Desde que asumió el poder en diciembre, el nuevo gobierno de Argentina, presidido por el libertario de ultraderecha Javier Milei, ha dado señales de un giro brusco en su política exterior que podría reconfigurar la relación con China.
Luego del fortalecimiento del vínculo bilateral durante las últimas dos décadas, que llevó a un intercambio comercial creciente, cooperación diplomática y mayores inversiones y asistencia financiera de parte de China, ahora el presidente Milei y miembros de su equipo han expresado su deseo de plantear un mayor alineamiento con Estados Unidos y al mismo tiempo el debilitamiento de las relaciones con China.
El nuevo posicionamiento de Argentina bajo el gobierno de Milei ha encendido alarmas, afirman analistas, dada la gran importancia que tiene China en la economía nacional: el país asiático es el segundo socio comercial de Argentina y el destino de cerca del 10% de sus exportaciones. Al mismo tiempo, el carácter estructural y de largo plazo de la relación comercial y de inversión permiten anticipar cierta inflexibilidad de la asociación entre ambos países.
Diálogo Chino consultó a varios especialistas acerca del posible impacto de las señales, todavía ambiguas, del gobierno respecto a China y el futuro de las relaciones.
Las decisiones y los gestos de Milei hacia China
El acontecimiento político más sobresaliente respecto de la relación con China desde que comenzó la era Milei ha sido la renuncia a sumarse al grupo de economías emergentes BRICS, bloque del que China es miembro junto con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. Argentina tenía previsto incorporarse en enero tras haber sido invitada en 2023, gracias al impulso de Brasil y China en la candidatura. En una carta enviada al grupo a finales de diciembre, Milei sostuvo que los ejes de política exterior actual difieren de los del anterior gobierno del ex presidente Alberto Fernández.
A mitad de enero, la canciller Diana Mondino se reunió con el embajador de China en Argentina y señaló que “no cabe duda de la importancia del intercambio comercial entre ambos países.” A su vez, el embajador afirmó que espera que “la amistad y la cooperación” entre ambos países continúe con el gobierno de Milei.
Sin embargo, apenas dos días después de la reunión de Mondino con el embajador de China, Milei re-publicó en la red social X el siguiente comentario: “La izquierda quiere para vos: el salario de Cuba, la Libertad de Corea del Norte, la justicia de China y la abundancia de Venezuela”. El ahora presidente argentino saltó a la fama por su oposición a la política y los gobiernos de izquierdas en programas televisivos.
Consultado acerca de la situación de Argentina, el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, comentó que China está lista “para trabajar con Argentina para cimentar la confianza política mutua, mejorar la cooperación de alta calidad de la Franja y la Ruta, aprovechar nuestras ventajas complementarias”.
Tras esta serie de altibajos en los primeros meses del gobierno de Milei, Mondino y el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, se reunieron en febrero al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich. Ambos aprovecharon la ocasión para reiterar su compromiso de mantener unas relaciones sólidas.
La relación comercial entre Argentina y China
El año pasado, China representó el 7,9% de las exportaciones argentinas, sumando un total de 5.272 millones de dólares. Fue el tercer principal comprador, detrás de Brasil y los Estados Unidos. Además, representó el 19,7% de las importaciones, un total de 14.497 millones de dólares, solo por detrás de Brasil.
Entre los principales productos de exportación aparecen los derivados de la soja, carne vacuna, cebada en grano, camarones, langostinos y carbonato de litio. En tanto, entre las importaciones desde China están los componentes para teléfonos celulares, televisores y otros artefactos eléctricos, autos y autopartes, fertilizantes y generadores eléctricos.
A pesar de los baches desde el ascenso de Milei, parece poco probable que la relación agrícola entre ambos países se vea afectada, dada su importancia para ambas partes, sugiere Mario Quinteros, ex diplomático argentino en China: “Milei ha tenido actitudes poco constructivas en relación a China. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que China opera con una perspectiva de largo plazo y que en el plano comercial hay beneficio mutuo: las exportaciones agrícolas de Argentina mejoran su balanza comercial pero también son importantes para asegurar la alimentación de China”.
Si bien China puede encontrar nuevos proveedores de soja y carne, Argentina no encontraría un comprador alternativo a China
Por su parte, Gonzalo Ghiggino, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), sostiene que China no es una opción para Argentina, sino una necesidad. “Lo más probable es que Milei mantenga la relación en piloto automático. En la cuestión comercial hay ciertos riesgos, ya que si bien China puede encontrar nuevos proveedores de soja y carne en Brasil, Australia y Estados Unidos, Argentina no encontraría un comprador alternativo a China”.
El economista Julio Sevares, autor del libro “Choque de gigantes: EE.UU. vs China y la reglobalización”, agrega un punto importante vinculado al tema comercial: “hay negociaciones para el ingreso de productos a China, como por ejemplo el trigo, que acaba de aprobarse después de 25 años de negociaciones. Un posible impacto comercial del deterioro del vínculo político se puede dar por este lado”.
¿Un “enfriamiento”?
Maria Francesca Staiano, coordinadora del Centro de Estudios Chinos en la Universidad de La Plata, recuerda que el ex presidente Mauricio Macri (2015-2019) también proponía priorizar la alianza con Estados Unidos y Europa, e hizo campaña política con un discurso que ponía en duda los vínculos de Argentina con China, aunque no fue tan agresivo como el de Milei, que tildó a China de “asesina”.
Después de una primera fase de enfriamiento con China, la situación se va a ir recomponiendo
Sin embargo, a causa de la profunda interdependencia económica y de los acuerdos vigentes de cooperación, Macri no se pudo desvincular mucho de la relación y de hecho en 2017 participó del Foro de la Franja y la Ruta en Beijing (aunque Argentina no se uniría a la iniciativa hasta 2022, bajo su sucesor Fernández). “Con Milei, a pesar de que es una persona mucho más desequilibrada, va a pasar lo mismo: después de una primera fase de enfriamiento, la situación se va a ir recomponiendo”, sostiene Staiano.
Jorge Malena, director del posgrado en Estudios sobre China de la Universidad Católica Argentina (UCA), considera que si bien hubo declaraciones de Milei durante la campaña presidencial y al principio de su gobierno que indicaban un debilitamiento en la relación entre los dos países, “la realidad demuestra que durante el comienzo de la gestión ha tenido lugar una modificación del posicionamiento frente a Beijing”.
Un ejemplo del cambio se verificó cuando, a finales de diciembre, en medio de la incertidumbre sobre la postura del nuevo gobierno, China suspendió un tramo del swap de divisas por 6.500 millones de dólares que se había negociado bajo la administración argentina anterior.
En total, Argentina dispone de una línea de swap de divisas con China por un valor de 18.000 millones de dólares, la cual le ha permitido pagar parte de sus deudas internacionales. Durante 2023, Argentina pudo utilizar 5 mil millones de dólares del swap.
“Sin ese tramo del swap, hubiera sido imposible contener la caída del PBI hasta el 1,1% y que el desempleo se ubique en niveles mínimos desde 1991, dada la sequía histórica”, explica Jorge Carrera, exvicepresidente del Banco Central de Argentina refiriéndose a los tres años de sequía que afectaron gravemente a la producción agrícola del país. “Creo que sería un error de este gobierno descuidar la relación con China y que ello afecte a esta fuente de financiamiento”.
Aún no hay noticias sobre el estado de la renegociación del swap.
Las inversiones
China tiene una creciente incidencia inversora en el sector minero de Argentina. De los 12 proyectos con capitales chinos en el país, siete son de litio, dos de oro-plata, uno de plata-cobre-plomo, uno de cobre-oro y uno de hierro. Para Ghiggino, “difícilmente peligren esas operaciones, debido a que el litio tiene un carácter estratégico”.
Entre los principales compromisos de inversión en litio está el de Ganfeng Lithium, el gigante minero chino, para desarrollar el proyecto Mariana y el acuerdo entre Lítica Resources y Ganfeng para adquirir el proyecto Pozuelos Pastos Grandes, ambos en la provincia de Salta.
A su vez, la china Shandong Gold cuenta con el 50% de participación del yacimiento de oro Veladero, Zijin Mining lleva adelante el proyecto de litio Tres Quebradas, en Catamarca, y el grupo minero francés Eramet se asoció con la siderúrgica china Tsingshan para desarrollar la planta de litio en el salar Centenario-Ratones.
Para el exembajador argentino en China Diego Guelar (2015-2019) “China no se va a dejar tentar por las declaraciones de corto plazo y en cambio va a primar la visión de largo plazo. Sin embargo, los vaivenes políticos van a afectar la dinámica de las inversiones en infraestructura”.
La incertidumbre alrededor de las obras de infraestructura con aporte financiero de China toma una dimensión muy relevante en un contexto de abrupta caída de la obra pública que anunció el gobierno de Milei para llevar adelante su fuerte plan de ajuste fiscal. “La financiación en las inversiones en infraestructura podría caerse, en un contexto en donde es más necesaria que nunca”, advierte Gonzalo Ghiggino, al tiempo que Guelar subraya la potencialidad que tienen las provincias argentinas para hacer acuerdos de cooperación con sus pares de China.
El mayor proyecto de inversión de infraestructura de China es la construcción de dos represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz, en la provincia homónima. Si bien comenzó en 2015, la inestabilidad política y macroeconómica demoraron la marcha, al punto de que el avance de la obra todavía está lejos de la mitad.
En energías renovables, China también es un actor central para la Argentina. Entre los proyectos nacionales más relevantes financiados por China están los parques eólicos de Loma Blanca (Chubut) y Miramar (Buenos Aires), operados por la firma Goldwind, y el proyecto Vientos del Secano (Buenos Aires), por parte de Envision Energy. En energía solar, los proyectos más relevantes son el parque Cauchari, el más grande del país, para el cual la provincia de Jujuy habría acordado con la empresa Shanghai Electric Power Construction una nueva expansión para 2024.
Otro capítulo muy importante de la relación bilateral está vinculado al transporte. Entre los proyectos más importantes está la rehabilitación de la línea férrea Belgrano Cargas, que viene realizando la empresa china CMEC. La empresa ya desembolsó casi 2500 millones de dólares. CMEC también mostró interés en financiar la reactivación del Tren Norpatagónico, que permitiría conectar el megayacimiento hidrocarburífero Vaca Muerta con el puerto de Bahía Blanca.
Los proyectos de inversión forman parte de los acuerdos políticos alcanzados con China durante el gobierno anterior, que engloban financiamiento por 14 mil millones de dólares bajo el mecanismo del Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica (DECCE) y un segundo paquete de 9.700 millones de dólares que el país presentaría en el cuadro de su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda.
“Respecto a las inversiones, las originadas en acuerdos entre Estados u organismos públicos, que incluyan un aporte del Estado argentino, tienen desde hace años dificultades y sufrieron demoras y cancelaciones por la falta de fondos locales, situación que se agudizará en el futuro inmediato por el programa de ajuste fiscal que está llevando adelante el actual gobierno”, sostiene el economista Sevares.