“Con Isabel Martínez de Perón, primera presidente mujer del mundo y de la Argentina constitucionalmente elegida. Vicepresidente como yo y argentina bien nacida. En un día cómo hoy, en donde se habla de lealtad, quiero reivindicar su figura”. El posteo le pertenece a Victoria Villarruel y alude a un encuentro que mantuvo en Madrid con la exmdataria María Estela Martínez de Perón. Pero lejos de ser celebrado por sus seguidores fue más bien cuestionado.
En su publicación, la presidenta del Senado buscó menospreciar la figura de Cristina Fernández de Kirchner, al señalar a Isabel Perón como la primera presidenta mujer de la Argentina constitucionalmente elegida, lo cual es cierto aunque Martínez de Perón llegó a la Casa Rosada como consecuencia del fallecimiento de su esposo, Juan Domingo Perón, de quien era vicepresidenta.
Además, pretendió desvalorar el Día de la Lealtad, que los peronistas celebran cada 17 de octubre —por la movilización de miles de trabajadores en 1945 que exigieron la liberación de Juan Domingo Perón, consolidando su liderazgo y el nacimiento del movimiento peronista— al omitir mencionar el nombre de tal conmemoración y señalar, simplemente, que “se habla de lealtad”.
“Acá no te acompaño Victoria creo que fue una de las principales responsables de lo que vivimos, no estaba preparada para en puesto y fue un fracaso. También de los que la pusieron”, le respondió en X Daniel Stella, veterano de Malvinas.
“Victoria, ¿cómo vas a reivindicar a una bataclana puesta a dedo por El Dictador Perón, que nos llevó al borde de una Guerra Civil?”, le respondió uno de sus seguidores, @MarianoSardi, militante mileísta y furioso antikirchnerista.
“No. Gracias”, contestó otra seguidora de Villarruel, @Doloresdiz. “Exactamente por esto en la boleta lo vi solo a Milei”, escribió, por su parte, el autor de otra cuenta libertaria, @IntelectualDeM. “Pero que es esto???” (sic), se preguntó otra cuenta oficialista, @Witchreinaa, que en su bio se define como “guerrera de las fuerzas del cielo” e incluye la fórmula conservadora “Dios, patria y familia”.
Isabel Perón, cuyo nombre real es María Estela Martínez de Perón, es efectivamente —tal como lo señaló Villarruel— la primera mujer en haber ejercido la presidencia de la Argentina y también el cargo de presidenta de un Estado el mundo. Nació en 1931 (tiene 93 años) y se casó con Perón, convirtiéndose en su tercera esposa. En 1974, tras la muerte de Perón, asumió la presidencia por ser su vicepresidenta. Su mandato estuvo marcado por una creciente inestabilidad política, económica y social, con el aumento de la violencia entre guerrillas y grupos paramilitares como la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que actuaba bajo su gobierno.
Su gestión no logró controlar la crisis, y en 1976 fue derrocada por el golpe militar que instauró la dictadura más sangrienta en la historia argentina, el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Isabel fue detenida y vivió en el exilio, mayormente en España, donde reside desde entonces. Su figura es controvertida debido a su vínculo con el peronismo y su ineficaz manejo del país en tiempos críticos.
El gobierno de Isabel Perón fue una continuidad de la tercera gestión presidencial de su marido: de tendencia derechista, especialmente hacia el final de su mandato. La Triple A perseguía y eliminaba a militantes de izquierda y opositores. Además, implementó políticas de ajuste económico con corte conservador. Su gobierno buscaba contener tanto a la insurgencia de izquierda como a sectores del propio peronismo que se inclinaban por una línea más revolucionaria. Esto la distanció de las bases populares del peronismo y la acercó a sectores más conservadores, lo que facilitó el golpe militar de 1976.
La conexión ideológica con Villarruel
Villarruel, una figura de derecha y defensora de los militares que participaron en la dictadura, se destacó por su postura revisionista respecto de los años 70, enfocándose en las víctimas de las guerrillas de izquierda y criticando la memoria predominante que pone el énfasis en los crímenes de la dictadura.
Isabel Perón, aunque formó parte del peronismo, lideró un gobierno que también combatió a las guerrillas de izquierda a través de medios represivos, como la Triple A. Este enfoque represivo contra los grupos a los que el gobierno de Isabel y la posterior dictadura denominaron subversivos es un punto de coincidencia entre ambas. La crítica de Villarruel a la visión “parcial” sobre el pasado, que omite los crímenes de las guerrillas, se alinea con el giro a la derecha que tomó el gobierno de Isabel en su lucha contra la violencia política.
JJD