“Cuando hay un accidente en la vía pública hay que proteger la escena. En el caso de una víctima en la avenida de Mayo, hay que parar el tránsito. Pero como esto es educación y salud, un colectivo no nos va a molestar para la RPC. Lo que nos va a molestar es el ajuste, la subejecución, la mercantilización. Así que, ¡frenemos eso! ¡Afuera! Entonces, vamos a ver: salud, educación, ¿responden? ¿Respiran?”.
Ana Fustiñana es jefa de Clínicas de Emergencias del Hospital Garrahan, tiene 20 años de experiencia y ahora está parada en el acoplado de un camión a la vera de la Plaza de Mayo dirigiendo un curso público de reanimación cardiopulmonar: “Es a la vez muy emocionante y muy triste tener que estar acá. Tener que defender dos derechos que no tendrían que tener discusión, como son la salud y la educación”, dice frente a unos cincuenta residentes y voluntarios volcados sobre almohadones blancos decorados con un corazón y el nombre del emblemático hospital pediátrico, con sus manos entrecruzadas emulando la técnica de primeros auxilios.
“Los brazos a la altura del esternón, entre las dos tetillas, sin doblar los codos, con todo el peso del cuerpo, hay reanimar a 100/120 latidos por minutos con este ritmo”, enseña Fustiñana micrófono en mano y comienza a sonar en los parlantes Stayin’ Alive, de Bee Gees.
El RCP para reanimar la salud y la educación pública fue la coronación de la Marcha Blanca de trabajadores de los hospitales públicos Garrahan, Posadas y Bonaparte, y de docentes y estudiantes universitarios, que este martes confluyeron frente a la Casa Rosada, luego de recorrer la Avenida de Mayo desde el Congreso. La creativa protesta tuvo a su vez otro atractivo: profesores de la UBA y de algunas universidades del conurbano brindaron más de cien clases públicas durante toda la jornada en la Plaza de Mayo.
Profesionales de la salud, universitarios y también jubilados unieron su repudio al ajuste que lleva adelante la gestión de Javier Milei. Hubo además un llamado abierto a la CGT y la CTA para que convoquen a un paro general, mientras se extiende el reclamo en las casas de altos estudios por el recorte presupuestario oficial y hay amenazas en los centros de salud de más despidos y recortes salariales. La manifestación estuvo custodiada en todo momento por la Policía Federal en el marco del protocolo antipiquete de Patricia Bullrich, que no pudo evitar que por momentos hubiera cortes de tránsito. No hubo incidentes ni represión.
Un sinfín de carteles y cánticos estuvieron dirigidos directamente a Milei, justo en el día de su cumpleaños. “Presidente, Presidente / No te lo decimos más / En el día de tu cumple / Te paramos el hospital”, fue uno de los reclamos que sonó. “¿La CTA está? / Nooo / ¿La CGT está? / Nooo / Entonces luche / Luche que se escuche”, fue otro de los gritos en la movilización, una marca de cómo los gremios y agrupaciones de izquierda y autoconvocados dominaron la escena. No se vieron banderas de las centrales sindicales.
“Retacean fondos para la salud pública, postergan salarios, postergan a residentes y amenazan con cierres o privatizaciones en aras todo de cumplir con el ‘déficit cero’ de tan triste historial en nuestro país”, le dedicaron los manifestantes a la Casa Rosada en el documento conjunto que leyeron. “Para pagar ese fraude para el cual ninguno de los voceros oficiosos del gobierno liberfacho pide auditoría es que se ajusta la salud pública, nuestros salarios y el presupuesto universitario, además del recorte a jubilados y jubiladas”, reclamaron desde la multisectorial. “Nuestras universidades y hospitales no entienden de rosca parlamentaria y vetos presidenciales”, desafiaron.
Que la protesta haya coincidido con el cumpleaños de Milei generó un momento de tensión en la plaza cuando el Presidente salió al mediodía al balcón de la Casa Rosada para saludar a un grupo de simpatizantes que estaban en la reja que rodea el edificio gubernamental. Cuando los universitarios que estaban en las clases públicas divisaron al mandatario, atravesaron las vallas que instaló la Federal a unos metros de la Pirámide de Mayo. Le gritaron: “Milei / basura / vos sos la dictadura”. Y le cantaron en frente: “Universidad / de los trabajadores / y al que no le gusta, se jode, se jode”.
Las clases que docentes de la UBA ofrecieron en la Plaza de Mayo fueron de las temáticas y carreras más variadas: Química Biológica, Cálculo Avanzado, Álgebra Lineal, Epistemología de las Ciencias Sociales, Fitopatología, Tectónica andina, Historia de la Psicología, Genética Molecular, Elementos de Prehistoria, Historia Antigua de Oriente, Sociología Rural, Antropología, Introducción al Pensamiento Científico, Sociedad y Estado, Genética, Mecánica y Termodinámica, Matemáticas y Semiología.
Una de las actividades principales de la jornada fue una exposición de Germán Pinazo, vicerrector de la Universidad de General Sarmiento, que llevó el título de “Enseñarle economía a Milei”. El académico brindó una lección al Presidente sobre los mecanismos de funcionamiento del conjunto de las universidades públicas argentinas. Entre el auditorio se vio a diputados nacionales, como Daniel Gollán de Unión por la Patria, ex ministro de Salud de Cristina Kirchner.
Uno de los focos del reclamo universitario está en el Presupuesto 2025, ya que mientras los rectores estimaron necesitar $7,2 billones para su funcionamiento –sobre todo salarios– el año que viene, el proyecto mileísta establece $3,8 billones, es decir casi la mitad. El Gobierno tampoco da señales de más aumento para los docentes y las becas estudiantiles.
En el plano de la salud, la crisis tiene diferentes costados. En el Garrahan los trabajadores exigen un 100% de aumento salarial contra una inflación de 240% en el último año, $1.500.000 pesos de sueldo inicial, aumento en las guardias de 24 horas, entre otros puntos. En la institución de salud mental Laura Bonaparte apuntan contra la amenaza de cierre por decreto y en el Hospital Posadas reclaman por la reincorporación de más de cien despedidos.
Ese estado de situación es lo que la médica Ana Fustiñana relata durante su clase masiva de RCP sobre la Plaza de Mayo. “Se detecta residente por debajo de la línea de indigencia”, señala en una de las interrupciones de la técnica de primeros auxilios, emulando la espera de un DEA (Desfibrilador externo automático). “Se detectan guardias que no se cubren por salarios debajo de la línea de la pobreza. No toque al paciente. Descarga eléctrica”, lanza, y recomienza la actuación, varios minutos más hasta que la experta en emergencias cierra: “Recomposición salarial del 100%. Salario por encima de la inflación. Salud y educación de calidad. Jubilaciones dignas. Reincorporación de trabajadores despedidos”. Así, al calor de la protesta social, la reanimación del sector público es efectiva.
MC/DTC