Diez bancos públicos y privados presentaron en el último mes distintas líneas de créditos hipotecarios para la compra de viviendas, entre otras operaciones inmobiliarias, con una tasa que rondará entre 3,5% y 7% y que se ajustarán por medio de la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), un registro que evolucionará en función del índice de inflación.
Esta situación, considerada “espectacular” por el ministro de Economía, Luis Caputo, revive de algún modo lo ocurrido en 2016, durante la presidencia de Mauricio Macri, que sin embargo resultó en una experiencia traumática para miles de familias que tomaron aquellos créditos y hoy padecen serios problemas para pagar la deuda, ajustada a una inflación de 554% en los últimos siete años.
En un escenario de suba desmesurada del valor de los alquileres y de dificultades habitacionales, los nuevos créditos hipotecarios aparecen como una oportunidad para revitalizar el sector inmobiliario porque permitirán no sólo la compra de una primera vivienda sino la construcción, refacción y ampliación y hasta la adquisición de una segunda casa o departamento.
“El crédito hipotecario es uno de los pilares de este gobierno. Que a apenas 5 meses de haber asumido, y considerando (que) estábamos más cerca de un híper que otra cosa, los bancos ya estén impulsando fuertemente estos créditos es una noticia ESPECTACULAR!!”, escribió días atrás el ministro Caputo en su cuenta de la red social X para referirse al lanzamiento de las propuestas hipotecarias.
Hasta el momento las entidades que anunciaron las líneas crediticias son los bancos Nación, Hipotecario, Ciudad, Supervielle, Santander, ICBC, Macro y los provinciales de Córdoba, Corrientes y Neuquén. Esta decena de entidades presentó diversos tipos de tasas, beneficios, montos, requisitos y condiciones para atraer a los interesados. Por ejemplo, el Macro se enfocó en un ofrecimiento específico para personas de hasta 30 años, a quienes propuso una línea de crédito sin monto máximo y con un plazo de pago que puede llegar hasta los 20 años. Otros bancos, sin embargo, no fijaron un tope de monto para el crédito, aunque por el momento solo el Banco de Córdoba propuso una financiación de hasta 100% de la operación. Las tasas de interés ofrecidas, en tanto, varían entre 5,5% y 7,5% del valor escriturable del inmueble.
“La señal del lanzamiento de los créditos UVA es muy buena y es el primer paso importante para que exista posibilidad de comprar con algún tipo de herramienta crediticia. Después deben darse otras condiciones para que esto se convierta en operaciones concretas, entre ellas la estabilidad cambiaria, mejoras en el salario real y una inflación moderada”, dijo a elDiarioAR María Soledad Balayan, licenciada en Economía Empresaria y titular de Maure Inmobiliaria.
Balayan indicó que para las personas que tienen ahorros pero no llegan a adquirir un inmueble “por poca diferencia, esta herramienta se lo puede permitir en lugar de seguir destinando el dinero a un alquiler”. Sin embargo, consideró que “por el momento, el segmento de la sociedad que pueda acceder a los créditos no va a ser muy amplio” porque “como mínimo se necesita sumar $2 millones como ingreso neto y una situación financiera y crediticia impecable”.
“Para mí ese es un condicionante importantísimo para poder aplicar a un crédito de ese tipo, además de la inestabilidad laboral de mi profesión”, contó a elDarioAR Damián, que alquila un departamento de tres ambientes en el barrio porteño de Villa Crespo y es diseñador gráfico. En una situación similar se encuentra Brenda, que alquila una vivienda de dos ambientes en el barrio de Flores y que “ni siquiera juntando” su salario y el de su pareja alcanzan a sumar el ingreso salarial que es condición para acceder a los créditos. Las propuestas, entonces, “no resultan muy accesibles” hasta el momento, “pero a medida que se vaya acomodando la economía, los precios relativos, mejoren los salarios, será cada vez más accesible. Es un buen primer paso”, consideró Balayan.
El jueves 23 de marzo de 2017 el entonces ministro de Finanzas, Luis Caputo, encabezó en el Palacio de Hacienda un encuentro para anunciar, junto a los presidentes de los tres bancos públicos (Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad) las características de las líneas crediticias para el acceso a la vivienda de las personas con ingresos medios. “Este proceso de recuperación del crédito va a tener un impulso enorme con estos créditos hipotecarios y vamos a desarrollar un mercado aún más grande en la medida que se sume la banca privada”, dijo Caputo en aquella ocasión.
–¿Encuentra alguna diferencia con relación a la primera versión de los créditos UVA? –le preguntó elDiarioAR a Balayán.
–En aquel momento el monto máximo de financiación era menor, pero con precios de inmuebles muchos más caros. En el último tiempo los valores cayeron un 40% en dólares y en términos reales, por lo tanto hoy se puede acceder con una financiación a una mayor proporción de inmuebles. Actualmente hay más oferta que en aquel momento, pero estuvimos viviendo meses de altísima inflación y eso debe ser una alarma para quien tome el crédito, porque más allá de lo que pase en la economía en los próximos dos o tres años, el plazo del crédito elegido, si es mayor a diez años, implica mucha incertidumbre.
–La primera versión de los créditos dejó a varios miles de personas con hipotecas cuyo pago, según afirman, son imposible de cumplir. ¿Esta nueva herramienta podría tener una consecuencia similar? ¿Cómo podría evitarse en todo caso?
–Todo sistema de crédito tiene siempre un porcentaje mínimo de personas que quedan descalzadas de los pagos, en algunos casos por circunstancias personales que cambian la economía del grupo familiar o por malas decisiones. Se sabe que los créditos UVA no escaparon del porcentaje estadísticamente lógico de deudores; incluso, dicen que fue menor al que se da en créditos personales.Quien conoce de historia económica argentina y entiende de probabilidades debía haber incluido en las posibilidades una disparada inflacionaria en algún momento que podía complicar la situación de pago durante la vigencia del crédito y contar con un plan de acción para esos casos. Para evitar esto, o al menos minimizar los problemas en el futuro, es muy importante tener clara la estabilidad laboral e ingresos que pueden recibirse de acá en adelante y un resguardo de capital o reserva de al menos seis meses para caso de emergencia.
“Nadie les puso una pistola en la cabeza”
“Usted tomó una decisión en términos de renta-riesgo y ahora, como el resultado es adverso, quieren que lo pague otro. Si tomó una decisión incorrecta, se tiene que hacer cargo. Nadie les puso una pistola en la cabeza para que saquen el crédito UVA”. En noviembre pasado, solo 20 días antes de asumir la presidencia, Javier Milei expuso en una entrevista televisiva con el canal Todo Noticias (TN) su posición frente al pedido de quienes clamaban por una ayuda del Estado para pagar sus deudas hipotecarias. La situación de esas personas, estimadas en 100.000, fue empeorando desde ese momento porque la inflación trepó en el último semestre a 91%. En esa misma entrevista, Milei opinó que los tenedores de créditos UVA tomaron esa herramienta en función de un diferencial de tasa de interés. “Si yo decido tener una vida temeraria y, como consecuencia de ello, tengo una lesión, ¿es correcto que les pase las cuentas a ustedes?”, se preguntó el entonces mandatario electo.
“Milei está mal informado. No se está pidiendo que el Estado ponga plata. Los créditos UVA constituyeron una política de acceso a la vivienda y el Estado nos tiene que garantizar poder pagar”, respondió en aquel momento Paola Gutierrez, referente del Colectivo Nacional de Hipotecados UVA. La agrupación nació hace algo más de un lustro y representa a miles de familias que se encuentran ahogadas financieramente por los créditos. “Tenemos gente que hace un año que no paga o que ya no puede pagar más porque perdieron su empleo. Esta situación puede empeorar porque la tasa de desempleo, según distintas estadísticas, se está incrementando”, dijo Gutiérrez a elDiarioAR.
La consultora Opina Argentina difundió días atrás un estudio, elaborado entre el 30 de abril y el 4 de mayo, en el que destacó que cada vez más las personas tienen miedo de perder su trabajo. El relevamiento indicó que el 55% de los encuestados le teme al desempleo y que quienes habitaban en el Área Metropolitana de Buenos Aires son quienes más están preocupados en ese sentido (59%). A nivel nacional, Opina Argentina mencionó que por primera vez desde que lleva adelante estas encuestas, la desocupación se encuentra en el mismo nivel que la inflación (29%) como uno de los principales problemas de la población. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la tasa de desocupación llegó al 5,7% en los últimos tres meses de 2023 y en esa situación se encuentran 820.000 trabajadores situados en la población económicamente activa. La cifra no alcanzó a tomar en cuenta los varios miles de despidos llevados a cabo por el Gobierno en la Administración Pública Nacional (APN) y otros organismos estatales, como también en empresas.
“Nosotros estamos pidiendo que una persona que sacó un crédito a 30 años tenga seis meses de gracia para pagar la cuota si perdió su trabajo. No solicitamos que le perdonen la deuda, sino que se contemple esa situación de inestabilidad laboral. Y en este contexto, las familias tienen que tener muy en claro cuánto van a pedir y, en lo posible, que la cuota no supere el 18% o el 20% de tu salario mínimo”, comentó Gutiérrez.
Para la referente Hipotecados UVA es “una irresponsabilidad bastante grande” por parte del gobierno nacional lanzar por segunda vez una herramienta como los actuales créditos hipotecarios cuando todavía “no se pudo solucionar nuestra situación”, evaluó. Además, hizo una comparación con la primera versión de la medida: “En 2007 la tasa de interés era de 3,5% y ahora puede superar el 7% más una inflación interanual en abril de 289%”. Gutiérrez también alertó que si una persona interesada en tomar un crédito no cuenta con un monto salarial suficiente para alcanzarlo puede incorporar hasta dos codeudores. “Un codeudor no es un garante. Esa persona va a estar atada a tu hipoteca con sus ingresos durante 30 años”, indicó.
Los créditos UVA se denominan de ese modo por las siglas de “Unidad de Valor Adquisitivo”, una medida establecida por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) cuyo valor se actualiza según la inflación por medio del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Los Hipotecados UVA proponen, en cambio, que en lugar de tomar como referencia el nivel de inflación se haga por medio del índice Casa Propia, un coeficiente tiene en cuenta el menor indicador entre el promedio de la variación salarial del último año y el de la inflación del mismo período.
En julio de 2023, la Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado, donde todavía fue tratado en el recinto, un proyecto de ley que atiende la situación de los tomadores créditos hipotecarios UVA. La iniciativa, llamada Sistema Integral de Cobertura y Promoción de Créditos Hipotecarios UVA, establece límites a las cuotas de los deudores hipotecarios -no debe superar el 30% de los ingresos de los deudores-, fija que la actualización mensual del saldo del capital se calculará sobre la base de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) y suspende por un año los juicios de desalojo, lanzamientos, embargos o cualquier tipo de medidas preventivas o cautelares sobre aquellas viviendas adquiridas por medio de este tipo de créditos. Un grupo de los Hipotecados UVA marchó semanas atrás hacia el Senado para reclamar el tratamiento de la iniciativa. Algunos legisladores del PRO y la UCR les aseguraron que en poco tiempo plantearán el tema en la Comisión de Presupuesto para luego llevarlo al recinto. El debate del proyecto parece complicado porque la prioridad en el Senado es la discusión de la Ley Bases. Si no es tratado antes de noviembre próximo, perderá estado parlamentario.
“Nosotros pretendíamos que la ley no tomara como indicador el RIPTE, sino el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), que se estima a partir de la comparación de meses sucesivos las variaciones de los salarios tanto del sector público como del privado. Pero, ante la nada, preferimos que avance la ley y luego pedir los cambios que consideremos”, dijo Gutiérrez.
Los dueños de la viviendas en la Ciudad
La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) relevó en un informe que el 96,5% de los propietarios de viviendas en la ciudad de Buenos Aires son personas físicas y apenas el 3,5% son personas jurídicas. Sin embargo, estas últimas entidades poseen el 11,9% de las propiedades porteñas, indicó el estudio titulado “Los dueños de la Ciudad”, que aporta datos sobre las características de las personas propietarias en la capital del país.
Según el documento, en la ciudad de Buenos Aires el 40,3% de los hogares está compuesto por personas que viven en una vivienda de su propiedad, un porcentaje que viene en descenso sostenido desde 2003, cuando representaba un 65,5% de los hogares. Por el contrario, la cifra de quienes alquilan es 38,9%, “la más alta en décadas”, afirma ACIJ.
“Esta dinámica se da en un período en el cual la población de la Ciudad permaneció relativamente estable y la construcción de viviendas creció de forma continuada”, agrega. A partir de datos de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP), el 10% de las personas propietarias físicas y jurídicas de la CABA con más inmuebles concentra el 33% del total de las propiedades de la ciudad, mientras que el 1% concentra el 12% del total. En tanto, el 10% de las personas físicas y jurídicas que más valuación fiscal acumula concentra el 60% del valor fiscal total del territorio porteño y el 1% de los que mayor valor posee concentra el 35%.
GT/DTC