El oficialismo confíaba en haberse asegurado en las últimas horas la aprobación en general de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, aunque aún continúan las negociaciones para evitar que la votación en particular genere una fuerte poda de artículos.
Desde despachos libertarios hablan de números muy parejos para lograr el aval en general, e incluso no descartan un desempate del presidente provisional, para terminar de inclinar la balanza a favor del texto del Ejecutivo.
En el caso de conseguir esa primera instancia a favor, desde el oficialismo parlamentario aún no pueden estimar cual será el derrotero de los proyectos en el debate artículo por artículo.
En esa instancia, un par de senadores libertarios y dos habituales aliados se mostraron cautelosos ante la posibilidad de que se dé el mismo escenario que en febrero, cuando naufragó en Diputados la primera votación del proyecto.
Ese 6 de febrero, tras la votación en general y ante la importante cantidad de modificaciones que los diputados le estaban haciendo al texto en el marco del debate en particular, el presidente Javier Milei ordenó desde Israel que el oficialismo pidiera la vuelta a comisión del proyecto. “Esta vez Milei lo pediría desde Italia”, analizó con picardía un senador opositor.
Dos meses y medio después LLA logró la sanción en Diputados gracias al artilugio reglamentario –motorizado por el PRO– de votar por capítulos para evitar la votación por artículos o incisos que le aceleraron la derrota de febrero.
El equilibro de fuerzas en el Senado no le permite a Villarruel ese margen de maniobra y esa es una de las claves del incierto final de la sesión de este miércoles. La dinámica de la sesión se comenzó a analizar hoy en una reunión de presidentes de bloque convocada por la titular del Senado.
En esa reunión se acordó que el paquete fiscal y la Ley Bases se debatirán por separado, y no en forma conjunta como sucedió durante los dos tratamientos en Diputados. Además, el oficialismo propiciará la votación por títulos o capítulos, pero acepta abrir los artículos que se pidan.
Para alcanzar la aprobación en general el oficialismo se apalanca en las voluntades propias y de los aliados y en el agitar el fantasma que aún hace temblar a muchos opositores ajenos al peronismo, aunque por básico va perdiendo eficiencia: “Van a terminar votando con el kirchnerismo”, corren desde LLA y el ala dura del PRO a algunos de sus ex aliados en Juntos por el Cambio.
En tanto, en los dos bloques peronistas que confluyen en Unión por la Patria refuerzan cada día el operativo de contención, sobre todo en aquellos senadores de provincias con gobernadores propios ávidos de las inversiones que habilitaría el RIGI, como Catamarca, Tucumán y San Juan.
Con esa base de 33, en el interbloque que preside el formoseño José Mayans, dan por hecho que se encolumnarán detrás de las modificaciones propuestas en el dictamen de Martín Lousteau para contribuir a los 37 votos necesarios para imponerse al texto del oficialismo en algunos puntos del debate en particular.
Allí también podrían confluir los radicales Pablo Blanco (Tierra del Fuego), David Kroneberger (La Pampa) y Maximiliano Abad (Buenos Aires); los provinciales Mónica Silva (Rio Negro); Natalia Gadano y José Carambia (Santa Cruz).
En la previa de la sesión, y como parte de las negociaciones, el Poder Ejecutivo apuró en las últimas horas el traspaso de obras pública con fondos de la Nación a las provincias de Neuquén, Córdoba, Jujuy, Chaco, Chubut, E Ríos, Tucumán y Mendoza, todas gobernadas por fuerzas no peronistas. Algunos de los senadores que representan a esas provincias serán claves al momento de la votación.
Además, en un mensaje más para los propios que para el afuera, los gobernadores del PRO –puros y afines– y la UCR revivieron promediando el lunes el sello “Juntos por el Cambio” para ratificar sus apoyos al proyecto de ley. Habrá de que ver si la porteña larretista Guadalupe Tagliaferri y la chubutense de cepa radical e integrante del bloque Cambia Federal, Edith Terenzi, mantienen sus diferencias puntuales con el dictamen oficialista después de difundido este texto.
“Resulta indispensable darle las herramientas al gobierno nacional para avanzar con las transformaciones que votó mayoritariamente la sociedad argentina. Cualquier dilación que pueda ocurrir en el trámite legislativo puede afectar no sólo a las finanzas nacionales, sino también a las provinciales”, remarcaron los gobernadores de la UCR, el PRO y las fuerzas provinciales de San Juan y San Luis.
Otro condimento de la sesión: En La Libertad Avanza ven con preocupación el hecho de que la vicepresidenta Victoria Villarruel no vaya a estar al mando de la totalidad de la sesión, debido a que ese día ocupará la presidencia del país como consecuencia del viaje de Javier MIlei a Italia.
En su lugar, al menos en el último tramo de la sesión, se sentará el presidente provisional del senado, el libertario puntano Bartolomé Abdala, con poca experiencia en el arte de dirigir el debate, ya que desde diciembre hasta hoy, en los momentos más álgidos siempre estuvo Villarruel.
Abdala tuvo buen desempeño al presidir el plenario de comisiones que analizó la Ley Bases, “aunque estar al frente del recinto en una sesión que se prevé tensa, no es lo mismo”, aseguró un veterano legislador de origen peronista.
Cabe aclarar, igualmente, que en caso de desempate tendrá doble voto, como senador y como presidente provisional del Senado, a cargo de la conducción de la sesión
La sesión del miércoles, que se iniciará a las 10 y que se extendería hasta la medianoche, tendrá como contexto la movilización de los distintos sectores del peronismo y de las centrales sindicales al Congreso. Ante ese panorama, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtió que “se tomarán las medidas necesarias para mantener el orden”.
LF/MG