INVESTIGACIÓN

Otras dos mujeres confirman el trato abusivo durante una selección de azafatas: “Me levantó la falda sin decirme nada”

Ana Requena Aguilar

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Dos mujeres más confirman a elDiario.es que durante el proceso de selección que convocó Meccti para reclutar personal de cabina para Kuwait Airways en Madrid el 5 de noviembre se produjeron comentarios ofensivos y comportamientos vejatorios.

Irene (nombre ficticio), de 24 años, es una de ellas. Llegó hasta la prueba en la que las candidatas tenían que entrar, de una en una, en una sala. Allí, la reclutadora le preguntó si tenía tatuajes o piercings y le pidió que se subiera la falda: “Yo me la levanté hasta la rodilla y ella cogió y sin decirme nada me la subió hasta las bragas”. Irene fue de unas azafatas seleccionadas pero, dado el trato recibido, decidió renunciar.

La empresa Meccti anunciaba el miércoles que emprendería acciones legales por la difusión de testimonios que, aseguraban, eran falsos. Sin embargo, un día después y ante las nuevas informaciones publicadas por elDiario.es, anunciaba la apertura de una investigación interna y descargaba toda posible responsabilidad en una subcontrata, Meiservices.Sarl. A su vez, Meiservices enviaba este jueves un comunicado en el afirmaba que su personal no había incurrido en ninguna ilegalidad pero que asumían “toda responsabilidad legal por cualquier acción realizada por nuestro personal durante cualquier evento de reclutamiento y cooperaremos en cualquier investigación”.

Irene tiene el carné de tripulante de cabina desde hace un año, pero todavía no tiene experiencia laboral como azafata. El anuncio le apareció en redes sociales, concretamente en el perfil oficial de la empresa Meccti. A partir de ahí, envió la solicitud y la compañía le confirmó en un correo electrónico que estaba seleccionada para acudir al reclutamiento que tendría lugar en el hotel Meliá Barajas de Madrid el 5 de noviembre.

Yo veía salir a las chicas de ahí y les decía 'pero qué os pasa, parece que os ha dado algo

Una vez en la prueba se encontró con otras decenas de mujeres a las que no conocía de nada. “Todo empezó mal porque enseguida el reclutador empezó a meterse con otras aerolíneas y también con los profesores que dan el curso para sacarse la licencia de tripulantes”, explica.

Durante esa explicación, el reclutador también les explicó que, de ser seleccionadas, tendrían que pagar 1.900 euros para terminar el proceso en Kuwait y poder acceder al “curso de conversión”, el curso en el que todas las aerolíneas explican a su personal el tipo de aviones en los que trabajarán.

Irene pasó la primera fase de la selección, la prueba oral de inglés en público, y avanzo en el proceso. “Salimos todas fuera de la sala y empezaron a llamar una por una en orden alfabético. Yo veía salir a las chicas de ahí y les decía 'pero qué os pasa, parece que os ha dado algo'. Las veía a todas con cara de asustadas. Una dijo que le habían hecho quitarse los pantalones y salió como llorando, la segunda salió abrochándose la camisa”. Si bien en la convocatoria la empresa dejaba claro que el atuendo más adecuado para acudir al proceso era falda y blusa, algunas de las chicas llevaban pantalón, como confirman varias de ellas.

Finalmente, fue el turno de Irene. Primero, la reclutadora le preguntó si tenía tatuajes o piercings. Le pidió también que se subiera la falda: “Yo me la levanté hasta la rodilla y ella cogió y sin decirme nada me la subió hasta las bragas. Me la levantó ella directamente, sin preguntar. Yo llevaba medias transparentes y no me las hizo quitar”.

La reclutadora pudo ver el moratón que Irene tenía en una rodilla. “Me preguntó que cuándo me lo iba a quitar”, asevera. Después de la falda, fue el turno de la camisa. “Me dijo que me desabrochara la camisa y yo le dije '¿es necesario?' y ella contestó que sí, que tenía que comprobar que no tuviera tatuajes. Tengo una mancha de nacimiento en el brazo y me dijo '¿y no te la puedes quitar?' Yo le dije que cómo, que era una marca de nacimiento”, prosigue Irene, que recuerda cómo la mujer dio la vuelta alrededor de ella para verla al completo.

Irene hizo la última prueba, que consistió en examen de inglés y matemáticas tipo test. “Primero decían que necesitabas un porcentaje del 50% de respuestas para aprobar, luego decían que del 80%... A mí me dijeron que mi examen estaba súper bien y que había pasado la prueba, que 'solo' tenía que quitarme la marca de nacimiento y bajar tres kilos hasta enero, pero les dije que no quería quedarme con ellos. Si nos han tratado así en esta prueba en España, no me quiero imaginar después”, asegura.

“Vi a chicas muy afectadas”

Renata, de 26 años, es otra de las mujeres que acudió al proceso. Viajó desde Portugal, donde reside. Después de tener noticia de la selección por redes sociales y una página especializada, envió su candidatura y la aceptaron. Aunque llegó a la parte de la entrevista en la que tuvo que entrar sola en una sala con la reclutadora, ella no tuvo que quedarse en ropa interior. Fue eliminada antes, por su altura.

Recuerdo ver a dos muy afectadas, llorando. Cuando contaban lo que pasaba yo me quedé un poco en shock, ¿de verdad estaban pidiendo eso?

“Yo entré de las últimas y vi a las chicas ir saliendo. Recuerdo ver a dos muy afectadas, llorando. Cuando contaban lo que pasaba, yo me quedé un poco en shock, ¿de verdad estaban pidiendo eso?”, cuenta. En su turno, Renata entró en la sala y la reclutadora le pidió que se acercara a la pared para medirla. Ahí fue eliminada: “Me dijo que me faltaban dos centímetros”.

Renata recuerda también algunos de los comentarios que escuchó durante el proceso, “a una chica no la cogieron porque tenía acné, a otras les hablaban de su peso”.

Desde el pasado lunes, elDiario.es ha revelado varios testimonios de mujeres que cuentan el trato recibido durante el proceso de selección convocado por Meccti. Una de las mujeres, que resultó seleccionada, no fue finalmente contratada por ser negra: “Los siento, kuwait Airlines no contratará a personal de piel oscura”, le comunicaron.

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