Caso Báez Sosa

El remero apuntado falsamente por los rugbiers dijo que los acusados son conocidos por “pegar en grupo” y su padre les gritó “cobardes”

enviada especial a Dolores. —
4 de enero de 2023 13:22 h

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Camisa blanca, altísimo, la voz gruesa y esquivando la mirada de los imputados, declaró hoy Pablo Ventura. Se trata del chico de Zárate que fue acusado por los rugbiers la mañana del allanamiento. En el expediente solo figura la declaración de un policía que dijo que uno de los detenidos le había dicho que un tal Pablo Ventura había participado del hecho y se dio a la fuga. Pero no figura en ningún lado el nombre de quién lo señaló. Ventura fue detenido en la tarde del asesinato y lo liberaron tres días después. “Siempre agarran en grupo a alguien. En Zárate eran conocidos porque es un grupo problemático. Se peleaban después de las jodas y a la salida de los boliches”, dijo.

La defensa de los rugbiers convocó al padre de Pablo Ventura, José María, cuya declaración estaba prevista para el 16 de enero. Hugo Tomei, abogado de los rugbiers, estaba especialmente interesado en saber detalles de la demanda que presentó su hijo en la Justicia: pide 10 millones de pesos a modo de resarcimiento por la detención, que fue injusta. El padre de Ventura se desligó del tema. Argumentó que fue idea de su hijo, que desconoce los detalles y que el asunto lo lleva adelante Marcelo Olmos, el abogado designado. Hacía el final y a los gritos, dijo: “Es un acto de cobardía total nombrar a un inocente. Y digo diez, no ocho, porque tanto (Alejo) Milanesi y como (Juan Pedro) Guarino estaban al momento del allanamiento y escucharon quién o quiénes nombraron a mi hijo. Lo que yo digo es que son unos cobardes”. Milanesi y Guarino fueron sobreseídos en febrero por falta de mérito. La fiscalía no pudo ubicarlos en el lugar de los hechos. Estas citados a declarar en las últimas audiencias.

Pablo Ventura tenía en la mira a Lucas Pertossi, primo de Ciro y Luciano, también imputados. Dijo que se había enterado a través de un conocido que Lucas decía que él era “un tonto” y que una vez “se miraron mal”. La fiscalía expuso a Ventura a los mensajes de WhatsApp que se había enviado con amigos el día de la detención, cuando todavía estaba en su casa e incluso cuando llegó a la DDI de Campana, ya notificado de la acusación. Pablo escribió: “Si llega a ser Lucas Pertossi que siempre la flasha conmigo les juro que ahí sí voy a preso pero por matarlo”. Fue un comentario hecho a un amigo que en este contexto adquiere otro sentido.

 “Los odio yo, ojalá vayan presos por pelotudos, porque mataron a un pibe”, dijo en otro mensaje. Por eso la fiscalía le preguntó si había tenido problemas con ellos antes. Pablo dijo que no, pero que los ha visto pelear en grupo a la salida de los boliches en ´Zárate “entre tres, cuatro o cinco, contra dos. Ellos siempre eran mayoría”. Tomei, abogado defensor, pidió precisiones. Ventura no supo responder cuándo había visto aquellas peleas.

Cómo impactó la falsa acusación en la familia

“Después de esto y durante dos meses, no pude salir a la calle tranquilo. Perdí totalmente la privacidad”, dijo Ventura. Su padre fue más específico: “Además de cometer el daño, estos chicos nos hicieron daño a nosotros. Estuvimos muy expuestos. Pablo en un momento no quería salir. Con el tiempo empezó a remar, a entrenar, a estar con los amigos. A salir en Buenos Aires, no en Zárate. Por qué tanta cizaña, nos preguntamos. Aparte de bronca, a mi hijo le tenían envidia. Mi hijo es completamente diferente a estos personajes”.

Cuando la policía llevó a su hijo, José María se subió al auto y partió a Gesell. Entró en un hotel y pidió una habitación. Se la negaron. Dijeron que de darle alojamiento los pasajeros dejarían el hotel. Entonces fue al hotel de su sindicato, el de Luz y Fuerza. “Me dijeron vení, yo te escondo en una habitación. Yo quería salir a gritarle a todo el mundo que mi hijo era inocente”, completó. La fiscal de Instrucción, Verónica Zamboni, lo liberó tres días después de la detención porque la familia logró probar que Pablo Ventura estaba a 400 kilómetros de Gesell la noche del crimen. Primero cenó con sus padres y luego visitó a amigos. Ninguno de los imputados se responsabilizó, hasta el momento, de haberlo nombrado.

VDM