Introducción
El MERCOSUR nació y creció en el período de transformaciones políticas y económicas más dinámicas de la historia mundial contemporánea, iniciado tras la caída del Muro de Berlín. El fortalecimiento del modelo capitalista neoliberal consolidó un esquema de relaciones de poder mucho más concentrado, con un amplio dominio del sector financiero.
El escenario emergente habilitó la introducción y adaptación en los mercados de novedosas tecnologías de la información y la comunicación, desarrolladas en el marco de la Guerra Fría. Esas herramientas facilitaron la fragmentación, el traslado y la concentración de industrias en el continente asiático, los procesos de especialización, el desarrollo de mayores economías de escala y mercados y, especialmente, el negocio financiero. El neoliberalismo impulsó así uno de los procesos de crecimiento más acelerados pero también provocó mayores desequilibrios en las relaciones de fuerza y en la distribución del ingreso y nuevas necesidades de regulación globales. La pandemia de covid-19 precipitó sus efectos adversos y la crisis climática amenaza con agravarlos todavía más.
En el inicio de ese proceso de rápidos y profundos cambios, las organizaciones políticas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay idearon en Asunción el tratado que estableció el Mercado Común del Sur, nuestro principal proyecto de integración latinoamericana. Las negociaciones consiguieron poner punto final a una era de proyectos nacionales sin coordinación preestablecida, enterraron definitivamente hipótesis de conflictos armados en la región y posicionaron a los Estados Partes en un mejor lugar para defender y promover el interés de nuestros pueblos. La unión era estratégica en un mundo donde el desarrollo de sofisticados mecanismos tecnológicos y financieros para capturar excedentes y las nuevas relaciones nos enfrentaban a desafíos más complejos que agravarían nuestra dependencia externa.
En ese mundo cambiante, el activo quizás más importante del MERCOSUR sea haber contribuido a consolidar acuerdos políticos y de seguridad centrales para garantizar la estabilidad regional y generar una zona de paz con gobiernos democráticos. Dejamos atrás interrupciones recurrentes del orden democrático con siniestras violaciones a los derechos humanos.
La incorporación de más naciones de nuestra región también ha sido una meta del MERCOSUR para robustecerse en un plano internacional que, además, mantuvo un proteccionismo contrario a nuestros intereses con estrictos límites a la importación agropecuaria. Venezuela ingresó como miembro pleno en 2012, en tanto que Bolivia se encuentra en la fase final del proceso de adhesión. Además, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam adquirieron el estatus de Estados Asociados.
El MERCOSUR, quinta mayor economía mundial según PBI y usina fundamental de producción global de alimentos, constituyó la plataforma de inserción de nuestras economías en el contexto hemisférico y planetario con más capacidad de negociación, en una etapa en la que los bloques regionales y grandes países como China e India han cobrado un nuevo rol determinante. Y aun en condiciones internacionales en las que el continente asiático desarrolló y aglutinó capacidades fabriles con una magnitud y velocidad inéditas, la unión regional permitió, en contra de la corriente, un aumento significativo de las exportaciones argentinas hacia los demás países del bloque, en particular, de manufacturas de origen industrial, que son las que más empleo y distribución del ingreso generan.
El bloque también posibilitó el acercamiento de las sociedades de los distintos países, construyendo en forma paulatina la noción de ciudadanía regional. El recientemente aprobado Estatuto de la Ciudadanía del MERCOSUR cristaliza un trabajo en el que quedan establecidos los derechos y beneficios que poseen sus ciudadanos en temas esenciales como estudiar, trabajar, viajar y residir en cualquiera de los países del bloque.
Este aniversario se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre el estado de nuestro MERCOSUR y de su importancia. También para mirar al futuro del proceso de integración. En esa línea, el presente libro busca dar cuenta del camino recorrido, mostrar la relación de cooperación entre los países fundadores en los temas centrales de la integración, resaltar la diferencia sustancial de haber construido el bloque, y también debatir sobre los grandes desafíos pendientes y los beneficios potenciales de la profundización de la unión, sobre todo en un contexto como el actual, con la emergencia de la pandemia, de crisis del multilateralismo y mayor necesidad de conformación de sólidas asociaciones regionales de integración.
Este trabajo es un proyecto colectivo que reúne la visión de intelectuales, funcionarios y académicos sobre diversas dimensiones de la integración a través del MERCOSUR: su importancia estratégica y política, el desarrollo institucional, su membresía y la vinculación con sus Estados Asociados, los acuerdos internacionales y el rol del bloque en el contexto internacional, los resultados desde el punto de vista económico y comercial, y en diversas temáticas como infraestructura, energía, transporte, medio ambiente, turismo, ciencia y tecnología, educación, equidad de género, integración política y fronteriza, cooperación consular, en seguridad y justicia, movilidad, cultura, desarrollo social, salud, trabajo y seguridad social, entre otras.
El MERCOSUR cumple tres décadas de vida en un contexto sanitario inesperado y sin precedentes, con un gran impacto negativo en la sociedad y la economía mundiales. La capacidad de las instituciones nacionales y multilaterales de dar respuesta a la crisis está a prueba, y nuestra asociación no es ajena. Por eso, resultan más que oportunos los debates en torno al futuro del bloque y la forma de fortalecerlo, de modo de garantizar que continúe dando beneficios a sus ciudadanos en un contexto muy diferente al de tres décadas atrás.
La integración regional a través del MERCOSUR es, para nuestro país, una prioridad de política exterior y la plataforma de negociaciones económicas internacionales más relevante. Pero es, sobre todo, una política de Estado, consolidada a lo largo de los diversos gobiernos posteriores a la recuperación de la democracia. Esperamos que este libro conmemorativo del 30⺠aniversario del bloque contribuya a una mayor difusión de la importancia estratégica de la integración de América Latina y sus beneficios.
En la primera sección de este volumen exponemos las características básicas del funcionamiento de la estructura institucional del MERCOSUR, sus principios fundamentales y los treinta principales acontecimientos a lo largo de sus treinta años. A continuación, dado el carácter multidimensional que ha cobrado el bloque en términos no solo económicos, sino también políticos, sociales y ciudadanos el documento continúa con dos grandes ejes temáticos, antecedidos por una reflexión profunda del ex canciller argentino y actual senador nacional, Jorge Taiana. El primero, prologado por el secretario de Relaciones Internacionales, Jorge Neme, y la subsecretaria del MERCOSUR y Negociaciones Económicas Internacionales, Rossana Surballe, concentra los artículos que abordan cuestiones vinculadas a lo económico, comercial y productivo. Y el segundo, con prólogo del subsecretario de Asuntos de América Latina, Juan Valle, presenta los capítulos relacionados a lo político, social y ciudadano del bloque. Finalmente, aportamos un apéndice estadístico.
Corresponde aclarar que el presente trabajo no refiere a un posicionamiento del MERCOSUR en su conjunto, sino que su objetivo es el de generar una reflexión argentina, en su carácter de socio fundador, y más precisamente un análisis emanado desde los más diversos sectores nacionales —oficiales, académicos, industriales, sindicales, entre otros— involucrados en su génesis y desarrollo. En definitiva, se trata de un aporte al proceso de integración regional y de cómo el MERCOSUR se ha constituido en política de Estado y en una herramienta irrenunciable de la política exterior de nuestro país.