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La lectura es una práctica llena de beneficios. Para todas las etapas de la vida: desde que somos chicos hasta los últimos años de la adultez. Por lo general, se considera la lectura como una actividad solitaria. Sin embargo, también existe la posibilidad de leer en grupo, una opción que aporta varias ventajas adicionales.
Los llamados“clubes de lectura”, grupos de personas que se organizan para leer de forma colectiva, buscan obtener un mayor provecho del hábito de leer. Y casi siempre lo consiguen.
En la actualidad, los clubes de lectura gozan de mejor salud que nunca debido -entre otros motivos- a lo bien que han sabido aprovechar las ventajas que ofrecen internet y las nuevas tecnologías digitales.
Clubes de lectura en tiempos de internet
Entre esas ventajas se destacan, sobre todo, dos. Por un lado, el acceso a infinidad de textos y lecturas posibles, sin necesidad de traslados o de encargar largos y costosos envíos. Por el otro, la posibilidad de ser virtuales, es decir, de “reunirse” y conversar con personas que se encuentran en distintos lugares del país o del mundo.
Por ello, tanto en las bibiliotecas públicas como en internet -en espacios como Goodreads o Lecturalia o a través de cuentas en redes sociales como Facebook o Instagram- es posible encontrar múltiples ofertas con clubes de lectura para compartir esta afición.
En cualquier caso, la práctica de leer con otros no es en absoluto algo novedoso: la tradición de la lectura grupal se remonta hasta la antigüedad. El texto de la FGSR destaca a mujeres como Safo de Mitilene y Santa Marcela, quienes entre los siglos IV y V antes de nuestra era ya organizaban grupos para la lectura colectiva.
En nuestros días, las mujeres siguen siendo más lectoras de libros que los hombres (un dato que se mantiene inalterable en cada nueva edición del Barómetro de Hábitos de Lectura) y su presencia mayoritaria suele advertirse también en los clubes de lectura.
Aunque, por supuesto, la propuesta está abierta a que personas de cualquier género puedan aprovechar las ventajas de la lectura compartida. ¿Y cuáles son esas ventajas? A continuación se enumeran seis de las más importantes.
1. Aumenta (o genera) la motivación por leer
De acuerdo con el último Barómetro de Hábitos de Lectura, hasta un 36% de la población no lee nunca o casi nunca. Casi la mitad de esas personas no lectoras aducen que la principal razón por la cual no lo hacen es la falta de tiempo.
Otros motivos mencionados para no leer radican en la preferencia por dedicar el tiempo a hacer deporte, pasear o ver televisión. Una cuarta parte de la población no lectora, en tanto, admite que leer es simplemente algo que no le gusta o no le interesa.
Pues muy bien: participar en un club de lectura puede ser un gran aliciente para encontrar el tiempo necesario y dedicarlo a la lectura. Y esto resulta válido tanto para personas que no leen como para otras que sí lo hacen pero a quienes les gustaría leer más.
En los clubes “los lectores habituales refuerzan el interés por la lectura y encuentran nuevos incentivos -subraya la FGSR- y para los poco o nada aficionados a este tipo de prácticas colectivas significa muchas veces el reencuentro con una afición tal vez perdida o erosionada en el tránsito de la infancia a la adolescencia”.
2. Favorece la comprensión lectora y el sentido crítico
Los clubes de lectura constituyen “un refuerzo para la comprensión lectora”, en palabras de Emilio Sánchez Miguel, investigador del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Salamanca.
En cierta medida, según el experto, siempre hay una especie de “taller implícito”, porque “siempre leemos creyendo que habrá un otro que escuchará lo que hemos pensado mientras leíamos, lo que hemos sentido”. Pero cuando ese taller de lectura es explícito, la comprensión se fortalece mucho más.
“Comprender un texto literario puede resultar una actividad más intensa y más compleja si media algún tipo de conversación en torno al libro leído”, señala por su parte el documento de la FGSR. Y apunta también que ese grado mayor de intensidad y complejidad en la lectura activa el sentido crítico de la persona que lee.
Y “si esa labor de información o de acompañamiento se realiza de modo estable y se dota a los lectores de claves interpretativas que ahondan la lectura y la llevan a territorios inexplorados, leer proporciona aún mayores satisfacciones”.
3. Potencia la confianza y la autoestima
Las personas que participan en clubes de lectura adquieren más confianza para hablar, especifican también los expertos de la FGSR. Esto responde a varios motivos. Por un lado, a lo referido en el punto anterior: un fortalecimiento en la comprensión y el sentido crítico hacia la lectura.
Por el otro, porque la lectura en compañía no solo genera un enriquecimiento individual, sino que también “rompe el aislamiento, divierte, multiplica los matices, expande horizontes”. Por lo tanto, estos grupos permiten aprender y desarrollar capacidades comunicativas, que luego pueden ayudar en la vida social y profesional.
4. Promueve la empatía
Participar en un club de lectura implica -por definición- conocer muchos y variados puntos de vista acerca de los textos leídos en particular y del mundo en general. Esto ayuda a descubrir ideas e interpretaciones a las que de otro modo no se hubiera llegado, a entender y aceptar opiniones diferentes de las propias y, en última instancia, a potenciar la empatía.
5. Contribuye con el conocimiento y la exploración de nuevos géneros
Adentrarse en un género literario que nunca se ha abordado puede ser difícil si no se cuenta con una ayuda, alguien que muestre al menos “por dónde empezar”. El club de lectura puede ser el sitio más apropiado para encontrar esa guía.
Según la FGSR, el club “precisa de la acción silenciosa de un/a coordinador/a que debe ser eje principal y provocar el contagio de esa pasión o admiración por un determinado estilo o texto”. Si ese“contagio” se produce, buena parte de la misión del coordinador ya estará cumplida.
6. Propicia amistades nuevas
Sumarse a un club de lectura puede resultar una excelente forma de hacer amigos nuevos, incluso en etapas de la vida en que a muchos personas eso les parece muy difícil e incluso imposible. A menudo quienes asisten a clubes de lectura expresan que lo hacen de forma casi “clandestina”, porque sus familiares y amigos ven la lectura como una actividad rara o de ‘frikis’.
En esos casos, la importancia del club de lectura como espacio de socialización es aún mayor, pues permite conocer a gente con intereses y gustos similares con la cual compartir y disfrutar sin inhibiciones de esta afición.
Con información de elDiario.es
PP