Este jueves 13 de junio se celebra el Día del Escritor en la Argentina. Esta efeméride surgió para homenajear a aquellos profesionales que en el pasado, presente y futuro han ejercido, ejercen o ejercerán responsablemente la creación literaria como una forma de expresión artística y humana.
El Día del Escritor se celebra el 13 de junio en la Argentina ya que ese día, pero de 1874, nació Leopoldo Lugones en Villa María del Río Seco, Córdoba (Argentina). Este hombre fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) que, tras su muerte, fue la institución que estableció el día de su natalicio como el Día del Escritor.
Día del Escritor: quién fue Leopoldo Lugones
Además de escritor, Lugones fue poeta, ensayista, cuentista, novelista, dramaturgo, periodista, historiador, pedagogo, docente, traductor, biógrafo, filólogo, teósofo, diplomático y político. Con sus cuentos se transformó en el precursor y uno de los pioneros de la literatura fantástica y de ciencia ficción en Argentina.
Considerado el máximo exponente de nuestra cultura, Leopoldo Lugones nació en Villa María del Río Seco en la provincia de Córdoba en 1874. Pasó allí su niñez y adolescencia y vivió también en Santiago del Estero. Se radicó en Buenos Aires en 1895. En la ciudad ejerció el periodismo en el diario El Tiempo y en 1897 fundó junto a José Ingenieros el periódico socialista revolucionario La Montaña.
Años después llegaría a dirigir la Biblioteca Nacional de Maestros. Realizó varios viajes al viejo continente europeo, residiendo en París de 1911 a 1914. Fue colaborador del Diario La Nación. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1926 y en 1928 fundó la Sociedad Argentina de Escritores.
Si bien sus ideas políticas en un inicio fueron socialistas fue virando a un ala más conservadora hasta apoyar el golpe de Estado de Uriburu en 1930 que derrocó al presidente en funciones, Hipólito Yrigoyen.
Desencantado con la política argentina, insatisfecho por su tarea en una biografía de Roca en la que no podía avanzar y sacudido por una infidelidad, Leopoldo Lugones decide terminar con su vida en una isla del Delta de Paraná el 18 de febrero de 1938 ingiriendo una mezcla fatal de whisky y cianuro. Tenía 64 años.
Poeta, narrador, bibliotecario, pedagogo y ensayista, en su obra forjó de hecho una vanguardia literaria que rompió con la herencia hispanista y sentó así las bases de una literatura moderna, siempre en la búsqueda de una lengua propia para nuestro país.
Su obra
Su primer poemario Los mundos fue publicado en 1893. Tres años más tarde conocería al poeta nicaragüense Rubén Darío, influencia definitiva en su escritura. Le siguieron Las montañas de oro (1897), Los crepúsculos del jardín (1905) y Lunario sentimental (1909).
A partir de 1910, con la publicación de Odas seculares se observa un cambio en su registro para centrarse en la exaltación de la tierra y su gente.
Le siguieron El libro fiel (1912 y los poemarios El libro de los paisajes (1917), Las horas doradas (1922), Romancero (1924), Poemas solariegos (1927) y Romances del Río Seco (publicación póstuma en 1938). Continuó con La guerra gaucha (1905), un relato histórico sobre la guerra de la independencia, adaptada para el cine en por Lucas Demare en 1942 y una novela teosófica, El ángel de la sombra (1926).
Lugones como narrador es el gran pionero de la literatura fantástica en Argentina gracias a Las fuerzas extrañas (1906), La torre de Casandra (1919), Cuentos fatales (1924) y La patria fuerte (1933), precursores de los mejores relatos de algunos de los más grandes cultivadores de este difícil género, como Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
Para Lugones, el rol del escritor estaba unido al destino de su país y por lo tanto, debía ser parte de su acción política. Admirador de las bibliotecas populares (contaba anécdotas sobre cómo lo marcó la biblioteca de su pueblo),dirigió hasta su muerte la Biblioteca Nacional de Maestros y contribuyó a diseñar una reforma para la educación secundaria argentina.
NB