Solo 2 de cada 10 directores y directoras de escuelas secundarias estatales son titulares en su cargo, el resto son suplentes o interinos. El panorama contrasta con las privadas, donde casi 9 de cada 10 son titulares. Los especialistas consideran que esto profundiza la desigualdad escolar y lo enmarcan dentro de un “silencioso proceso de privatización de la educación”.
En Argentina, el 75,4% de las personas que dirigen las escuelas secundarias estatales son interinas o suplentes, mientras que en el sector privado la tendencia es la inversa: el 87% son titulares, lo que genera condiciones más propicias para desarrollarse en el cargo. Los datos surgen del informe “Directores de escuela secundaria: ¿quiénes son y qué piensan?”, realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación en base a los resultados de las Pruebas Aprender de 2019. “Esto afecta directamente a las condiciones de trabajo porque si estás atravesado por una situación de temporalidad largamente extendida, el marco otorgado para las buenas prácticas decrece igual que posibilidad de poder construir desde ahí”, afirmó Viviana Postay del Instituto de Enseñanza Secundaria y Superior de Villa Carlos Paz y coautora del informe junto a Gabriela Catri y Martín Nistal.
“Esto habla de que no hay una estabilidad laboral que está dada por el puesto titular. Eso te permite construir un liderazgo efectivo, poder trabajar para la mejora escolar y poder ubicarte en proyectos que no sean de corto plazo sino de mediano y largo. Es una situación que es distinta al caso de las escuelas privadas, donde se ubican los directores con mayor antigüedad”, le dijo Postay a elDiarioAR. Esta situación está relacionada con las diferencias en el proceso de selección: mientras que en las estatales se realizan mayoritariamente por concursos, en las privadas los mecanismos no están unificados.
En las estatales el 54,3% accedió a su cargo principalmente por concurso, seguido por el puntaje (29,8%), mientras que en el privado predominan otros procesos de selección (69,9%), y solo el 22% obtuvo su puesto por concurso. “Se ve una dificultad de poder instalar maneras de elegir directores que sean más estandarizadas y que superen los mecanismos tradicionales discrecionales. Las privadas difieren unas a otras en el criterio de selección. Algunas tienen construída su propia lógica de acceso a concurso, pero no es estandarizada respecto de otras escuelas. Hay que poder discutir los mecanismos de selección en las escuelas privadas para que avancen a una estandarización mayor porque desde un punto de vista legal, tanto privada como estatal son escuelas públicas”, indicó la especialista. .
En términos generales, el promedio de edad es de 48 años y el 66,6% son mujeres. En cuanto a la antigüedad, las privadas tienen directoras y directores con más antigüedad que las estatales. El 28,9% tienen más de 10 años en el cargo en esa escuela, mientras que este número desciende a 14% en las estatales. En estas últimas, el 34,4% de los directores y directoras llevan menos de dos años en el cargo.
Las diferencias también se reflejan en los problemas con los que se encuentran los directivos. Más de la mitad de los estatales, considera como problemas moderados o serios al ausentismo e impuntualidad de estudiantes y docentes, la inadecuación de las instalaciones y equipamientos, y la debilidad del vínculo entre las familias y la escuela. “Esas cosas obstaculizan seriamente los procesos de enseñanza y aprendizaje”, afirmó Postay.
Para la investigadora, esto es el correlato de una “política silenciosa de privatización de la educación argentina” que comenzó en la década del 70 y se profundizó en los últimos 20 años. “Transciende los gobiernos y los signos políticos y se va delegando clandestinamente la educación argentina en el sector privado. Es más barato subsidiar la oferta privada que construir nuevas escuelas y pagar lo que implica hacerlas. No es solo en términos edilicios sino con todo lo que es personal. Entonces tenemos un proceso gigantesco de privatización de la educación en el país que impacta en que hay una situación de abandono de la escuela estatal y una oferta privada que lo va cubriendo”, afirmó. “La privada de hoy ya no es de los ricos, la oferta es más amplia, se está haciendo cargo de muchas vacancias dejadas por el Estado. Es algo que trasciende a los gobiernos”, agregó.
CDB/MG