ENTREVISTA

Jorge Dioni, escritor: “Para la ultraderecha, todo es pornografía menos el porno”

Daniel Sánchez Caballero

19 de marzo de 2025 09:22 h

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A Jorge Dioni López (Benavente, Zamora, 1974) le gusta tratar de encontrarle un sentido al mundo. Cómo funcionan ciertas dinámicas, por qué pasan las cosas que pasan, casi nunca espontáneas. Se hizo un nombre con sus análisis urbanísticos con La España de las piscinas (Arpa, 2021) primero y El malestar de las ciudades (Arpa, 2023) después, y ahora ha encontrado en la pornografía el vehículo necesario para hablar de relaciones, deseo, la mercantilización del placer, la intimidad o incluso la uberización de la economía. Sobre todo eso reflexiona en Pornocracia (Arpa, 2025), un libro que interpela directamente al lector y en el que el autor desnuda su propia relación con el porno.

Sostiene Dioni López que la pornografía va más allá del sexo, que está en todas partes y que parte de la sociedad actual la impulsa en diferentes maneras, desde la retransmisión en directo de la humillación a un presidente por otro hasta las imágenes de deportaciones masivas. Todo hecho para excitar. Pero también se proyecta el porno estándar como modo de entender la vida, una vida masculina, heterosexual y blanca. “La ultraderecha no tiene ningún proyecto de defensa de la familia”, reflexiona. “Lo que hay es un proyecto de defensa de la jerarquía. Del padre sobre los hijos, del padre sobre la madre y del hombre sobre la mujer. Y esto el porno lo ejemplifica muy bien, sigue siendo un sitio donde el tío manda. 'Aquí se hace lo que yo diga y no existe el no'. Entonces, todo es porno, que sigue siendo uno de esos espacios que todavía es de hombres para hombres”.

El texto también explora cómo el porno impacta a los hombres, cómo los socializa e influye desde que acceden a él, y cómo afecta a la manera de entender la sexualidad. Pero no todo es reñir; Dioni también anima a experimentar, a probar otras cosas que se salgan de las lógicas tradicionales, y a preguntar, sobre todo a preguntar.

¿Qué es la pornocracia?

Me encantó el nombre. Cómo el discurso pornográfico organiza nuestra sexualidad y nuestro deseo, ese sería el resumen. Y todas las sociedades han tenido un poder difuso que organiza la sexualidad. La dinámica actividad-pasividad en Roma. La aparición de la masturbación como problema en el siglo XVIII y en el siglo XIX. Lo permitido o lo alentado, lo tolerado y lo prohibido o lo abyecto es una forma de organizar la sociedad. Y en estas sociedades la ultraderecha tiene claro qué es lo prohibido, lo abyecto. Tiene una idea, basada en la jerarquía y el deseo masculino, distinta de la que tenemos hoy sobre la sexualidad.

Aunque esa idea a veces pueda resultar contradictoria.

Para la ultraderecha todo es porno menos el porno. No puede haber una marcha del Día del Orgullo para no exponer a los menores a no sé qué, pero rodar una mamada en el parque sí se puede hacer. La red social X tiene un montón de contenido pornográfico, incluso alguno que no está en las plataformas por ser demasiado bestia. Pero este señor [Elon Musk, dueño de X] está en el gobierno de Estados Unidos, teóricamente es defensor de la familia y todas estas cosas. Yo propongo que [la ultraderecha] no tiene ningún proyecto de defensa de la familia. Lo que hay es un proyecto de defensa de la jerarquía. Del padre sobre los hijos, del padre sobre la madre y del hombre sobre la mujer. Y esto el porno lo ejemplifica muy bien, sigue siendo un sitio donde el tío manda. Aquí se hace lo que yo diga y no existe el no. Entonces, todo es porno, que sigue siendo uno de esos espacios que todavía es de hombres para hombres. Es como un símbolo, no queremos que estéis aquí. Los libros de Sara Torres, no, pero en Budapest [la capital de Hungría, donde manda la ultraderecha] se ruedan unas cosas tremendas. Eso sí se puede, ningún problema. Pero lo otro, no.

Un debate clásico: ¿cree que estas formas de pornografía influyen en la construcción de las masculinidades? Es difícil generalizar, pero, ¿está modelando actitudes y maneras de ser?

No sé medir el efecto, pero hay estudios que dicen que sí. No es como hacer click, pero promueven un tipo de relación. Se normalizan ciertas cosas y ciertas actitudes. Eso sí creo que es así. Yo leo algunos casos de los que se denuncian y pienso 'esta persona ha sido socializada en el porno'.

Si la pornografía modela la sociedad, ¿qué dice de la sociedad la evolución que ha sufrido el porno en las últimas tres décadas, desde que tocó techo, escribe usted, en los 90?

Hay varias cuestiones. La primera es la desaparición de un sistema industrial, más o menos basado en una cierta producción y estabilidad. Había grandes estudios que tenían plantillas con una cierta estabilidad. Todo eso se va, se esfuma por la aparición de plataformas que empiezan tirando los precios y lo que hacen es crear un gran flujo de contenido en el que todo da igual. El primer sector donde se uberiza todo es el porno. Aparecen estos grandes tubes (porntube, pornhub, etc.) donde entra todo el contenido, que destruyeron totalmente el sector. Porque si existe gratis, es complicado que pagues por ello. Es la uberización, la desaparición de un sistema basado en la producción, de una cierta estabilidad y una cierta dosificación del trabajo. Actores o actrices que hacían dos o tres películas al mes en lugar de cuatro escenas a la semana.

Cuando todo es contenido, hay una forma de llamar la atención que es hacer bien las cosas, pero hay otra forma que es hacerlas mal. Es insultar, crear un contenido agresivo, violento, meterse con alguien. Eso también logra una gran interacción

Otra consecuencia de la transformación de todo en contenido es que la calidad o la estética importan bastante menos, y cuestiones como la trama o el argumento desaparecen totalmente. En todo este flujo de contenido, como vemos con las redes sociales, hay una forma de llamar la atención que es hacer bien las cosas, pero hay otra forma que es hacerlas mal. Es insultar, crear un contenido agresivo, violento, meterse con alguien. Eso también logra una gran interacción. No es que esto no existiera; existía, pero al haber un mainstream quedaba en los márgenes. Antivacunas ha habido siempre, la diferencia es que el antivacunas ahora es el ministro de Sanidad de los Estados Unidos. Gente que pensaba que la Tierra era plana igual ha habido siempre, pero había estructuras de vergüenza que te impedían soltar eso en el bar. Esa es la gran diferencia, que adquiere una legitimidad que antes no tenía.

Escribe que “lo importante no es la pornografía, sino para qué sirve”. ¿Para qué sirve?

La definición de pornografía sería 'la muestra de actos explícitos, normalmente sexuales, con el fin de excitar'. Yo propongo quitar lo de 'actos sexuales'. Es la presentación pública de actos para la excitación. ¿Para qué sirve la pornografía? Para excitar. ¿Para qué sirve un video de ASMR con los sonidos de la gente que está siendo deportada? Para excitar. ¿Para qué sirve hacer públicas las conversaciones y dejar al presidente ucraniano en ridículo? Para excitar. ¿Para qué sirve que Estados Unidos y El Salvador muestren de forma tan explícita la deportación de gente, cómo los visten del mismo color, los rapan y los van metiendo? Para excitar, para decir 'fíjate lo que están haciendo'.

¿Qué rol cree que juega la pornografía hecha por mujeres para mujeres? ¿Puede cambiar de alguna manera el paradigma del porno o corre el riesgo de, bajo una apariencia de renovación, servir realmente para validar el sector?

En el porno de mujeres para mujeres hay de todo. Belladona hacía películas agresivas. Y hay mujeres a las que les gusta, claro. Pero según las estadísticas de las plataformas, lo que más ven las mujeres es porno lésbico. ¿Por qué? Porque no es agresivo y porque no tienen miedo a la pulsión homoerótica, como sí tenemos nosotros, que necesitamos que nos separen del porno homosexual. Lo que hace Erika Lust es lo que a mí me gusta. Lo otro no. Y ella sostiene que hay que participar en eso, hay que hacer un discurso alternativo, porque si no todo se va a lo otro.

¿En qué momento nos creímos que lo que se representa en ese porno es la realidad? Cuando uno va al cine no cree que sea verdad. Tampoco pasaba con el porno de hace 30 años.

Es un debate clásico. Lo que caracteriza a este género es que es real. Cuando tú ves Rocky, no le están calentando a él, pero esa mamada sí está sucediendo.

Pero esa escena en su conjunto no. Hay un montaje, etc.

Cuando tú ves algo que se parece a una narración con unos medios, unos escenarios y unos personajes que están muy alejados de ti lo sientes como ficción. Yo no soy Rocco Sifredi [un famoso actor porno], no puedo hacer eso. No me siento identificado. Pero cuando nos vamos aquí enfrente donde un señor con sobrepeso de 50 años, que la tiene más bien normal, grabando con un teléfono móvil en su dormitorio, se produce el efecto emulación. Eso lo puedo hacer yo. Estoy en igualdad de condiciones. Eso es lo que provoca esa esa confusión. Pero lo que no te enseñan es que todo eso lo han ensayado durante la semana y es probable que alguien haya tomado vasodilatadores, anestésicos, dilatadores para las escenas de sexo anal. Hay un documental que se llama Yo fui el rey del porno, donde se ve una grabación y es una cosa bastante menos sensual, erótica, festiva y divertida de lo que uno se puede imaginar. Es un trabajo.

Paso a preguntarle por algunas cuestiones que escribe y me han llamado la atención. “Las plataformas porno tienen una categoría que son vídeos gays, de hombres, pero el cine lésbico está incluido en la categoría hetero”. Ni siquiera hay un atisbo de disimular que no es para hombres.

La mujer tiene menos miedo a reconocer que todos podemos tener una cierta pulsión homoerótica. Y no pasa nada. Lo que se decía en aquella película: todos somos bisexuales. Pues igual sí. Pero a nosotros nos han inculcado tener mucho miedo a eso desde pequeños. El desprecio a la mujer, el desprecio a la homosexualidad está en la socialización masculina desde el patio del colegio.

Hay una cita que dice que toda tecnología será usada para difundir pornografía. Es una norma. De hecho, la primera fotografía que se transmite por internet es una foto de Playboy

Quería preguntarle por OnlyFans. Es una plataforma que en teoría nació para conectar de una manera directa a artistas, creadores de contenido o gente famosa con sus fans, pero que ha sido fagocitada por la creación de contenido pornográfico o erótico. Parece sintomático de la capacidad que tiene el porno de invadirlo todo.

Hay una cita que dice que toda tecnología será usada para difundir pornografía. Es una norma. De hecho, la primera fotografía que se transmite por internet es una foto de Playboy. Los frescos de Pompeya. El amor, el sexo, la reproducción, la muerte y comer son las cosas fundamentales de nuestra existencia y, culturalmente, para conseguir amor o sexo utilizamos un montón de estrategias. Siempre va a estar ahí. La persona que pensó que esto era para conectar artistas con el público no sé qué estaba pensando.

La sexualización del cuerpo femenino es una herramienta que tenemos los tíos de manifestar poder. En un taller que di de literatura de cuento norteamericano hablábamos de Bukowski [el escritor]. Si piensas en todos estos cuentos supuestamente transgresores, siempre son de un tío que se quiere imponer a las mujeres. En cuanto viene una mujer siempre le habla de sus tetas, de follársela, del culo que tiene. Es una cosa que históricamente hemos hecho.

Y que seguimos haciendo. Me sorprende un poco realmente que no acabemos de avanzar en este tipo de temas o que incluso estemos retrocediendo en algunos ambientes.

Yo con lo de retroceder soy más optimista. Cuando se dice que los jóvenes son machistas... Es que no fuiste a mi instituto. Hace no mucho fui con mi hijo a un partido de fútbol y en el fondo apareció una mujer bastante espectacular hablando por teléfono. Esta persona aparece en el año 88 ó 89, cuando yo era socio del Valladolid, y el fondo colapsa. Ahora nadie abrió la boca. La cuestión es que venimos de un sistema muy asentado, con muchos miles de años, y desmontarlo no va a ser rápido. Pero vamos avanzando, aunque cuando le dices a alguien que no puede hacer tal cosa sí puede provocar una cierta reacción. 'Joder, ¿cómo que no puedo? Voy a ser el primer profesor que no va a poder, justo yo'. Que es lo que le pasa a los obispos, que antes eran Dios y ahora no son nadie. Y son personas cabreadas.

Es interesante el uso de la Viagra, que era para señores de casi de mi edad y ahora la consumen los de 18, 20, 25 años por el miedo a no rendir

De manera sutil también anima en el libro a explorar otras posibilidades sexuales.

Olvidamos que es sobre todo una cosa divertida. Muy divertida. Una cosa de pasarlo bien, de jugar, de explorar y de disfrutar.

Hay mucha presión por 'rendir', signifique lo que signifique eso. En el libro habla de cómo la Viagra ha pasado de ser una cosa para ellas a una narcisista, para que el hombre esté satisfecho con su propio rendimiento.

Es interesante el uso de la Viagra, que era para señores de casi de mi edad y ahora la consumen los de 18, 20, 25 años por el miedo a no rendir. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Pásalo bien. Disfruta. Explora. Toca. Chupa. Deja de pensar que esto es una cosa resultadista que tiene que acabar de una determinada manera. Piensa en el proceso, en que el objetivo es disfrutar. Me he atrevido a decir, 'disfruta, explora, pregunta'. No pasa nada por preguntar, no tienes que saber de todo.

Acabo con el 'satisfyer'. Ciertos colectivos se han sentido amenazados por esto.

Yo planteo medio en broma que es el producto que crea la manosfera. Pero me parece muy curioso ese desprecio, en lugar de decir: '¿Y este ingenioso aparato cómo funciona? ¿Por qué es tan placentero? ¿Cómo podría yo imitarlo?' Porque se puede. No se puede soplar y sorber, pero sí se puede sorber.

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