A lo largo de unas tres horas, el mundo se paralizó por completo para presenciar el inicio oficial de la edición XXXII de los Juegos Olímpicos con la tradicional ceremonia inaugural. Con barbijos, desfilaron este viernes por el Estadio Nacional de Tokio, prácticamente vacío debido a la ausencia de público, los deportistas que participarán desde mañana en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Las delegaciones fueron menos numerosas que en ediciones anteriores debido a la imposibilidad de llegar a la Villa con más de cinco días de adelanto sobre la competición. Algunos deportistas optaron por bajarse unos instantes el tapabocas y enseñar la sonrisa de la emoción que generó el momento, y otros por saltar y cantar, como hizo el equipo argentino al corear ‘soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar’.
Abrió el desfile Grecia y lo cerró el país anfitrión, Japón. Tras el equipo heleno apareció el de los Refugiados Olímpicos, amparado por la bandera de los cinco aros. Luego, siguiendo el orden del alfabeto japonés, que empieza por la ‘a’ y terminaba por la ‘n’, desfilaron los demás equipos, desde Islandia hasta Francia. Rusia, que tiene prohibido emplear sus símbolos en los Juegos debido a una sanción por connivencia con el dopaje, desfiló tras la bandera del Comité Olímpico Ruso. Sus deportistas agitaron banderitas monocolores blancas, azules y rojas.
Por primera vez el COI autorizó que cada delegación estuviera encabezada por una pareja de abanderados, hombre y mujer.
Los japoneses, ellos sí con un equipo muy numeroso, mostraron una tremenda alegría al salir al estadio, mientras les aplaudía el emperador Naruhito desde el palco. La luchadora Yui Susaki y el baloncestista Rui Hachimura abrieron marcaron el paso portando la bandera, mientras sus compañeros buscaban las cámaras para saludar.
Al término del desfile se proyectó sobre el suelo el nuevo lema olímpico: “Más rápido, más alto, más fuerte... juntos”.
El estadio olímpico, con capacidad para unos 68.000 espectadores, recibió a unos 11.500 atletas llegados de más de 200 países y 33 deportes, así como a menos de un millar de mandatarios extranjeros y autoridades, donde tan solo 150 fueron representantes locales. Los Juegos más caros de la historia (15.400 millones de dólares) contaron con el mayor despliegue de seguridad en Japón, 8500 efectivos de las Fuerzas de Autodefensas desplegadas y 60.000 policías patrullando las calles y las 42 sedes deportivas.
El presidente del COI, Thomas Bach, rindió homenaje en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Tokio a los deportistas que han superado “la incertidumbre” de la pandemia y han cumplido su meta de llegar a los Juegos de Tokio. “Hoy es un momento de esperanza. Sí, es muy diferente de lo que todos habíamos imaginado. Pero valoremos este momento porque por fin estamos todos juntos”, dijo en su discurso ante los equipos participantes en los Juegos.
“Este es el poder unificador del deporte. Este es el mensaje de solidaridad, el mensaje de paz y el mensaje de resiliencia. Esto nos da a todos la esperanza de seguir caminando juntos”, añadió.
Para Japón, país al que agradeció sin descanso su compromiso con los Juegos, “ha sido un viaje difícil, con retos sin precedentes en el camino”.
“Primero la reconstrucción tras el Gran Terremoto del Este de Japón y luego la pandemia de coronavirus. Por eso nuestra gratitud y admiración por ustedes es aún mayor”, incidió.
“Como todos nosotros, vivieron con gran incertidumbre la pandemia. No sabían cuándo podrían volver a entrenar. No sabían si podrían ver a vuestro entrenador mañana”, apuntó. “Lucharon, perseveraron, nunca se rindieron, y hoy están haciendo realidad vuestro sueño olímpico. Sons verdaderos atletas olímpicos”, subrayó.
“La lección que hemos aprendido es que necesitamos más solidaridad. Dentro de las sociedades y entre las sociedades. La solidaridad significa algo más que el respeto o la no discriminación. Solidaridad significa ayudar, compartir, cuidar. Esto es lo que estamos haciendo en nuestra comunidad olímpica”, aseguró, antes de invitar al emperador a declarar inaugurados los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
Los abanderados argentinos
Lange y Carranza, campeones olímpicos de yachting en Río 2016, portaron la bandera de la delegación argentina, que hasta hoy quedó integrada por 186 deportistas, de los cuales 130 son hombres y 56 son mujeres, con participación en 26 disciplinas.
Por el estado de emergencia decretado para la capital de Japón ante el aumento de los casos de coronavirus y por miedo a la variante Delta, de rápida propagación, el primer ministro Yoshihide Suga impuso una restricción para que no haya público en eventos hasta el 22 de agosto.
Apenas el 18% de la población japonesa se encuentra vacunada con las dosis necesarias y la mayoría de los habitantes rechaza la realización de los Juegos, según las encuestas que se vienen haciendo desde marzo del 2020, cuando el COI reprogramó la fecha.
Sin embargo, Tokio 2020 ya arrancó con medidas muy estrictas para evitar la propagación de la Covid-19 entre deportistas y delegaciones, como el flujo constante de entradas y salidas en la Villa Olímpica, pruebas PCR obligatorias para todos y transporte especial como parte de la “burbuja”. El 85% de los atletas y miembros de las delegaciones fueron vacunados.
Las 5.000 medallas que se repartirán en los podios de los Juegos fueron fabricadas con 78.985 toneladas de material reciclado.
Además de los primeros pandémicos, Tokio 2020 serán los Juegos más caros de la historia. Cuando Tokio fue elegida como sede en 2013, en el Hilton de Buenos Aires, se calculó que costarían un total de 7.300 millones de dólares. El aplazamiento llevará al presupuesto a 14.900 millones de dólares.
Los Juegos se seguirán llamando Tokio 2020, aunque se hagan en 2021, por el marketing y la cartelería, entre otras cosas. Las fechas de los próximos no cambian: en 2024 serán en París; en 2028, en Los Ángeles, y recientemente se eligió la sede de los Juegos 2032 que se realizarán en Brisbane, Australia.
NB