Los conflictos son parte de la historia del deporte más popular del mundo. Desde principios del siglo XXI, en cada región, en cada país y en cada rincón del mundo la pelota estuvo atravesada por la política y la sociedad.
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El gesto de los jugadores alemanes por la prohibición del brazalete “One Love” sacó a la luz un conflicto que se vivió con tensión en la previa del mundial entre la FIFA y las federaciones europeas.
El debut mundialista de Alemania no sólo fue noticia por la sorpresa de haber perdido contra el seleccionado japonés, sino además, por la protesta que los futbolistas alemanes hicieron previo al juego. El gesto, de taparse la boca con las manos durante la foto grupal, fue en reclamo a las sanciones que la FIFA advirtió que tomaría hacia aquellos seleccionados cuyos capitanes luzcan la cinta “One Love” en apoyo a la comunidad LGTBIQ+.
“Prohibirnos el brazalete es como prohibirnos la voz”, comunicó el seleccionado alemán en sus redes y señalaron que “no se trataba de hacer una declaración política: los derechos humanos no son negociables”. Ahora, la Federación Alemana de fútbol recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ante la decisión que tomó el organismo que preside Gianni Infantino.
Sin embargo, aunque el capitán alemán, Manuel Neuer, no pudo lucir el brazalete “One Love”, la cinta en cuestión se hizo presente ayer en el estadio Internacional de Khalifa. Fue la Ministra de Interior de Alemania, Nancy Faeser, quien presenció el partido con el brazalete puesto en su antebrazo izquierdo. Increíblemente hay una foto de ella con Infantino, en el que el dirigente del máximo organismo del fútbol mundial aparece posando y señalando con su dedo el brazalete, como un gesto de aprobación.
El inicio de todo este conflicto comenzó cuando la FIFA le puso un freno a la iniciativa de los siete seleccionados europeos (Gales, Suiza, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos y Bélgica) que impulsaron el brazalete “One Love” como forma de apoyo a la comunidad LGTBIQ+. Primero, la organización del fútbol buscó desactivar la propuesta al imponer sus propias cintas oficiales con distintas consignas para cada fase del Mundial y que se engloban dentro de la campaña “El fútbol une al mundo”. Luego, al notar la rebelión de las federaciones de fútbol europeas, advirtió que iba a ver represalias deportivas para quien la vistiera.
Ante la amenaza, las siete federaciones lanzaron un comunicado en repudio y señalando que no les quedaba otra que no usarlas. “Como federaciones nacionales, no podemos poner a los jugadores en la posición de recibir sanciones deportivas, incluidas tarjetas amarillas, así que hemos solicitado a los capitanes que no vistan este brazalete en los partidos de la Copa del Mundo”, indicaron en el documento.
Sin embargo, durante el mundial el gesto de protesta de Alemania no fue el único. El lunes los futbolistas de Inglaterra se arrodillaron previo al partido. Es un gesto que vienen haciendo desde las protestas por el Black Lives Matter, movimiento que empezó desde el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, pero que ahora se resignificó para protestar en contra de la situación de los derechos humanos en Qatar. En este partido el delantero Harry Kane no la pudo lucir pero fue la ex futbolista y ahora periodista de la BBC, Alex Scott, que durante la transmisión tenía colocada en el brazo la cinta “One Love”. La periodista alemana Claudia Neumann comentó Estados Unidos y Gales con un brazalete y una remera con los colores de la diversidad.
No es la primera vez que le prohíben a Neuer y al seleccionado alemán el uso de una cinta de capitán con los colores de la diversidad. El año pasado, durante la Eurocopa, la UEFA buscó aplicar una sanción disciplinaria para el arquero alemán por considerar el acto como un mensaje político, algo que el reglamento de la FIFA prohíbe y sanciona con multas económicas. Sin embargo, ante las críticas, la UEFA tuvo que echarse para atrás y terminó por no sancionar a Neuer. Aquel torneo, también estuvo atravesado por la vulnerabilidad de los derechos del colectivo LGTBIQ+, ya que en toda Europa hubo protestas por la ley que Victor Orban buscó sancionar en Hungria, en la que prohibía la divulgación de contenidos que hablaran sobre la homosexualidad en colegios.
El debut mundialista de Alemania no sólo fue noticia por la sorpresa de haber perdido contra el seleccionado japonés, sino además, por la protesta que los futbolistas alemanes hicieron previo al juego. El gesto, de taparse la boca con las manos durante la foto grupal, fue en reclamo a las sanciones que la FIFA advirtió que tomaría hacia aquellos seleccionados cuyos capitanes luzcan la cinta “One Love” en apoyo a la comunidad LGTBIQ+.
“Prohibirnos el brazalete es como prohibirnos la voz”, comunicó el seleccionado alemán en sus redes y señalaron que “no se trataba de hacer una declaración política: los derechos humanos no son negociables”. Ahora, la Federación Alemana de fútbol recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ante la decisión que tomó el organismo que preside Gianni Infantino.