El papa Francisco criticó este sábado la violencia machista. En su primera misa del año 2002 aseguró que hacerle daño a las mujeres es “ultrajar a Dios” y pidió más protección para ellas en las sociedades actuales.
“Cuánta violencia hay contra las mujeres. ¡Basta! Herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer”, aseguró Francisco en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
En la homilía de este sábado, el Papa se dirigió a las mujeres y a las madres, y aseguró que tienen una “mirada inclusiva, que supera las tensiones conservando y meditando en el corazón”. “Es la mirada con la que muchas madres abrazan las situaciones de los hijos. Es una mirada concreta, que no se desanima, que no se paraliza ante los problemas, sino que los coloca en un horizonte más amplio”.
Francisco recordó que las madres “asisten al hijo enfermo o en dificultad” y subrayó el amor que hay en sus ojos, “que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando”. Las madres, remarcó, “saben mantener unidos los hilos de la vida” y por eso son esenciales en el mundo actual, porque son “capaces de tejer hilos de comunión, que contrarresten los alambres espinados de las divisiones, que son demasiados”.
También elogió que “no miran el mundo para explotarlo, sino para que tenga vida” y “logran mantener unidos los sueños y lo concreto, evitando las desviaciones del pragmatismo aséptico y de la abstracción”.
En su homilía, el Papa también citó la necesidad de que las personas se enfrenten a los problemas con paciencia, conservando la fe y meditando.
Algunas veces, “tenemos la esperanza de que todo va a salir bien, pero de repente cae, como un rayo de la nada, un problema inesperado. Y se crea un conflicto doloroso entre las expectativas y la realidad. Pasa también con la fe, cuando la alegría del Evangelio es puesta a prueba por una situación difícil que nos toca atravesar”, aseguró.