“El país está devastado, el dolor de la gente se siente en el cuerpo”, consideró Daniel Iglesias, jefe del grupo de rescate que envío Argentina el 9 de febrero pasado a Turquía para colaborar con la búsqueda de sobrevivientes del sismo, que ya produjo más de 35 mil muertos en ese país y en Siria, y advirtió que “estamos muy sobre el límite” para rescatar personas con vida de los escombros, a una semana del terremoto.
En diálogo con Télam, Iglesias comentó que los 32 socorristas y dos perros enviados por el gobierno argentino continúan buscando sobrevivientes entre los escombros las 24 horas del día, tras un terremoto considerado como el quinto más mortífero desde el inicio del siglo XXI.
“Seguimos buscando personas con vida aunque estamos muy sobre límite para encontrarlas. Es un terremoto de magnitudes que no se pueden explicar, hay que verlo personalmente”, dijo el rescatista desde el campamento en la ciudad de Hatay mientras le temblaba la voz por el frío que impera en esa zona de Turquía en esta época del año.
La brigada USAR, que fue enviada desde Argentina a Turquía el 9 de febrero, está integrada por 28 efectivos altamente calificados en materia de búsqueda técnica, búsqueda canina, asistencia médica, materiales peligrosos, ingeniería estructural y comparten los trabajos junto con 4 efectivos de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria - Cascos Blancos (ACIAH).
Veronica Ayala, coordinadora de la Logística Sanitaria en Emergencias de Cascos Blancos, comentó a Télam que “la situación es desoladora, hubo muchísimas pérdidas de vidas humanas, de viviendas, de edificios... es mucho el daño”.
Ayala, que trabajó en situaciones similares dos veces en Haití, en los desastres de 2010 y 2021, y en Ecuador en 2019, aseveró que esta misión en Turquía “es muy compleja”.
“Es mi cuarta misión en terremotos, y todas las situaciones son diferentes, te dejan distintas vivencias, si bien el fenómeno es el mismo. Depende mucho de la cultura, del clima, la situación de la población, es una catástrofe. El hecho de estar tan lejos, el idioma diferente y el frío hacen que el trabajo sea más duro en esta emergencia”, opinó.
“La zona devastada es muy amplia, la extensión del territorio que afectó el sismo es tan grande como Portugal. Los 84 equipos de rescate de todo el mundo no dan a abasto”, aseguró Iglesias desde el campamento en la ciudad de Hatay, donde comparten el centro de operaciones con rescatistas de Australia, Rumania, Francia y España.
“Hoy el equipo de Francia logró encontrar 3 personas con vida. Nosotros hasta ahora encontramos gente sin vida en los edificios luego de realizar tareas de rompimiento en varias losas. La brigada de Holanda nos contó que ellos hace 19 años que no encuentran una persona viva, pero que no nos desanimemos porque puede pasar”, relató.
Iglesias comentó que, al llegar a Turquía, los integrantes de un equipo de rescate se estaba retirando porque no pudo sostenerse desde el punto de vista psicológico y les dijeron claramente: “prepárense para el apocalipsis”.
“Cuando llegamos al terreno entendimos de qué estaban hablando”, aseguró, y agregó que “el país está devastado, el dolor de la gente se siente en el cuerpo”.
La coordinación de los equipos internacionales la realiza la Agencia Turca de Manejo de Desastres (AFAD), que tiene más de 160 mil rescatistas operando en ese país.
“Por ahora AFAD como autoridad determinó que debemos seguir buscando personas con vida entre los escombros. Luego, cuando ellos decidan, pasaremos a otra fase”, explicó Iglesias.
La brigada de la Policía Federal comandada por Iglesias se llama ARG 12, y es la única brigada mediana del país que está certificada internacionalmente para las tareas de rescate frente a este tipo de tragedias.
“Tenemos un año como equipo y esto es una experiencia impresionante. A pesar de la tragedia, anímicamente el equipo está muy unido, muy motivado. Mi tarea como líder es mantener a todos animados, ver que estén bien, que estén alimentados. Nos encontramos con mucho frío, conseguimos frazadas más gruesas, esto ir viendo día a día cómo mejorar las condiciones del campamento”, aseveró el líder de la brigada.
Tanto Ayala como Iglesias reconocieron que a pesar de la tragedia, los locales demuestran mucha amabilidad y respeto por los rescatistas.
“La población es extremadamente generosa y cordial con los equipos que vienen a colaborar, están conmovidos. No dejan de ofrecerte un té cada vez que pueden, pasan y saludan. Están muy agradecidos con la ayuda”, aseguró Ayala.
“Se está trabajando mucho y la gente es muy agradecida con nuestra brigada. Nos brindamos demasiado, nos metemos a trabajar en cualquier lado, pero siempre respetando las condiciones de seguridad”, aseveró Iglesias y contó que gracias al fútbol pudo acercarse a unos niños turcos.
“En el campamento de refugiados había unos chiquitos con una pelota, le dijimos ´Messi´ y nos acercamos a jugar con ellos. Se reían y nosotros les festejábamos el juego. Animarles el alma a ellos nos alimenta a nosotros, son bocanadas de aire que necesitamos para seguir con nuestro trabajo”, aseguró.
La misión humanitaria argentina se instalará por al menos diez días en el campamento que comparte con rescatistas de otros países para seguir esta tarea humanitaria, pero puede extenderse ese lapso si se requiere.
“Por ahora seguiremos en la búsqueda de personas con vida. Lo que sigue dependerá mucho de las tareas que establezca el gobierno turco”, concluyó Ayala.
DA