Entrevista

Por qué los signos de puntuación cambiaron la historia de la humanidad

“El hombre encontró conveniente comenzar a escribir, lo que fue una decisión inteligente. Posteriormente se incorporaron mejoras al sistema del lenguaje, lo cual nos permitió transmitir más, con mayor precisión y velocidad. El libro que estás leyendo ahora considera la puntuación como la coronación final de los lenguajes escritos en Europa: es la frutilla del postre, el acento sobre la i. La puntuación es un sistema de convenciones que otorga mayor precisión y profundidad a las letras y palabras, dotándolas de color y emoción, tono y ritmo”, afirma el académico noruego Bård Borch Michalsen en su reciente libro Signos de civilización. Cómo la puntuación cambió la historia (Ediciones Godot, 2022), su primera publicación traducida al español.

Michalsen, autor de varios libros sobre lenguaje y cultura, traza en su trabajo una especie de mapa doble: por un lado, recorre la historia de la escritura, con especial énfasis en la Antigüedad (“los primeros signos de puntuación remiten a dos mil doscientos años atrás, cuando fueron utilizados en Alejandría”, apunta el autor) y en el Renacimiento (con Venecia a la cabeza, convertida hacia finales del 1400 en la capital europea de la edición y de la impresión de libros). De textos sin separaciones ni espacios a la respiración que habilitan los puntos o las comas: un mundo.

Por el otro lado, el investigador propone capítulos dedicados a la historia específica de algunos de los signos de puntuación más importantes como el punto, la coma, el punto y coma, los de exclamación e interrogación y al análisis de su uso en tiempos en los que la tecnología le otorga a cada portador de un teléfono “el status de editor”. Para ello, apela a revisar de manera ágil –una especie de resumen, una invitación a buscar más a partir de esta bibliografía– la obra de otros estudiosos de la gramática y también a brindar ejemplos de los usos de los diferentes signos en distintos idiomas.

Desde permitir la comprensión más rápida a la edición en masa de materiales escritos; del rol de Aristófanes de Bizancio (257-180 a.C.), señalado como el responsable del primer sistema de puntuación del mundo, hasta la dedicación de Aldo Manuzio, el padre de la puntuación moderna durante el Renacimiento, para el autor los signos son el motor, los que permitieron el desarrollo a partir de una estandarización de un sistema.

El hombre encontró conveniente comenzar a escribir, lo que fue una decisión inteligente. Posteriormente se incorporaron mejoras al sistema del lenguaje, lo cual nos permitió transmitir más, con mayor precisión y velocidad.

“Los signos enfatizan la lógica de lo que se escribe. Apoyan tu voz interna y externa con indicaciones de ritmo y entonación. Pero lo más importante de todo es su capacidad para atraer al lector de manera rápida y eficiente. Indican los límites de los elementos de información y las conexiones entre esos elementos; indican el sentido y los sentimientos en lo que se escribe, la coreografía y la orquestación de los pensamientos”, describe el autor.

En un breve intercambio escrito (y lleno de signos de puntuación, como no podía ser de otro modo) con elDiarioAR desde su país, Michalsen aseguró que aunque siempre se interesó por analizar la escritura y su devenir a lo largo de la historia, dedicarse en profundidad a los signos de puntuación “¡fue casualidad!”.

Por supuesto, siempre me interesó el lenguaje y el proceso de escritura. Hace algunos años comencé a leer la coma y me sorprendió: la historia era tan interesante, el significado cultural era muy grande. En 2013, se publicó en Noruega mi libro Komma (coma)”, señaló.

En un capítulo de su libro usted cita a Pierre Bourdieu y analiza algunos vínculos entre la puntuación y el poder. ¿Quienes imponen o manejan las reglas de puntuación son también quienes detentan el poder? ¿Cómo se establece esta relación?

Sí, quienes establecen las reglas tienen poder; ¡ellos deciden si vale la pena escucharte (si seguís las reglas)! Por lo tanto, es esencial que todos aprendan las reglas más importantes.

Los signos enfatizan la lógica de lo que se escribe. Apoyan tu voz interna y externa con indicaciones de ritmo y entonación. Pero lo más importante de todo es su capacidad para atraer al lector de manera rápida y eficiente.

Teniendo en cuenta que la puntuación implica un sistema de normas un tanto rígido (“un sistema de convenciones que otorga mayor precisión y profundidad a las letras y palabras”, como usted señala), ¿cómo establece el vínculo entre puntuación y progreso? 

Las reglas crearon convenciones que facilitaron la escritura y la lectura para todas las personas (no solo para los sacerdotes, etc.). Gutenberg inventó el hardware y la puntuación es una parte importante del software.

Usted señala que muchas veces se ve a la digitalización de los textos escritos como una especie de “lobo malo”. ¿Las nuevas tecnologías se tienen que adaptar a la puntuación? ¿O la puntuación se tiene que adaptar a las nuevas tecnologías? ¿Emoji mata signo de exclamación?

La puntuación se tiene que adaptar a las nuevas tecnologías, y las nuevas tecnologías se tienen que adaptar a la puntuación 😊 (N. de la R.: el autor lo envió con ese emoji en su texto). Y la puntuación siempre será importante para la escritura profesional, en las escuelas, oficinas públicas y privadas, etcétera.

En algún momento de su libro usted describe al punto y coma como “el más hermoso” de los signos de puntuación (N. de la R: un signo que además tiene su propio día en el calendario, el 6 de febrero). ¿Tiene un signo preferido? ¿Por qué lo destaca, cuando para muchos es uno de los más complicados de usar?

En realidad me encanta la coma. Es un signo muy delicado y puede usarse para expresar sentimientos y emociones. El punto y coma también es hermoso, pero es más bien un signo que se usa por diversión; ¡es posible vivir toda una vida como escritor sin usar el punto y coma ni una sola vez!

Me encanta la coma. Es un signo muy delicado y puede usarse para expresar sentimientos y emociones. El punto y coma también es hermoso, pero es más bien un signo que se usa por diversión.

Hacia el final del libro, tomando citas de otros autores, reflexiona sobre el futuro de la puntuación. ¿Pueden llegar a desaparecer los signos de puntuación tal como los conocemos? 

Ya mencioné algo al respecto. No, la puntuación nunca desaparecerá, pero el uso de los signos tal vez se vuelva un asunto personal y no implique seguir las reglas. Todo el mundo debería conocer las reglas básicas de puntuación. Si conocés estas pocas reglas, creo que está bien que las uses de acuerdo con tu personalidad y forma de escribir. Para mí, esto es lo más importante: ¡La puntuación es más una cuestión de comunicación que de reglas! Y por último: ¡Me encanta la forma en que el español usa los signos de exclamación e interrogación!

AL