El abogado defensor de los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa habló al Tribunal inmeditamente después de que la madre de la víctima, Graciela Sosa, pronunciara sus últimas palabras. Hugo Tomei admitió que era difícil tomar la palabra: “La pérdida de un hijo es una de las peores cosas que le puede pasar a un ser humano. Me siento en un plano de inferioridad, sobre todo porque tengo que ejercer la defensa”. Y aprovechó esa introducción para marcar la cancha de su alegato: “Este caso tuvo una impronta mediática inigualable. Horas y horas de reproducción de videos y audios, partes del expediente expuestos en redes sociales, en canales de televisión, programas destinados a condenar, por supuesto. Entonces aquí hay otra desigualdad: ocho condenados por el poder mediático, por la sociedad y la opinión publica”.
Primero amagó con una absolución para todos. Es una cuestión técnica: dijo que si ayer durante el alegato de la Fiscalía y la querella “todos pegaron”, entonces hay una incongruencia entre la elevación a juicio -que indica que cinco de los ocho agredieron físicamente a la víctima mientras tres se ocupaban de blindarla para que no se acercaran los amigos a defenderla- y las conclusiones que las partes presentaron ayer.
“Voy a pedir la absolución porque el hecho no está probado”, aseguró al comienzo de su alegato final ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores. “No hay dolo, no se pudo comprobar el plan para matar en esos siete minutos, no hubo estado de indefensión, sí hubo una agresión”, siguió.
Pero hacia el final, propuso que se cambie la calificación a homicidio en riña o preterintencional. Ambos prevén una condena de dos a seis años. Con el tiempo que los ocho imputados llevan detenidos, podrían salir en libertad. “O, en su defecto, homicidio simple con dolo eventual”, agregó. Ese delito contempla una pena de 8 a 25 años. Ayer, las partes acusatorias pidieron perpetua para todos.
En su alegato, Tomei puso en duda que haya existido un plan criminal que debía dejar a Báez Sosa en la indefensión total. Para eso marcó incongruencias en los testimonios que ofrecieron los amigos de la víctima al Tribunal. “A Filardi lo sacaron, Corbo salió a pedir ayuda, a García le dan un golpe en la oreja y cruza, Raulera ve que Viollaz amaga pero no le pega, Tavarozzi quedó en shock...”
“Se habló durante todo el debate que Báez Sosa fue golpeado a mansalva como si fuera una bolsa de papas. Pero la autopsia encuentra seis golpes. La autopsia no miente. Esa autopsia nos está marcando un límite. ¿Qué sucede con esa contraposición de datos? Una lluvia de patadas, pero en la autopsia son seis”, siguió Tomei y agregó: “Si hubiera tenido el perito el golpe exacto que le causó la muerte tendríamos otra cosa. Habría autor, pero como teníamos diez revoltosos en Gesell cerramos la historia”.
Remarcó Tomei que los imputados tenía dos autos con los que podian huir y no lo hicieron. Que, además, filmaron su propio crimen, es decir, que se pusieron de acuerdo para matar y grabar su muerte. Y que entregaron a la policía sus celulares, cada uno con su clave. “Estos pibes no tenían idea de lo que había pasado, no tenían dimensión. Sobre los chats, escribieron una sarta de frases propias de menores que no tenía conciencia sobre la gravedad del hecho”, cerró Tomei.
Luego de un cuarto intermedio, cada imputado habló al Tribunal. A su turno, pidieron disculpas a la familia de Fernando.
VDM/MG