En la historia personal entre Alberto Fernández y Hugo Moyano hay un episodio apenas conocido: ya fuera del gabinete de Cristina Kirchner, el ahora presidente asesoró, como abogado, al jefe camionero en una de sus causas judiciales. No fue el letrado oficial pero le aportó escritos y criterios en torno a un expediente. Por entonces, ambos estaban fuera de la galaxia cristinista, a la que en regresaron por separado los últimos años.
Aquella intimidad se mantuvo y se reforzó desde que Fernández se instaló en Olivos, adonde Moyano fue más de una vez, incluso en plan familiar. Este martes, el huésped fue el presidente que visitó las oficinas del jefe camionero en avenida Caseros, en Barracas
Antes del show público con mensajes y saludos por el Día del Camionero, que incluyó un Zoom con dirigentes de todo el país, Fernández se reunió con Moyano y su hijo Pablo adjunto del gremio y heredero del clan. Axel Kicillof estaba invitado pero llegó tarde -estuvo en el acto- y se perdió la charla entre el presidente y el ex jefe de la CGT, en la oficina de Hugo.
Moyano, que viene de acordar un bono de fin de año de 25 mil pesos en cuatro cuotas, aprovechó el encuentro para retomar una antigua demanda del gremio respecto al Impuesto a las Ganancias, para que haya un régimen especial para los camioneros. “Son perjudicados por tener buenos sueldos, buenos sueldos que logran porque tienen buenos representantes siindicales”, dicen en Camioneros.
Fernández gambeteó una respuesta. Martín Guzmán, su ministro de Economía, es muy puntilloso con las medidas que tengan costo fiscal y logró que el presidente lo respalde en esa postura y sea cauteloso en sus promesas y concesiones.
El presidente se sintió más cómodo cuando Moyano se enfocó en Horacio Rodríguez Larreta que en su presupuesto 2021 redujo, entre otros, el servicio de recolección que, según el sindicalista le dijo a Fernández, significará que cada trabajador pierda unos 20 mil pesos por mes. El jefe de Gobierno atribuye ese ajuste a los entre 52 mil y 65 mil millones de pesos que dejará de recibir de la Nación en el 2021, hachazo que dispuso Fernández vía decreto y que benefició a Kicillof con más de 40 mil millones.
Los Moyano, en público vía Pablo, en privado vía Hugo, anunciaron una guerra santa contra Larreta, también un blanco móvil de Fernández, aunque se mueven con distintas velocidades e intensidades.
El presidente tiene con Larreta una relación hierática desde que fracasaron dos gestiones para recuperar el diálogo. Una, personalísima, en la que mano a mano le sugirió que pida una instancia de mediación en la Corte para buscar un punto de acuerdo sobre los fondos que CABA perdió con el decreto policial del 9 de septiembre.
La ciudad avanzó con la cautelar, Fernández temió un revés de los cortesanos y decidió, en línea con Cristina Kirchner, apurar el decreto que fijó por ley los fondos que Nación debe pasar a CABA para el financiamiento de la policía de la ciudad. La segunda gestión fue entre la secretaria de Provincias Silvina Batakis y el ministro de Hacienda; Martín Mura, en torno al Consenso Fiscal que firmaron tres de los cuatro gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC), excepto el porteño.
Al margen de las tirria común con el PRO, Fernández y Moyano tiene otras empatías históricas y presentes. El camionero se plegó al dispositivo panperonista que con el sello del Frente de Todos (FdT) enfrentó y derrotó a Mauricio Macri, y en el entramado sutil del oficialismo, hizo gestos para apoyar a Fernández en sus tensiones con Cristina: armó una caravana el 17 de octubre de respaldo al gobierno y, a pesar de medidas que objetó hasta la CGT Azopardo, el camionero no emitió reproches públicos.
“Moyano te banca en todas”, graficó ante elDiarioAR una fuente de Casa Rosada y recordó los encuentros que compartieron. Hizo una lectura que pretende ser descriptiva del pasado pero parece ilustrar el presente: recordó que la pelea entre Cristina y el camionero, a fines de 2011 luego del 54% de la ahora vice, fue uno de los cismas que derivó en las derrotas del Frente para la Victoria (FpV) en 2013 y 2015.
En paralelo, Fernández hace equilibrio entre el camionero y la cúpula de la CGT que este martes recibió al ministro de Vivienda Jorge Ferraresi que les propuso incluir a los gremios en los planes federales. Menos amable, los gremios insisten con el reclamo por los aportes de obras sociales, un rojo entre los aportes y los reintegros que estiman en 107 ml millones de pesos, según precisó un dirigente sindical a elDiarioAR:
PI