El pan, el asado, la lechuga y el tomate. La inflación se concentra sobre todo en los alimentos que mayor protagonismo tienen en la mesa de los argentinos y golpea con especial intensidad a las familias de menores ingresos, que no suelen hacer sus compras en los grandes supermercados sino en comercios de cercanía, a donde no llegan los programas de control de precios.
De acuerdo con el último relevamiento del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) sobre 750 comercios barriales de 20 distritos del conurbano bonaerense, la canasta básica de alimentos aumentó 8,8% solo en abril. Una familia de dos personas adultas y dos menores necesitó $41.833,74 para adquirir sus alimentos básicos para todo el mes, $3.384 más que en marzo.
En lo que va del año este conjunto de 57 productos registró una suba de 31,3% y el encarecimiento escala a 63,5% si se compara abril de este año con el mismo mes de 2021. “No cesa el deterioro permanente del poder adquisitivo de los sectores de menores ingresos y la suba de los alimentos en los barrios es cada vez más feroz”, apunta Isaac Rudnik, director del instituto.
En abril la carne fue la categoría que más subió dentro de la canasta básica, con un alza de 14,88%. Si se mira el cuatrimestre completo, los cortes más populares acumularon subas en torno del 30%, con precios muy alejados a los de los “cortes cuidados” que acordó el Gobierno con un grupo de frigoríficos y que se distribuyen solo en grandes superficies. Por ejemplo, en Isepci relevó el kilo de asado a $1.000, cuando el acuerdo lo ofrece a $679 y la nalga a $1.200, mientras que dentro del programa oficial se vende a $859.
Los productos de almacén subieron 8,19% en abril, empujados sobre todo por el pan, que acumula una suba de 60% en el primer cuatrimestre. Ayer el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, se reunió con panaderos y molineros para “operativizar el funcionamiento” del fideicomiso del trigo. Esa herramienta fue lanzada hace más de un mes para intentar contener el precio de alimentos básicos como el pan y los fideos, pero todavía no está activa y, por lo tanto, no hace diferencia en las compras cotidianas de las familias.
“Los precios subsidiados del pan y derivados de la harina como fideos y galletitas llegarán al consumidor final dentro de unos días, cuando la puesta en marcha del mecanismo complete su alcance a cada eslabón de la cadena de comercialización”, se informó ayer en un comunicado posterior a la reunión.
Las frutas y verduras, que por condiciones climáticas y estacionales llevaron la punta de los aumentos a comienzos del año, se desinflaron en los últimos meses e incluso tuvieron en abril una baja de 2,31%, según el relevamiento de Isepci. Aún así, los productos básicos de verdulería registran variaciones cuatrimestrales que arrancan en el 25%, con algunas escaladas muy marcadas como la de la zanahoria (108%), el tomate (80%) y la lechuga (78,6%).
El Índice Barrial de Precios es seguido de cerca por el Ministerio de Desarrollo Social porque permite obtener un dato sobre la inflación cercano a la realidad de las familias más vulnerables, sin el efecto amortiguador de los programas de precios que rigen en los grandes supermercados de los centros urbanos. En el último informe oficial de inflación, correspondiente a marzo, el Indec informó que el 7% de los precios relevados en el Gran Buenos Aires se encontraban dentro de Precios Cuidados.
El 11 de abril el Gobierno puso en marcha una canasta complementaria a Precios Cuidados, con 60 productos esenciales que deberían estar a precios fijos en todos los almacenes y comercios de proximidad. Esta iniciativa todavía está en proceso de implementación y, a juzgar por los datos de Isepci, hasta el momento no modificó la situación en los barrios. “Es un acuerdo de participación voluntaria y, por la atomización del sector, es difícil de articular. Se está expandiendo, pero va a llevar un tiempo”, señalaron a elDiarioAR fuentes de la Secretaría de Comercio Interior.
DT