“¿Qué define a este juego del que estamos hablando?” era la pregunta retórica que Marguerite Duras formuló ante su interlocutor Michel Platini en una conversación organizada en 1987 por el diario de izquierda parisino Libération. Sin esperar la respuesta del mejor número 10, uno de los mejores pasadores de la historia del deporte, la escritora le informó a su compatriota que “el fútbol es demoníaco y divino” y que los jugadores son “ángeleshumanos” (neologismo inventado ad-hoc, angélhommes).
Poco queda de propiamente angelical y humano en los varones de la FIFA que en 2010 atribuyeron la Copa del Mundo del Fútbol masculino 2022 al emirato de Qatar. Aunque lo divino siempre acaba por triunfar sobre lo demoníaco, para prolongar la metáfora durasiana. Quedará para después de la Final un memorial menos desajustado de las cuentas del debe y del haber de esta lid global de las selecciones nacionales que empezarán a competir el domingo en el suelo de esta península arábiga de la Península Arábiga.Todo invita a descartar de antemano un desenlace inoxerablemente gratificante, todo invita a sospechar por anticipado de un balance inexorablemente decepcionante del Primer Mundial jugado en un país árabe musulmán.
La pelota de fútbol como esférica y pateada imagen del globo terráqueo no es una metáfora novedosa como lo fue El mundo es azul como una naranja, verso del poeta surrealista y comunista Paul Éluard, y título de la Newsletter Semanal de Política Internacional de elDiarioAR que les llega cada jueves, y que hoy 17 de noviembre les llega así. Un 18 de noviembre de 70 años atrás murió Éluard, y un 18 de noviembre de 100 años atrás, Marcel Proust, y esta entrega de la Newsletter buscará algunos de los tiempos perdidos desde que gracias a Francia empezó a girar la pelota qatarí.
1. Prólogo en el Infierno, o en Europa todo lo que nace se corrompe, salvo los corruptos de nacimiento
Desde el dispendioso soft power de las potencias económicas emergentes que quieren seducir agradando incluso con dollar diplomacy, hasta la muy presunta “corrupción activa y pasiva” cruzada y entrecruzada, todo ha conspirado contra el perfil angélico de los protagonistas que hicieron que Qatar fuera la sede de la Copa FIFA 2022.
En Francia, la unidad nacional de investigación financiera abrió en 2019 una causa que sigue en curso para determinar la responsabilidad exacta de Michel Platini, vicepresidente de la FIFA cuando la organización internacional votó en 2010 a favor de Qatar 2022. Además del número 2 de la FIFA, el número 1 de Francia, el presidente Nicolas Sarkozy, está investigado en el mismo expediente. En 2010 el gobierno de París estaba en conversaciones sobre diversos temas diplomáticos y financieros con el de Doha, la capital qatarí. La satisfacción del presidente derechista con estos asuntos resultó pareja a la del emir Hamad bin Jalifa Al Thani con la Copa.
Qatar ha sabido hacer pesar su economía e influencias únicas. Pero la candidatura qatarí aprovechó el sistema de la FIFA, cuyas decisiones ya eran movidas políticamente desde décadas atrás. Al menos desde que en 1974 João Havelange, ex nadador olímpico brasileño en los Juegos de Berlín de 1936 organizados por Adolf Hitler, fue elegido presidente de la Federación Internacional de Fútbol gracias a los votos asiáticos, africanos y árabes.
2. Del pecado original de la FIFA a la redención gradualista del Emirato
Como en 2010 con el gaullista Nicolas Sarkozy, también en 2022 un derechista preside Francia. Esta vez, en la persona del reelecto Emmanuel Macron.
Independiente desde 1971, el Emirato del Golfo dueño absoluto desde 2012 del Paris Saint-Germain, el suministrador de Messis y Neymares a hinchadas eufóricas, encontró en la República Francesa a uno de los primeros Estados dispuestos a reconocer de inmediato aquella independencia del Imperio Británico, que había sustituido al Imperio Otomano, derrotado en la Primera Guerra Mundial. Desde 2013, el emir que gobierna Qatar es Tamim bin Hamad Al Thani, en cuyo favor abdicó su padre, el par de Sarkozy en el buen entendimiento elitista de 2010. El joven heredero en vida hoy tiene 42 años de edad. Cada día ha buscado, y en diversos renglones conseguido, alejarse de la caricatura de monarquía árabe petrolera. Ya las circunstancias de su acceso al poder prestan legitimidad al origen de su gobierno, decidido con, y no en contra de, las reglas constitucionales. Su padre, en cambio, había derrocado en el Golpe de Estado de 1995 a su propio padre, quien había reinado durante 32 años después de derrocar a su primo en el Golpe de Estado de 1972.
La monarquía absoluta del rey abdicante, su padre, se ha dulcificado en su régimen constitucional. Por primera vez en la historia qatarí y en la de los estados del Golfo, en 2021 fue votada una Asamblea Consultiva (30 miembros elegidos popularmente + 15 designados). Este cuerpo, sin par en la Península Arábiga, tiene poder de veto de decisiones ejecutivas si reúne 2/3 de los votos. El jefe de gobierno es el jeque Khalid bin Khalifa Abdulaziz Thani, también de la familia real Al Thani; fue nombrado en 2020 por el Emir.
3. De algunas oportunidades y comodidades de la (pen)insularidad para el separatismo y la excentricidad de los países ricos
Desde 1916, Qatar fue un protectorado colonial del Imperio más grande que conoció la tierra y que gobernó las olas y el ultramar desde la metrópoli de las Islas Británicas. A los gobernantes del Estado independiente en 1971 no escaparon las ventajas de la insularidad para enriquecerse y para afianzar el imperio de la propia voluntad peculiar.
Qatar es una pequeña península que emerge de la gran Península Arábiga. Sus 11.500km2 equivalen a la mitad de Tierra del Fuego, la menos extensa de las provincias argentinas. Su única frontera terrestre, de 60 kilómetros, marca un istmo o enagostamiento al sur del territorio peninsular qatarí. Del otro lado del emirato, la más absoluta de las monarquías, la saudí.
Cuando en 2010 fue elegido anfitrión de la Copa FIFA 2022, la voluntad modernizadora del emirato de Qatar era clara, manifiesta en sus aspiraciones y limitaciones. Que a la lentitud para alcanzar logros parciales se la midiera entonces, y mucho más hoy, con la vara de Occidente, no deja ser una prueba de que se la considera en serio.
4. Emiratos, monarquías, teocracias, repúblicas y otras formas de gobierno en el Golfo Pérsico, y más allá
Salvo este límite que la separa del resto de la Península, y del reino de Arabia Saudita, la península qatarí penetra en las aguas del Golfo Pérsico, que la rodean por completo. Como si saliendo de la península Arábiga, Qatar saliera de tierra monárquica y absoluta saudí para zambullirse en otro mundo diferente.
Se ha interpretado que, en su orientación Sur-Norte, la península de Qatar mirara en demasía hacia Irán, como en un acercamiento a la otra orilla del Golfo. Los vecinos sunitas de un Qatar también sunita, acoplándose aquí sin problema estas monarquías dinásticas a la terminología política clasificatoria oriental, califican como 'teocracia chiita' al gobierno de Teherán.
Sin embargo, desde 1979 Irán es una República Islámica. Donde hay libertad de cultos públicos. No existe en Arabia Saudita,algo semejante.No hay sinagogas ni iglesias abiertas a la calle en el Reino. En territorio saudí están las dos ciudades más sagradas del Islam, La Meca y Medina. La monarquía saudita ha dado un abundante uso político al precepto religioso musulmán que prescribe a cada fiel el emprender, al menos una vez en su vida, una peregrinación a La Meca.
Si Qatar es la península de una península, el golfo de un golfo, el golfo de Bahrein, es la frontera marítima que une, y separa, al emirato de Qatar del reino de Bahrein. Más extendido en su superficie insular, Bahrein es un país-archipiélago raro en la región por ser pobre en petróleo, raro por su población de mayoría shiita, nada raro en que su destino haya sido el de convertirse en protectorado saudita de hecho con gobierno monárquico islámico sunita.
5. Lula superstar en el Mundial egipcio del Clima
En la semana de la cuenta regresiva para el primer partido de la Copa FIFA 2022, que enfrentará el domingo al anfitrión qatarí con Ecuador, estuvo reunida en el balneario egipcio de Sharm El Sheij la COP-27. El 'Mundial' del Clima, la Conferencia del Cambio Climático de las Naciones Unidas.
Para esta reunión, Egipto, el estado anfitrión, y enemigo político del gobierno de Qatar, invitó como representante de Brasil al presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, y no al presidente brasileño en funciones hasta el 1° de enero, Jair Messias Bolsonaro. En el balotaje del último domingo de octubre, el ex sindicalista obrero y candidato triunfante del Partido de los Trabajadores (PT) se impuso por 1,8 puntos sobre el ex militar y ex diputado Bolsonaro. En un programa de acercamiento al centro, Lula había firmado una carta con los evangélicos, comprometiéndose a ser el defensor de su fe, o al menos a impedir que desde Brasilia se la desairara.
Lula ganó el tercer mandato presidencial de su vida y en las orillas del Mar Rojo el petista gozó de una recepción digna de estrella de rock, según la agencia Bloomberg. Era el héroe que prometía poner fin inmediato a la deforestación y restaurar y renovar, con vigor y efectividad jamás antes vislumbradas, las políticas ambientales descuidadas o alevosamente desangradas por Bolsonaro. Fue felicitado por un conmovido Emmanuel Macron.
Lula presentó, en esa suerte de FIFA egipcia, la candidatura de Amazonia como sede de la COP-30 en 2025. Todavía no habrá terminado su tercera presidencia, y el anfitrión de esa cumbre que oficiará en alguno de los estados amazónicos a determinar, habrá cumplido 80 años para entonces. Bloomberg se pregunta cuánto quedará del estrellato rockero de Lula para el público la cita selvática y tropical.
Es cierto que Brasil es favorito para la final del Mundial qatarí, y no es menos cierto que Lula fue recibido en Egipto con cantos de hinchada, “Olé, Olé, Olé, Lula Lula!”. En el último Mundial que se jugó en Brasil, en 2014, la selección nacional fue goleada 7-1 por la de Alemania, con dos mujeres jefas de Gobierno, la canciller democristiana Angela Merkel y la presidenta petista Dilma Rousseff, presentes en la cancha de la debacle brasileña.
6. Así en Egipto como en Brasil, o viceversa
Lula fue invitado de honor del gobierno de Egipto en la cumbre climática. El presidente egipcio, general Abdelfatah Said Husein Jalil el Sisi, derrocó a Mohammed Morsi en el golpe de Estado del 3 de julio de 2013, de resultas del cual hubo un millar de víctimas directas . El presidente depuesto por el militar golpista había sido votado en junio de 2012. Morsi fue el único gobernante elegido democráticamente en la historia de la República Árabe de Egipto fundada en 1952 por el coronel Gamal Abdel Nasser.
Prisionero, Morsi fue acusado de diversos cargos, en un juicio que Amnistía Internacional trató de fantochada. Se buscaba condenar a muerte al ex presidente moderado y popular, musulmán creyente y practicante, piadoso militante de los Hermanos Musulmanes.
Las acusaciones de la Justicia egipcia contra Morsi eran muy numerosas, muy cambiantes, muy imprecisas, muy diferentes en los delitos incriminados, muy semejantes en la penuria de pruebas concluyentes. Morsi fue sentenciado a morir; se ratificó el veredicto; se conmutó la pena capital; se anuló la causa; se rehizo el proceso; en 2017 la Corte de Casación dio su fallo final, condenándolo a prisión perpetua.
Morsi murió en la cárcel, en 2019; su familia alega que se la había retaceado adecuada atención médica. La prueba determinante de la culpabilidad de Morsi, según el último alto Tribunal de Egipto dijo en 2017, implicaba tareas de espionaje y conspiración traicioneras del ex presidente con un Estado extranjero: el emirato de Qatar.
7. El rey del petróleo, el emir del gas, los 20 más grandes, el invierno que viene, o de Doha a Bali ida y vuelta
Del otro lado de los 60 kilómetros de frontera terrestre del 158° país más pequeño del mundo, el emirato de Qatar, está el 13° país más grande, con 2.150.000 km2. El poderoso reino de Arabia Saudita, el primer exportador mundial de petróleo, con las segundas reservas más grandes del mundo, donde es también el segundo productor. La población se estima en 35 millones de habitantes, sólo el 21% son extranjeros. Es una de las más jóvenes del mundo, más de la mitad tiene menos de 25 años de edad.
Qatar es el primer exportador mundial de gas, y sus reservas son las terceras del mundo, después de las de Rusia e Irán. Son suficientes para mantener la actual producción hasta fines del siglo XXI. Es el primer emisor mundial de dióxido de carbono. La población qatarí no llega a los 3 millones, y sólo el 12% es ciudadano. La mayoría son trabajadores migrantes estacionales, por lo que en cada estación la población total varía. En los períodos de construcción intensa, como el previo al Mundial, es abrumadora la mayoría masculina, en proporción de 3 a 1. En estas semanas se produce, ante la inauguración de la Copa, un recambio: se van los obreros de la construcción, llegan gastronómicos y otros migrantes del sector servicios.
Qatar había prometido que el Mundial qatarí 2022 sería el más libre de carbono de la historia; se calcula ahora que contaminará dos veces más que el anterior. En parte, por errores de planificación advertidos demasiado tarde a toda planificación. No hay estructura hotelera a precios accesibles en Doha. Parte del público se alojará en Dubai, capital de los cercanos Emiratos Árabes Unidos, y volará una hora y media por avión para cada partido. Qatar construyó o refaccionó 8 estadios y un sistema de subtes eléctricos permitía prescindir del auto y del avión. Pero la mayoría de las hinchadas no los usará.
El G-20 se reunió en 2022 en la isla de Bali, en Indonesia. Como para la Copa FIFA, el país anfitrión es musulmán; en este caso, el más grande del mundo donde la fe islámica sea la mayoritaria. Es también el 4° más poblado del planeta, con 255 millones de habitantes.
Como la Conferencia del Clima de Naciones Unidas, la cumbre de las 20 economías mayores fue en una ciudad balnearia, testigo del primer encuentro personal cara a cara (y no de pantalla a pantalla) entre el presidente comunista chino Xi Jinping reelegido para un tercer mandato como Lula y el presidente demócrata norteamericano Joe Biden cuyo partido retuvo la mayoría en el Senado y sufrió menos pérdidas de las temidas en la Cámara de Representantes.
La guerra de Rusia en Ucrania (y su espejo deformante en un hipotético conflicto entre China Popular y la isla de Taiwan) y sus consecuencias económicas y energéticas ocuparon el centro de una conversación de tres horas o más entre los líderes de Pekín y de Washington que uno y otro se apuraron a la salida a calificar como 'muy razonable'.
Aunque en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) Arabia Saudita se haya vuelto socio oportuno de Rusia para aumentar el precio del crudo por vía de rehusarse a aumentar la producción, sigue siendo un aliado estratégico de EEUU. Que sin embargo se ha acercado a un aliado de China, Venezuela, cuyas reservas son superiores a las árabes.
Qatar es un aliado de EEUU y China, o así puede verse. Su gas aprovecharía a los europeos. Por una serie de tratados y contratos a largo plazo (por los que Doha y Pekín sienten el mismo gusto profundo), se aseguró el suministro de gas licuado qatarí a China. Nada de odiosos gasoductos, como los Nordstream, que llevan el gas ruso a Alemania y vecinos.Y que sufren represalias y sabotajes explosivos y submarinos si Olaf Scholz rehace los pasos de su correligionario el canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder o los de la democristiana Angela Merkel, y vuelve a plantear y hallar entendimientos con Moscú. “Siendo un rumor insistente que Alemania estaba cerca de llegar a un acuerdo con Rusia (del que podría contagiarse Italia), ¿cómo no vincular la observación y el análisis con la voladura de los gasoductos Nord Stream I y II (parcial) a través de un acto de guerra híbrida con la colaboración de un actor estatal, según han dicho los expertos?”, nos pide que respondamos en voz alta y digamos de qué estamos hablando Rafael Bielsa.
Qatar se ha dotado de tecnología y fletes para licuar el gas, y embarcarlo. Sin embargo, no se descarta la construcción de un gasoducto submarino que después, a través de Irán (la República Islámica), podría llegar al suelo chino.
8. Para Arabia que lo mira por Al-Arabya
Las velocidades y magnitudes de la modernización de Doha se calibran muy de otro modo vistas desde la capital saudí de Riad. Cada progreso qatarí hacia estándares sociales igualitarios o políticamente republicanos, o aun un giro orientación hacia esos horizontes, pero cada posicionamiento mediador del emirato con los palestinos, con el islamismo en Egipto y Afganistán, con el gobierno de un Irán de mayoría shiita, no es visto sin inquietud creciente por la sólida monarquía hereditaria dinástica absoluta y rigorista islámica sunita de Arabia Saudí.
El rey de Arabia -Salmán bin Abdulaziz- y el príncipe heredero saudita -Mohammed bin Salman, que visitó Buenos Aires cuando el G20 organizado por el presidente argentino Mauricio Macri-, como los gobernantes de sus aliados los Emiratos Árabes Unidos, hostilizan a los emires qataríes, compitieron y compiten con ellos. Aunque en las posiciones internacionales comunes y en los acuerdos bilaterales clave, disminuye toda capacidad de victoria de los grandes sobre el país pequeño, el más pequeño por ser el más solo (sin embargo, nunca el más indigente) de la región.Los lucros emergentes de esta colaboración están lejos de mitigar, disimular o escamotear la sorda animadversión. Los Hermanos Musulmanes son el enemigo más temido por la Corona saudita, que resiente la mediación qatarí con la organización islámica egipcia.
En 2010, ya era Qatar un pionero único, líder en el mundo arábigo y musulmán por la fundación de Al-Jazeera. Esta cadena de televisión satelital es propiedad de Al Jazeera Media Network. Fundada en 1996 como señal de noticias global 24/24 rival de CNN. Hoy se difunde en árabe, en inglés, en turco, en serbio y en croata. En 2003, un consorcio de inversionistas de los Emiratos Árabes Unidos (y sauditas) crearon en Dubai, la cadena competidora Al-Arabya, que sólo transmite en árabe.
En árabe, Al-Jazeera (como la ciudad española Algeciras), significa 'la isla' Como si a la península de Qatar aun esos 60 kilómetros de frontera saudita le pesaran.
9. The Passing Game, 1
En los orígenes británicos del fútbol, o de la moralización imperial de este deporte -lo que viene a ser casi lo mismo-, dos características solían iniciar el recitado de la lista de sus virtudes, laicas, administrativas, burocráticas: universales. Dos ideales, hay que admitirlo, justos y justicieros, empecinadamente igualitaristas.
La primera característica es una regla del juego. No la norma de una obligación. Podría hacerse caso omiso sin incurrir en infracción, pero esto volvería imposible ganar. El fútbol es a passing game, un juego de pases. Un juego de equipo. (La glorificación de los goleadores surge en una etapa tardía, y belicosa, de la prensa deportiva). Donde todos son igualmente importantes, todos camaradas, donde todos, como en el buen gobierno de la nación, como en el concierto de las naciones, son a vez facilitadores y facilitados. ('Todos', 'todas' ni llegó). La mayor gloria, la más segura, de Platini, es como pasador: el centroforward que agoniza al anochecer. Genera responsabilidades compartidas, como las que causaron la caída de la FiFA de Josef Blatter en 2015, por la red de complicidades informales pero corruptas.
Un juego de mediaciones, el fútbol, así. Mediar, misión para la que se había sentido llamada la Suiza montañosa de Blatter,y que el peninsular estado de Qatar ha incrustado en su Constitución como visión de su futuro pasante. El emirato de Qatar ha sido mediador con los talibanes de Afganistán (reconocido aun por Donald Trump), con los palestinos en Gaza (única potencia autorizada a entrar y salir de la Franja sin preguntas ni revisiones, única idónea para comunicarse con la población sin pasar por Hamas), con los hermanos Musulmanes de Egipto (que tienen oficina en Doha).
10. The Fair Play, 2
La norma del fair play también es invocada como virtud mayor que recomienda la edificante práctica del fútbol. El juego limpio no es regla constitutiva del deporte, como patear con los pies, como no jugar con 12 jugadores (seguirá siendo fútbol a pesar de todo el foul play nuestro o de nuestros contrincantes). Pero tampoco es un recurso al que se acude a regañadientes, con resignación (como al odontólogo cuando nos duelen las muelas). “Todo lo que sé de más seguro y firme acerca de la moralidad y de las obligaciones humanas, todo eso de lo que no dudo, se lo debo al fútbol”, escribió el escritor Albert Camus, nacido en 1913 en la Argelia colonial francesa, donde había aprendido a jugar a la pelota.
Después de la conversación organizada por Libération en 1987, le roi Platini comentó, no sin sorna, que no había conocido a ninguna persona más ignorante y descabellada en sus conversaciones sobre el fútbol que Marguerite Duras. En 1986, la Juventus de Platini había salido campeona de la Liga italiana (en 1987, ese equipo del Norte sería vencido por el Sur, por el Nápoli de un 1O mayor, el argentino Diego Armando Maradona).
Mucho antes de su cara a cara con el futbolista devenido dirigente y administrador del fútbol, el nombre de Duras (una escritora sin vocación ninguna para la gremialización crematística) había figurado entre los de intelectuales que habían firmaron cartas abiertas reclamando que se le retirara a la Argentina del Proceso el honor de ser la sede del Mundial 78 (una decisión que la FIFA había adoptado antes del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976). La conveniencia de todo boicot de Olimpíadas y Copas del Mundo deportivas es discutible. ¿Cuál es la finalidad? ¿Que no se haga ahí donde se decidió, el Mundial?
En sus propios términos, el fair play de quienes presentaron su argumentación contra Argentina 78 parece fuera de discusión: en Argentina gobierna una dictadura militar usurpadora del poder, que en tiempo presente viola los DDHH de la población por el ejercicio del Terrorismo de Estado. Antes, Duras había sido comunista, mucho antes, en 1914, había nacido en Vietnam, en la Indochina colonial francesa.
Crímenes de lesa humanidad en Argentina 78. Son diferentes los delitos que incriminan al emirato qatarí o la desprotección estatal de los trabajadores migrantes (con mayoría de víctimas del sudeste asiático, en particular nepalíes e indios, obreros de la construcción) de que lo acusan, que sustentan el argumento de quienes invocan un boicot contra el Mundial 2022 de Qatar.
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