Martín Sturla cría toros y vientres en San Antonio de Areco, a 110 kilómetros de Buenos Aires, para venderlos a ganaderos que producen carne de exportación. También envía embriones a España o Portugal. Sturla se entusiasma con que Milei gire la política exterior de Argentina para darle prioridad a Estados Unidos, Israel y lo que el presidente llama el “mundo libre”. Aunque en la campaña electoral habló de congelar relaciones diplomáticas con Brasil y China por considerarlos “comunistas”, como nuevo presidente ya ha iniciado el diálogo. China es el principal destino de exportación de la carne vacuna argentina.
Daniel Rosato, en cambio, teme la apertura comercial con la Unión Europea y el resto del mundo. En Berazategui, suburbio de Buenos Aires, tiene una fábrica metalúrgica y otra de papel higiénico que emplean 187 trabajadores. Vende todo en el mercado interno. Sólo exportaba hace 15 años al resto del Mercosur y a Centroamérica cuando Argentina tenía un tipo de cambio competitivo.
Fabián Calle, politólogo experto en relaciones internacionales, explica que con la jura presidencial de Milei vinieron “especies muy distintas” de la derecha internacional, como Volodimir Zelenski, Viktor Orban, Jair Bolsonaro y José Abascal. Pero en términos económicos el experto considera que prevalecerá el pragmatismo para intentar vender productos argentinos a todo el mundo.