Los secretos financieros de los más ricos y poderosos son objeto de una nueva investigación global: Pandora Papers, que comenzará a publicarse en numerosas historias a partir de este domingo. Se trata de la mayor colaboración de periodistas en la historia, que ha reunido a 615 reporteros de 117 países para indagar en los negocios y fortunas no conocidas de más de 130 multimillonarios y unos 330 políticos (además de sus familiares y socios comerciales) que operaron en paraísos fiscales durante las últimas décadas.
Su nombre no es en vano. Pandora Papers se nutre de casi 12 millones de documentos obtenidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), que dirigió esta investigación en la que participan 150 medios de todo el mundo, entre ellos elDiarioAR, junto a La Nación e Infobae. También The Washington Post, The Guardian, la BBC y Le Monde, entre muchos otros.
Argentina tiene su propio capítulo: el país aparece mencionado 57.307 veces en los documentos analizados durante meses por el equipo argentino*. Se encuentran, entre otros, el exsecretario presidencial de los Kirchner, Daniel Muñoz, acusado de trasladar el dinero de los supuestos sobornos de empresarios y de haber adquirido propiedades en Estados Unidos por unos US$70 millones; y el financista confeso de la causa de los “cuadernos de las coimas”, Ernesto Clarens. También aparecen sociedades del gurú y consejero político de Mauricio Macri y el PRO, Jaime Durán Barba; y del empresario Mariano Macri, el hermano menor del exmandatario.
La investigación revela operaciones inéditas de Zulemita Menem y Humberto Grondona, hijos de dos íconos del poder en la historia argentina reciente. La hija del expresidente Carlos Menem explicó por primera vez detalles sobre esos movimientos, que serán publicados en los próximos días. Algunas de las figuras del mundo del fútbol también aparecen en documentos nunca vistos, que permiten explicar cómo Ángel Di María, Javier Mascherano y Mauricio Pochettino estructuraron parte de sus finanzas a través de paraísos fiscales. Los tres han dado sus versiones e informado sobre su situación fiscal ante las consultas.
Recurrir a una compañía offshore o abrir una cuenta bancaria en un paraíso fiscal no es, en sí mismo, una actividad ilícita. Pero si el “beneficiario final” de esa operatoria no declara su dinero o cualquier otro activo a las autoridades tributarias de su país, puede incurrir en los delitos de evasión o lavado, entre otras figuras penales.
Otros argentinos aparecen mencionados como clientes de los estudios que se dedican a abrir estas sociedades en paraísos fiscales, pero el equipo argentino de ICIJ recibió información o documentos que sostienen que algunos declararon sus estructuras financieras y sus activos offshore ante las autoridades tributarias. Dos de ellos son los empresarios más vinculados al desarrollo de vacunas contra el Covid-19 en Argentina: Hugo Sigman (Insud) y Marcelo Figueiras (Richmond).
Los argentinos
Pandora Papers permitió ahondar en el protagonismo de los argentinos en el uso de paraísos fiscales: recurren a estas jurisdicciones para abrir cuentas bancarias, adquirir propiedades y fondear negocios en Argentina o el extranjero. Utilizan compañías radicadas en Islas Vírgenes Británicas y Belice para invertir en bienes raíces en Miami o resguardar millones en bancos de Nueva York.
También han recurrido a compañías en Nueva Zelanda y Uruguay, han operado desde Panamá y Montevideo y se han vinculado con Rusia.
Esta investigación pone luz sobre estructuras más complejas y secretas, como los fideicomisos o trust radicados en paraísos fiscales o controlados por sociedades offshore, que se repiten en varias historias de argentinos, en especial, aquellos que buscan resguardar y controlar herencias millonarias.
Los argentinos ocupan el tercer lugar en el ranking de países con mayor cantidad de beneficiarios finales de estructuras offshore detectadas en los documentos (2.521 personas). Sólo los rusos y los británicos superan a los argentinos en el top ten de beneficiarios finales, una figura clave en este sistema.
En varios países, incluida Argentina, organismos oficiales y expertos independientes promueven la creación de registros públicos de beneficiarios finales, ya que esta figura contribuye a la falta de transparencia y el secretismo sobre quiénes son los verdaderos dueños de las sociedades y sobre cuántos impuestos deben pagar. Recién en 2020, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dispuso en dos resoluciones de abril y octubre que es obligatorio informar quiénes son los beneficiarios finales de compañías y fideicomisos locales y extranjeros. La información tiene secreto fiscal.
Muchas veces, los verdaderos dueños no figuran ni en el directorio de las compañías (los directores visibles son empleados de los estudios jurídicos y contables) ni como accionistas (ya sea porque se trata de compañías con acciones al portador o porque se colocan personas o empresas interpuestas).
Estas compañías no tienen actividad comercial y sólo se utilizan para adquirir propiedades y abrir cuentas bancarias e inscribirlas a nombre de la sociedad. Sólo puede conocerse la identidad de los verdaderos dueños accediendo a la información sobre beneficiarios finales de las sociedades, pero estos datos son confidenciales. Están en poder de los estudios jurídicos y contables; y en algunos casos, de contadas autoridades oficiales.
Un mundo para pocos
En los datos globales, se detectaron las operaciones de presidentes, monarcas y empresarios; y estrellas de la música y el deporte, que saldrán a la luz a partir de este domingo. Estas historias reflejan la formación de estructuras offshore, patrimonios, negocios y acuerdos secretos. Los documentos están fechados desde 1996 hasta 2020 e incluyen información sobre compañías creadas incluso muchos antes, desde 1971. Hay más de 130 multimillonarios y 35 presidentes y expresidente. También jueces, ministros, alcaldes y jefes de espías.
Los documentos confidenciales también revelan cómo fugitivos y convictos han utilizado las offshore para esconder su patrimonio de la justicia y de sus víctimas.
Pandora Papers también demuestra que el sistema offshore, incluso en sus usos legales, implica un circuito de información privilegiada para quienes tienen acceso a los estudios jurídicos, contables y financieros que operan en jurisdicciones que permiten a los más ricos y mejor conectados planificar con estrategias legales cómo reducir el pago de sus impuestos.
Los documentos fueron obtenidos en distintas entregas por ICIJ de parte de una fuente anónima. Exponen información confidencial y secreta de 14 proveedores del mundo offshore. Es decir, 14 estudios que asesoran a los más poderosos sobre cómo estructurar u ocultar sus patrimonios, reducir el pago de impuestos y proteger al máximo la información sobre sus bienes.
Pandora Papers muestra a Estados Unidos por primera vez como un paraíso fiscal.
Un paraíso en el norte
Pandora Papers profundiza el rol de los Estados Unidos en ese esquema, un país que también ayuda a los más ricos y poderosos a ocultar sus bienes o a reducir el pago de sus impuestos. Gerard Ryle, director de ICIJ, sostuvo que el proyecto “es Panamá Papers con esteroides”, ya que Pandora Papers supera en número de documentos a la célebre filtración de 2016, dirigida por la misma organización.
Esta vez, los documentos, que ocupan 2.94 TB, no provienen del estudio Mossack Fonseca sino de otros 14 proveedores del mundo offshore que trabajan con múltiples jurisdicciones. Entre ellos, el poderoso estudio de Panamá, Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal), elegido por la mayoría de los beneficiarios finales argentinos; y Trident Trust Company, especialmente elegida por los argentinos para armar fideicomisos vinculados a las Islas Vírgenes Británicas.
Pandora Papers “muestra a Estados Unidos por primera vez como un paraíso fiscal”, explicó Ryle. “Vemos que es un sistema que perjudica a la gente y perjudica al mundo”, añadió.
En esa línea, un informe del Banco Mundial determinó que “en la gran mayoría de casos de corrupción, financiación del terrorismo, lavado de dinero y fraude, los vehículos corporativos (ya sean compañías, fideicomisos o cualquier otro tipo de estructura) se utilizan para esconder la identidad de las personas involucradas en la corrupción”.
Un estudio de la Tax Justice Network (TJN) determinó que el país pierde, cada año, más de US$2.684 millones en impuestos debido a lo que la organización llama “abuso global impositivo”. El 75% de esa pérdida es por impuestos eludido por las multinacionales. Unos US$343 millones (casi el 13%) son producto de la evasión de personas particulares.
“Supongo que Pandora Papers demuestra sobre todo que la gente que podría terminar con el secreto de los paraísos fiscales y que podría poner fin a lo que está pasando se beneficia con ellos. Por lo tanto, no tienen incentivo para ponerle fin”, afirmó Ryle. “Estamos hablando de billones de dólares”, concluyó el director de ICIJ.
*El equipo argentino de Pandora Papers está integrado por Hugo Alconada Mon, Maia Jastreblansky y Ricardo Brom (La Nación); Mariel Fitz Patrick, Sandra Crucianelli e Iván Ruiz (Infobae); y Emilia Delfino (elDiarioAR).
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ED