Audios filtrados de Menem, el megáfono de Pagano y el “pico” de Almirón convirtieron la votación por el FMI en una anarquía libertaria

La sesión más importante del gobierno de Javier Milei comenzó en la más absoluta anarquía. Afuera del Congreso, calles valladas y repletas de efectivos de la Policía Federal y Prefectura. Dentro, un recinto envuelto en el caos: insultos, gritos y un clima tenso que promete derivar, una vez más, las trompadas. Un clima incentivado, como se conoció luego de una filtración del chat del bloque de La Libertad Avanza, por el propio Martín Menem. “Los quiero puteándome, nada pacífico”, deslizó en el audio filtrado, que fue confirmado a elDiarioAR por varias fuentes dentro del bloque.
El Gobierno consiguió quórum con facilidad para aprobar un nuevo acuerdo con el FMI de la mano de los gobernadores, el PRO, un sector del pichettismo y gran parte del radicalismo. Fue el único momento de paz que se viviría en el recinto en el resto del día. Mientras se izaba la bandera, en los celulares de todos los diputados sonaban los audios del presidente de la Cámara de Diputados arengando a la tropa que había filtrado Jorge Rial en Radio10 hacía unos minutos.
El mensaje se había dado en el contexto de un chat grupal –todo dado a conocer por Rial– en el que Menem daba cuenta de que era “la sesión más importante de la historia” y había que tener “los dientes apretados en todo momento”.
Instantes antes, Nadia Márquez, la secretaria parlamentaria de LLA, les había recordado que no se levantaran en ningún caso de la sesión: el objetivo era evitar que la oposición vaciara la sesión intempestivamente y los dejara sin quórum. “En todo momento, cuatro personas nuestras, pedir una cuestión de privilegio. Griten”, precisó allí el propio Menem, moviéndose como si fuera el presidente de bloque (cargo que ocupa Gabriel Bornoroni).
Según explicaron en el entorno de Menem –que reconoce el primer audio, pero no el que dice “los quiero peleándome”–, el mensaje iba en sintonía a lo que había ocurrido la semana pasada, cuando Victoria Tolosa Paz casi logra emplazar las comisiones para impulsar una ley que le quita las facultades delegadas a Milei. Entonces, los diputados de Unión por la Patria, cuando observaron que tenían quórum, empezaron a ceder la palabra en las cuestiones de privilegio para apurar la votación, aprovechando que había varias ausencias libertarias.
Advertido por la jugada, Menem levantó la sesión en una maniobra muy cuestionada por la oposición. Y pedía, ahora, que hubiera cuatro diputados siempre presentes preparados para gritar. Los designados fueron: Álvaro Martínez, Lilia Lemoine, Lisandro Almirón, César Treffinger y Mercedes Llano. “Nos mandó a estar atentos, no a pudrirla. O sí, pero con el discurso”, le quitó importancia un diputado de LLA.
La oposición, sin embargo, aprovechó para tomarlo como una confirmación de que el Gobierno quería embarrar la sesión. El titular de UxP, Germán Martínez, leyó los mensajes dentro del recinto y Menem le quitó automáticamente la palabra, revelando la incomodidad oficialista por la situación. “Están conspirando contra el Congreso”, gritó, en un momento, la diputada del FIT, Vanina Biasi.
Una defensa torcida por el caos en el recinto
El encargado de defender el DNU para el nuevo acuerdo con el FMI fue Lisandro Almirón, que apenas sí pudo decir unas palabras antes de que estallaran los gritos: en la oposición ironizaban con que el diputado correntino tenía que pedirle disculpas a Oscar Zago, con quien se había trenzado casi a las trompadas la semana anterior cuando intentó levantarlo a la fuerza para que no diera quórum. “Argentina tiene la oportunidad histórica de subsanar errores. Hoy argentinos están afrontando la deuda que en el pasado la generaron los gastos políticos del kirchnerismo. Han generado un daño terrible. Han dejado al país en un 55% de inflación y un 16% de indigencia”, declaró, pero los gritos de UxP lo interrumpieron.
Menem intentó interrumpirlo, pero Almirón insistía. “Un poco de respeto, soy de su bloque diputado”, le dijo el presidente de la Cámara, y le solicitó que pidiera disculpas. “Por supuesto que lo voy a hacer. No voy a dejarme guiar por las pasiones y las especulaciones de ustedes. Zago, perdón”, sostuvo, enojado. Zago, sin embargo, no se encontraba en el recinto. Estaba dando una entrevista en vivo al canal A24. Pero Almirón se dio vuelta y exclamó: “Zago, ¿querés que te de un pico?”.
Desde un principio quedó claro que Menem no estaba en control de la sesión, que siempre parecía al borde de desmadrarse hasta un punto de no retorno. Al principio, luego de que LLA lograse aprobar un plan de labor que pretendía acortar los tiempos de la sesión lo más posible -el objetivo era finalizar antes de que comenzara la marcha en defensa de los jubilados-, la izquierda solicitó convocar un cuarto intermedio hasta que el Gobierno levantara el amenazante operativo de Seguridad en las afueras del Congreso. No prosperó, pero fue el puntapié para el primer cruce de la jornada.
“La situación que hay en la Ciudad de Buenos Aires no se puede permitir, ¿quieren llamar a Estado de Sitio? Pídanle al Congreso que lo convoque. ¿Para cuándo es el pedido? Para ahora, no se haga el gil”, le espetó Biasi (FIT). Menem lo rechazó sin someterlo a votación, así que se sumó Cecilia Moreau. usted no puede hacer es decir ‘negativo’ y mirar para otro lado. Ponga a votación la moción, ordene“, espetó la diputada, y se le sumó Martínez. Ahí Menem aprovechó y le reclamó a Martínez que ”ordenase“ su bancada.
“Venís de hacer un papelón la semana pasada, así que no me des indicaciones de lo que tengo que hacer con mi bloque”, le respondió Martínez, quien exigió votar la moción de Biasi. La votación dio negativo, pero el temor sobre lo que ocurriría en la calle cuando comenzara la marcha en favor de los jubilados fue una constante en toda la jornada. Los diputados Juan Marino (UxP) y Esteban Paulón (PS), incluso, presentaron habeas corpus preventivos el día anterior.

Si bien el peronismo y la izquierda eran quienes tenían mayor interés en voltear la sesión, los mayores escándalos terminarían siendo protagonizados por los diputados libertarios. Luego del cruce protagonizado por Almirón, entró en escena Marcela Pagano (quien llegó tarde a la sesión junto a Rocío Bonacci, otra de las agredidas la semana pasada por sus propias compañeras de bloque). Cuando tomó la palabra, Pagano le recriminó a Menem que no hubiera conformado la comisión de Juicio Político, para la cual ella había sido designada presidenta hasta que Karina Milei dio la orden de bajarla.
“Está haciendo un exceso de sus facultades”, le reprochó, y luego lo acusó de “fascista” por querer quitarle la palabra. En LLA todos se esperaban el reclamo de Pagano, pero sorprendió a propios y ajenos cuando decidió sacar un megáfono para hacerse oír. La sumatoria de escándalos –después tomaría la palabra la renegada Lourdes Arrieta que opinó en contra del acuerdo con el FMI– tenían nerviosos al oficialismo. “Es un circo esto”, admitían en las filas libertarias.
MC/MC
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