Villarruel eligió el silencio como primer cortafuegos a Milei y planea resistir desde el Senado
Victoria Villarruel rumió todo el día de ayer en su despacho del Senado cómo salir a responderle a Javier Milei, pero al final se decidió por un más que sugestivo silencio. Prefirió callar, al menos en las primeras 24 horas después de que el Presidente la corriera virtualmente del Gobierno, para evitar una ruptura total de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo. En su entorno, pudo recoger elDiarioAR, hubo una notable intención de bajar la espuma: “Es un tema serio. Hay que cuidar la institucionalidad”, apuntó un estrecho colaborador de la segunda en la línea sucesoria.
La vice pasó la jornada reunida en su trinchera del primer piso de la Cámara alta con sus más cercanos asesores. Según trascendió, no habló Milei ni con ningún funcionario de la Casa Rosada. Pero sí destacó la aparición pública del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que hizo contorsiones verbales para interpretar los dichos del mandatario: “Cuando el presidente dice que está cerca de la casta se refiere a que trabaja con los senadores”, dijo en una radio. En el villarruelismo –si vale la expresión– entendieron como un guiño del ministro coordinador sus dichos: “Le encontró la cuadratura al círculo”.
Lo cierto es que Villarruel usó su lapicera para demostrarle al Gobierno que sigue adentro, pese a todo: firmó un decreto parlamentario que confirmó la visita del propio Francos al recinto el próximo 27 de noviembre a las 10 de la mañana. Luego de exponer sobre la marcha de la gestión ante Diputados en septiembre, es la primera vez que el jefe de Gabinete estará en el Senado, pese a que la Constitución lo obliga a asistir de manera mensual, intercambiando las cámaras.
“El Senado va a seguir funcionando. Se va a cumplir desde el oficialismo un respeto a las instituciones y se va a cumplir con la Constitución”, dijo en ese sentido el presidente provisional, Bartolomé Abdala, senador por San Luis, en diálogo con elDiarioAR en uno de los pasillos parlamentarios, que ayer estuvieron en extremo vacíos, casi que escenificando la frialdad en que Milei busca ubicar a su vice. “No hay que dramatizar. La casa está en orden”, buscó descomprimir Abdala.
Tampoco hubo muchos senadores en sus despachos ayer. De hecho Abdala fue de los pocos libertarios –apenas son seis– que pasó ayer por la Cámara alta para encontrarse con Villarruel. Otros testigos que la vieron en su oficina que tiene ventanas a la plaza del Congreso, sobre la esquina de Entre Ríos e Yrigoyen, dijeron que la encontraron “bien”.
La vice se mostró ante los suyos “sorprendida” por los dichos de Milei. Si transitó momentos de enojo o furia, se los guardó en la intimidad. “Fue extraño lo que dijo. No lo entendemos”, interpretaron voceros suyos. Villarruel vio en vivo la entrevista que salió anteanoche en LN+, a sabiendas de que algo sobre ella iba a decir el mandatario porque fue lo que promocionó varias horas antes el periodista Esteban Trebuq.
Villarruel registró muy celosamente lo que apareció en la pantalla. “Todos pensábamos que Milei iba a hablar sobre el G20, su encuentro con Macron, Xi Jinping o Meloni, pero no. Primero se dedicó a los periodistas, después a la economía y estuvo 20 minutos hablando de Villarruel”, comentó un vocero, que a su modo dejó entrever que indudablemente la vice acusó el golpe: “Después ya no sabemos qué dijo porque nos perdimos”. Los teléfonos del villarruelismo no pararon de sonar.
Mientras meditaba cómo responder, Villarruel le indicó a su equipo de comunicación que siga muy de cerca las repercusiones mediáticas de los dichos de Milei. Sus colaboradores estuvieron alertas entre las 6 de la mañana y la medianoche de anoche. Les llamó poderosamente la atención que el nombre de la vice estuviera primero entre los trending topic de la red preferida por el mileísmo: X.
Villarruel no se movió tampoco en su perfil virtual, que maneja ella misma. Todo lo que sale lo teclea por su cuenta. La recomendación que recibió fue que al menos ayer se mantuviera así. “Estamos evaluando cómo salir y, si es que salimos, cómo salimos. Hay que tener en cuenta el contexto”, comentaron sus colaboradores.
Durante la jornada de tensa calma, la vice sí cayó en la cuenta de uno de los hechos que expresó Milei y con los que curiosamente coincidió: “Que el Presidente diga que no tomás decisiones de gobierno, no deja de tener algo de razón: somos la presidencia del Senado”, apuntaron sus exégetas.
Sí hubo ruido sobre el detalle de que no asiste a las reuniones de gabinete, porque en el último tiempo tampoco sobraron esos encuentros de ministros en la Rosada y Villarruel también estuvo mucho de viaje. En el Senado recordaron que la última en la que participó fue antes de su gira por Europa, donde visitó al Papa Francisco y hasta se sacó una foto con Estela Martínez de Perón por el Día de la Lealtad.
Sus acólitos no creen que esos gestos, más otros, hayan sido contra Milei. Se desentendieron, por caso, porque la vice le bajó el pulgar al juez Ariel Lijo como candidato a la Corte Suprema de Justicia, cuyo pliego aún espera avanzar en el recinto. Villarruel se corrió al instante de la gestión para buscar votos y esa rosca la asumió Ezequiel Atauche, senador por Jujuy y jefe del bloque de La Libertad Avanza.
“Molestan cosas en todo sentido. Ya no hay doble vara, sino que hay triple o cuádruple vara. Hay que preguntarles a ellos porque salieron así”, se quejaron por lo bajo cerca de la vice, que en un hecho de su jornada sí acusó el golpe de Milei: tenía en agenda una reunión para armar una estrategia filo-oficialista que pueda bloquear la avanzada opositora contra el DNU de canje de deuda –que se quiere rechazar la semana que viene en Diputados y, si ocurre, avanzaría muy rápido al Senado–, pero no prosperó.
Lejos parece estar que el destino inmediato de Villarruel sea dar un paso al costado. “Seguiremos con los pies en el plato”, apuntaron a su lado. La situación que se avecina entonces se asemejaría en una guerra fría permanente con el Ejecutivo, similar a la que tuvo Cristina Fernández de Kirchner con Alberto Fernández, Gabriela Michetti con Mauricio Macri o Eduardo Duhalde con Carlos Menem. Lo curioso es que Milei acaba de romper con Villarruel cuando aún no se cumplió un año de la gestión, como pasó con Fernando de la Rúa y Chacho Álvarez. El vice de la Alianza renunció el 6 de octubre del 2000, cuando habían llegado al poder el 10 de diciembre de 1999. En modo futbolero, cerca de Villarruel graficaron así la relación con Milei, generando expectativa sobre el contraataque que aún no llegó: “Estamos 1-0 abajo. Ya vamos a estar 1-1”.
MC/JJD
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