Se sabía que Renault estaba desarrollando un nuevo modelo eléctrico “muy accesible” –de no más de 20.000 euros–, para competir con la oleada de productos chinos que se espera que llegue a Europa en ese segmento del mercado. Lo que nadie esperaba es que ese modelo fuese una recreación del Twingo de 1992, el popular y querido citycar que fue un ícono del diseño de autos urbanos.
El nuevo modelo se mostró en forma de concept car, un prototipo que anticipa cómo será el nuevo modelo, que estaría llegando al mercado recién en 2025. La ocasión para la develación fue una reunión para inversores de la empresa Ampere, la división del Grupo Renault que se encargará de comercializar sus futuros productos eléctricos. La asamblea estuvo conducida por Luca de Meo, el CEO del Grupo Renault, quien describió al nuevo Twingo como “uno de los elementos que permitirán la democratización de los vehículos eléctricos y que potencialmente impulsarán su masificación”. Di Meo también afirmó que el nuevo modelo pasará de concepto a producción en aproximadamente dos años, será fabricado en Europa, y promete cifras de eficiencia muy interesantes –planteadas en términos de consumo en lugar de autonomía– de alrededor de 10 kWh cada 100 km. De alcanzar esas cifras, se convertiría en una referencia en su categoría.
Me gusta la idea de traducir al lenguaje europeo el concepto de kei cars en Japón. Creo que hay cierta inteligencia en ese tipo de concepto, porque es un problema de producto más regulación para permitir una movilidad humana eficiente y de bajo impacto.
El Twingo original de 1992, diseñado bajo la responsabilidad del gran Patrick Le Quement, fue revolucionario en muchos aspectos, con una combinación perfecta entre estética amigable, maximización del espacio interior y mucho énfasis puesto en la funcionalidad. Muchos lo consideramos como una de las mejores expresiones del diseño de autos de todos los tiempos. Esa primera generación se fabricó en Europa hasta 2007 (en otros países como Uruguay hasta 2012) y tuvo dos iteraciones posteriores, en 2007 y 2014, que intentaron aportar un aura de modernidad, pero nunca lograron alcanzar la mística y la popularidad del diseño original. Esta nueva versión recupera de aquél la silueta monovolumen, las formas redondeadas y el tema del círculo aplicado a elementos gráficos, como las luces o las manijas de puertas. Es indiscutible el carácter “retro” del nuevo diseño, pero la apelación a la nostalgia parece ser el camino que ha elegido Renault para impulsar la electrificación en sus autos más chicos, como forma de generar una conexión emocional con esta nueva tecnología. Bienvenida sea.
RT