Desde cómo explorar la relación conflictiva entre las protagonistas de sus libros con sus madres hasta cómo ven el feminismo y qué lugar tiene el humor en la literatura, las escritoras Tatiana Tibuleac, de Moldavia, y Milena Busquets, de Barcelona, conversaron en una de las últimas charlas de la edición 2021 del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Filba).
¿Cómo se construye el amor filial? ¿Cómo repensar el vínculo con los padres? ¿Por qué escribir sobre esto? ¿Cómo se pone en juego el feminismo en la relación entre las mujeres? Moderada por Eugenia Zicavo, periodista y socióloga, la charla recorrió algunos de esos tópicos.
“Estoy muy interesada en cualquier tipo de amor y, en el caso del amor de una hija y una madre, es un amor que funda, que crea de cierto modo la manera en que amarás a las personas durante el resto de tu vida. Hay tres amores que son importantes: el amor a los padres, el amor de los hombres y el amor a los hijos que uno tiene, si elegís tenerlos”, reflexionó Busquets recuperando el vínculo con su madre, la célebre editora Esther Tusquets.
Tibuleac, en cambio, respondió pensando en sus hijos: “Necesito que mi hijo y mi hija sepan que los amo todo lo que puedo. Es la única manera en la que los puedo amar. Tal vez no sea suficiente, quiero que sepan que esto es lo máximo que les puedo dar. Esto es algo que quiero que mi hijo sepa, quiero que lea este libro cuando sea más grande y diga ‘hizo lo mejor que pudo’. Creo que este libro podría ser nuestra conexión en el tiempo”.
Tanto en El verano que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tibuleac como en También esto pasará, de Busquets, las autoras escriben sobre cómo transitar la enfermedad terminal de una madre y conjugan el amor y la muerte en su narración.
Escapando a la idea de que la muerte es algo aterrador, Tibuleac le dio una vuelta al concepto y manifestó: “A veces la muerte es algo que reúne a las personas y repara muchas cosas del pasado”.
En el mismo sentido, las escritoras conversaron sobre la importancia del humor en general y el humor negro en particular para construir sus novelas. “En mi caso es muy importante, es esencial. Lo que tenemos en común con Tatiana es que cuando lidiamos con un libro en el que hay muerte, enfermedad, odio y otros sentimientos complicados creo que la única manera de hacerlo agradable, o de lidiar con algo difícil, es el humor. Creo que es una característica de la inteligencia”, afirmó Busquets e hizo una salvedad: aseguró que siente que cada vez hay que tener más cuidados porque se corre el riesgo de ser censurado o insultado.
Su colega moldava coincidió con su postura y amplió: “Creo que el humor nos vuelve más humanos, más vulnerables. Una persona que no puede reírse de sí misma, si no puede ser cínico o autocrítico, nunca podrá comprender a otras personas”.
A veces la muerte es algo que reúne a las personas y repara muchas cosas del pasado
En contraposición a lo estructural que es la figura de las madres en sus novelas y cómo se trabaja ese vínculo, los padres no parecen estar tan presentes. Zicavo indagó sobre esa particularidad y las autoras debatieron.
La autora de Esto también pasará manifestó que tuvo un vínculo muy fuerte con su padre y su abuelo, pero también muy breve porque fallecieron cuando ella era adolescente. Partiendo de ese punto, puso en duda que sean figuras ausentes aunque reconoció que no son los personajes principales.
“Creo que la ausencia de alguien es muy significativa y representativa. Lo que perdimos, lo que ya no está, lo que incluso nunca existió es tan importante en nuestra historia como las cosas que tuvieron una presencia abrumadora”, señaló Busquets.
Tibuleac vivió la experiencia opuesta: creció y se crió con mujeres. “Los hombres, incluso si estaban presentes, eran tan valiosos e importantes todo el tiempo que no había que molestarlos con cosas no importantes”, explicó la escritora y contextualizó su infancia. En ese entonces, vivía en la ex Unión Soviética y mientras que los hombres tenían una vida pública, “el resto del planeta recaía sobre los hombros de las mujeres”.
“Las mujeres eran como una manada de lobos, tenías que ser parte de una sociedad de mujeres porque los hombres tomaban decisiones pero éstas eran supervisadas por ellas. Sabíamos que nuestros padres existían pero nunca los veíamos. Así que en cierto punto escribí: ¿dónde están los padres de los niños que dicen que tienen padres? Para mí, como decía Milena, la ausencia de los personajes masculinos en mi segundo libro es en sí mismo un personaje”, agregó.
Lo que incluso nunca existió es tan importante en nuestra historia como las cosas que tuvieron una presencia abrumadora.
Hacia el final de la charla, la conversación viró a temáticas más amplias, como el feminismo y la literatura en general.
La escritora moldava aseguró que siempre se consideró feminista porque luchó para que las mujeres estuvieran al mismo nivel o a un nivel superior que los varones. Sin embargo, hizo una reflexión: “Dicho esto, no puedo decir que odio a los hombres. Creo en el feminismo inclusivo, no en el feminismo que excluye a las mujeres que no están 100% alineadas con esta gran idea. Hay que ayudar a las mujeres sin decirles que está bien para ellas y creo que en la sociedad se hace eso”.
Busquets volvió una vez más sobre su madre y lo que describe en Esto también pasará y manifestó: “Mi evaluación de la relación con mi madre es algo que reviso de manera constante. Hay cosas que son intrínsecas a quienes somos y no es que no pasa, es que no deberían pasar incluso si son dolorosas. Quiero pensar que algunas cosas no pasarán y que la relación con mis hijos va a continuar luego de que yo me muera. El problema es cuando se vuelven tan dolorosas que no te permiten continuar con la vida”.
Para concluir el intercambio, Zicavo les preguntó para qué piensan que existe la literatura. Ambas coincidieron rápidamente: es un lugar para ser feliz. “Es un momento en el que me siento útil y me siento bien conmigo misma, incluso si no escribo para publicar. Es el proceso que me hace feliz. Es un juego, es un estado de ánimo”, respondió Tibuleac.
Busquets concluyó: “Estoy de acuerdo con Tatiana. Es intentar ser feliz, comprender mejor las cosas. Hacer que la vida sea tan rica y llena de experiencias como sea posible. Ir a lo más profundo: es parte de nuestra experiencia de estar aquí en esta tierra, vivas”.
PP