Lionel Messi se quedó este miércoles como mero espectador de la derrota de Inter Miami por 2 a 1 ante Dynamo Houston por la final de la US Open Cup del fútbol de los Estados Unidos y se instaló un aire de preocupación en relación a su futura convocatoria al seleccionado argentino, a los próximos encuentros de Eliminatorias Sudamericanas.
El astro rosarino, de 36 años, vivió en las últimas horas una pesadilla con esa rebelde cicatriz en el isquiotibial izquierdo, de un -aparentemente- desgarro no del todo curado.
Lo cierto es que un rato antes del horario pautado para el comienzo de la final, en el DRV PNK de Fort Lauderdale, llegó la primera certeza, a través de un parte que emitió la organización, cuando difundió la planilla confeccionada: el capitán del seleccionado albiceleste no figuraba ni siquiera entre los eventuales disponibles en el banco para el equipo del DT Gerardo ‘Tata’ Martino.
De este modo, las especulaciones que se tejieron en torno a la presencia del ‘10’ en este encuentro por el título se evaporaron de inmediato. Ni ingreso en el segundo tiempo, ni “los 20 minutos finales” tal como le había adelantado a Télam un allegado a la franquicia del estado de la Florida, cuando fue interceptado cerca del estadio, en el turno vespertino. Messi se quedaba fuera del partido, tal como había ocurrido el domingo pasado en el clásico ante Orlando City, por una fecha del campeonato de la Major League Soccer (MLS).
Minutos después, otro vocero cercano a la entidad de Miami confió que “es preferible ni siquiera arriesgarlo a que esté en el banco de suplentes, porque querrá ingresar de cualquier modo”.
No hubo parte oficial en la previa del duelo, pero la sensación sigue siendo de que la molesta cicatriz redunda en algo más que una simple fatiga muscular, tal como se quiso deslizar como para restarle importancia a la lesión.
Y dentro de ese contexto, la presencia del capitán, a casi dos semanas del comienzo de una nueva ventana de eliminatorias continentales rumbo al Mundial 2026, es una verdadera incógnita, más allá de las ganas y los deseos de un crack que nunca quiere estar ausente.
Lionel Scaloni debería difundir antes del fin de semana la nómina de jugadores disponibles para los encuentros ante Paraguay, en cancha de River Plate el jueves 12 de octubre, y Perú, en el estadio de Universitario de Lima, el martes 17. Los dos encuentros corresponden a las fechas 3 y 4 de la clasificación sudamericana.
A esta altura, la inactividad de Messi (no juega desde la semana pasada cuando abandonó el juego al promediar el primer período en el choque ante FC Toronto) podría generar un contratiempo, máxime teniendo en consideración que diseñó -en esta ocasión- una pretemporada distinta, a partir de que la competencia en la MLS jamás se interrumpió.
Por ello, tal vez, jugar 11 encuentros consecutivos en apenas 44 días terminó ‘pasándole factura’ al crack rosarino, que vio el partido que disputaron sus compañeros en una de las plateas del DRV PNK Stadium, acompañado por su mujer Antonela y sus hijos, vestido de civil, con una camisa de tono oscuro.
También llegaron hasta Fort Lauderdale para observar los eventuales movimientos del ‘Rey del fútbol’ el francés Zinedine Zidane, emblema del Real Madrid como jugador y entrenador, además del presidente de FIFA, Gianni Infantino.
El único espectador “famoso” que se retiró con una sonrisa desde la península de la Florida resultó el basquetbolista James Harden. El actual escolta de Phildelphia Sixers, identificado unánimemente con la franquicia NBA de los Houston Rockets, ocupó la tribuna ‘naranja’ y lanzó un eufórico grito para las cámaras de TV, cuando el marroquí Amine Bassi marcó el 2-0 parcial, a través de un tiro penal.
Con información de Télam.
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