Cuando el sábado pasado terminó la misión técnica de la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI), con la que comenzó la negociación en serio de un acuerdo, se había pactado una videollamada este viernes entre Alberto Fernández y la directora gerenta del organismo, Kristalina Georgieva. Al Presidente le vino bien la reunión justo hoy para enviar una señal positiva después de que la oposición le volteara el proyecto de presupuesto 2022, a partir del cual el ministro de Economía, Martín Guzmán, venía dialogando con el FMI.
Además, la dirigente búlgara destacó en un mensaje por Twitter: “Muy buena reunión con el presidente Alberto Fernández para avanzar en nuestro trabajo para sostener la recuperación de la Argentina y atender sus desafíos económicos. Nuestros equipos están totalmente comprometidos para continuar trabajando para un programa del FMI”. Hace una semana, el Fondo había aclarado que “serán necesarias más discusiones”. Ocurrirán en enero, cuando terminen las vacaciones de fin de año para los burócratas de Washington, donde está la sede del organismo.
En tanto, el Presidente sostuvo: “Hablé con la titular del FMI. Ambos reconocimos el problema inesperado del rechazo del Presupuesto, pero nos comprometimos a seguir trabajando plenamente enfocados en materializar un acuerdo que no comprometa la continuidad de la recuperación económica inclusiva”.
En el Palacio de Hacienda reconocen que el mensaje de Georgieva le sirvió al gobierno argentino como un bálsamo en unas negociaciones que Guzmán prevé que se vean afectadas por el rechazo del Congreso al presupuesto 2022, según lo expresó él mismo este viernes también por Twitter. Sucede que en el proyecto de ley se hablaba de una meta de déficit fiscal primario (antes del pago de la deuda) del 3,3% del PBI, que el FMI consideraba insuficiente pero que el Ejecutivo quería presentar como fruto del consenso con la oposición. Ahora que reinó el disenso en la Cámara de Diputados, Guzmán ya no podrá mostrarle al Fondo que ese número es ley ni fruto de un acuerdo político, con lo que se prestará a nuevas discusiones técnicas. Al menos, Fernández y Georgieva siguen impulsando un pacto.
AR