El aceite de oliva es un producto de excelencia, utilizado para la elaboración de platos exquisitos. Otros derivados del olivo, como mermeladas y aceitunas, por su excelente calidad, también adquieren protagonismo en la cocina nacional e internacional.
Este árbol frutal crece en campos de Coronel Dorrego, Villarino, Puan, Bahía Blanca, Coronel Rosales, Tornquist y Patagones. Por su larga tradición en la actividad, “Dorrego” es sede oficial de la Fiesta Provincial del Olivo.
Mermelada y pasta de aceitunas
La Finca Clementina -IG/FB: @fincaclementina-, ubicada cerca de Villa General Arias, partido de Coronel Rosales, hace más de quince años elabora aceite de oliva, pasta de aceitunas y mermeladas que comercializan a través de sus redes sociales.
“La primera variedad que implantamos fue arbequina, la elegimos por el tamaño pequeño de sus frutos, ya que nuestro propósito era producir aceite extra virgen”, explicó María Eugenia Fuertes, a cargo de este emprendimiento familiar. Además, contó que luego incorporaron otras especies: picual, coratina, aloreña, hojiblanca, nevadillo, cornicabra y nacional arauco.
El lugar promete una experiencia inolvidable de sabor con la degustación de sus aceitunas condimentadas al estilo griego, las pastas de aceitunas negras y verdes, la novedosa mermelada a base de este fruto, el polvo de aceituna para adobar alimentos y las aceitunas deshidratadas que se pueden consumir como snacks saludables.
“Las aceitunas están sazonadas con morrón, hinojo, ajo y tomillo. La pasta de aceitunas verdes lleva ajo y tomillo, y la negra, cebolla de verdeo”, describió María Eugenia.
Otra propuesta imperdible es la caminata por el olivar, entre colores, aroma y silencio.
Artesanal y de las sierras
“Olivares de las Sierras es la primera plantación del distrito de Tornquist, en la Comarca Turística Sierras de la Ventana. Se trata de una producción artesanal de cinco hectáreas, emplazada sobre la ladera de un cerro a 330 metros sobre el nivel del mar”, precisó Yanina Torres, a cargo del emprendimiento que surgió hace más de una década como un proyecto de posgrado sobre Turismo Rural.
Una parcela familiar fue el terreno fértil para concretar esa idea aunque en el camino hubo varios contratiempos: liebres que cortaban las plantas, exceso y escasez de agua, pérdida de follaje en los árboles.
“La variedad arbequina es la que mejor se ha adaptado a la zona por su resistencia a las bajas temperaturas”, expresó Torres.
Si bien Olivares de las Sierras -FB/IG: @olivaresdelassierras- proyecta crear productos de cosmética natural para aprovechar las propiedades antioxidantes del aceite de oliva.
La belleza del paisaje de olivares y sierras se puede recorrer a través de visitas guiadas con reserva previa.
Souvenir de Puan
En 2007 la Cooperativa de Servicios y Obras Públicas de Puan comenzó a cultivar doce hectáreas de olivos para la fabricación de aceite. El propósito fue complementar la actividad agrícola ganadera con un producto de elaboración en origen y generar fuentes de trabajo genuino. Después de seis años, el aceite se empezó a comercializar con la marca Epu Antu -epuantu.com.ar/ FB: @epuantu-.
“El producto tiene valores de ácido oleico del 70% o más, lo que cada año nos permite confirmar la potencialidad del clima local para generar frutos de alta calidad”, explicó Cristian Francisco, al frente de esta empresa.
La mayoría de los olivos pertenecen a la variedad arbequina, y en menor proporción a otras especies como frantoio, farga, nevadillo, manzanilla y arauco, que “utilizamos como complemento del sabor suave de arbequina, ya que generan un delicado equilibrio al paladar, muy reconocido por nuestros clientes”, afirmó.
Para ponerse a prueba, desde la cooperativa, envían muestras de las primeras cosechas anuales a concursos internacionales de Aceite de Oliva Virgen. “Siempre logramos distinciones con una puntuación mayor a noventa sobre cien”, indicó Francisco.
Los productos Epu Antu son libres de gluten, se presentan en botellas y bidones de tres litros y se comercializan en Puan y zonas aledañas. El establecimiento ofrece visitas guiadas a instituciones educativas, investigadores y público en general.
Comunitario y agroecológico
Olivos del Napostá nació con las implantaciones de los primeros plantines en un predio de cien hectáreas atravesadas por el arroyo Napostá Chico, en el kilómetro 698,5 de la Ruta Provincial 51, a 40 kilómetros de Bahía Blanca.
Además de producir aceite de oliva y miel brindan experiencias de cosecha y carneadas colectivas. También proponen vivenciar días de campo con interpretaciones gastronómicas de “Comida Km0”, alimentos que se comercializan en el mismo lugar en el que se producen.
Elaborar productos de alta calidad nutricional con un gran componente social regional fue el objetivo que impulsó a Víctor Serafini para crear la empresa.
“Generamos la propuesta de la cosecha comunitaria que involucra a la gente de la región a pasar un día al aire libre recolectando aceitunas y disfrutando de comidas en base a productos locales”, señaló Serafini.
El cuidado de los árboles se hace sin herbicidas y el control de malezas, con medios biológicos. Si bien el volumen es escaso se apunta a la excelencia del producto, valorando el trabajo rural y respetando los ciclos biológicos.
La experiencia vivida y el deseo de volver son para Víctor el mejor recuerdo que un turista se puede llevar de estos campos.
La olivicultura en la provincia de Buenos Aires conjuga paisajes, aromas, productos nobles, vivencias únicas y colectivas que harán del viaje una experiencia inolvidable.