tienen protocolos y hay cuidados son lugares seguros”, explicó en diálogo con radio Continental.
“Confirmamos que la escuela abierta no solo era necesaria sino que era posible; y en función de eso estamos trabajando algunas modificaciones en el protocolo, que debe ajustarse a las realidades epidemiológicas”, agregó.
Entre los cambios se piensa en “habilitar los buffet y kioscos en las escuelas, ver cómo hacer para que los comedores puedan continuar... muchas escuelas de Capital Federal pudieron hacer jornada completa, pero no están habilitados los comedores”, insistió Acuña.
“No somos ajenos a las variables epidemiológicas; en la Ciudad la curva de contagios está aumentando, pero estamos viendo cómo hacer que la escuela sea más compatible con la vida y la organización familiar. En la Ciudad hay 116 personas que trabajan en torno a las escuelas; solo están vacunados 16 mil, menos de la mitad del primer grupo priorizado”, aseguró.