“Ustedes trabajan para nosotros”, “nosotros les pagamos el sueldo”, “te vamos a escrachar porque no nos querés atender”. Oscar Szwarcman escuchó todo eso y apenas después, sin tiempo para esquivarla, vio venir una trompada contra su nariz. La agresión fue este sábado de Navidad, en la Unidad Febril de Urgencia (UFU) del Hospital Santojanni. Szarcman es médico de esa institución desde hace 35 años y dirige la UFU desde marzo de 2020, cuando el CoVid-19 llegó a la Argentina. Cerca del mediodía, cuando allí ya se habían hecho más de trescientos hisopados, recibió un golpe en la cara tras anunciar que ya no había más cupo disponible para atender a más personas.
Este lunes, en la misma UFU en la que lo golpearon, a Szwarcman se le asoma una cascarita sanguinolenta por encima del barbijo, y un tabique todavía ensanchado por la trompada. “Esta Unidad de Febriles atendía entre 90 y 120 personas por día hasta fines de noviembre. En la última semana atendió a entre 300 y 320 por día. Lo que pasó fue que empezaron los descuidos, la gente se sacó el barbijo, se terminaron los aforos y apareció un altísimo número de contagios. En ese contexto, se saturaron los centros de testeos para contactos estrechos sin síntomas, y esa gente empezó a venir a las UFUs”, describe el médico, en diálogo con elDiarioAR.
Atento a que la unidad que dirige empiece a atender a la hora señalada -las 8 de la mañana- y a si hay personal de seguridad privada cerca de la fila que ya mide una cuadra y media, Szwarcman detalla lo ocurrido este sábado: “En lugar de las 8, empezamos a trabajar a las 7 porque ya había 150 personas esperando. A eso de las 11.30 avisamos que ya no había más turnos. Había en ese momento unas 200 personas y unas 160 se quedaron y se violentaron. Nosotros atendemos lo que podemos según nuestra capacidad de tiempo, de espacio y de recursos humanos. Más que eso no podemos. En un momento todo se puso muy violento, ordené a mi equipo que se encerrara en la UFU y pedí refuerzo de seguridad y a la Policía. Pero una persona se mandó por atrás de las vallas, preguntó si yo era el jefe de la unidad, y cuando me di vuelta, me encontré con su puño”.
Después de la agresión al médico, y tras la viralización de un audio de WhatsApp en la que se narraba lo ocurrido, la Asociación de Médicos Municipales reaccionó: ese gremio exigió que se reforzara la seguridad en las UFUs y que se dispusiera del personal médico suficiente como para afrontar la demanda creciente de testeos en la Ciudad.
“Ese mismo sábado pararon las UFUs que carecían de esas medidas de seguridad y se lograron los refuerzos. En el día domingo ya hubo más seguridad tanto policial como privada y estamos intentando que se refuerce la cantidad de médicos. Esto es lo que queremos, si se mantiene así, perfecto. Si no, si baja esa protección, nuevamente estaremos ante un conflicto gremial”, describe Jorge Gilardi, presidente de la Asociación de Médicos Municipales.
En concreto, las medidas de fuerza se tomaron sobre todo en los hospitales Santojanni, Penna, Piñero, Durand, Álvarez y Argerich. Fuentes del Ministerio de Salud de la Ciudad confirmaron a este diario que habían reforzado la seguridad en las UFUs instaladas para diagnosticar casos de CoVid-19. Este lunes a la mañana, en las inmediaciones de la Unidad Febril del Santojanni, había un guardia de seguridad privada y tres policías de la Ciudad.
“Para que trabajemos tranquilos tienen que pasar tres cosas. Que sólo venga acá la gente que tiene síntomas y que la que no tiene síntomas pero es contacto estrecho vaya a los centros de testeo pensados para eso. Que en las UFUs tengamos el personal médico suficiente y el personal de Policía necesario para protegernos. Y también, que la gente por favor entienda que acá, por ejemplo, estamos trabajando al máximo de nuestra capacidad humana, de tiempo disponible y de espacio disponible”, dice Szwarcman. Tiene la nariz enrojecida debajo del barbijo y, a su alrededor, ya dos cuadras de cola para el hisopado.
JR