El Directorio del Banco Central aplicó este lunes una serie de modificaciones al sistema de pagos del comercio exterior con el objetivo de establecer “prioridades” en las importaciones que se financian con dólares oficiales y evitar maniobras “especulativas” que contribuyan a mermar el ya bajo nivel de reservas. La decisión llega una semana después de que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner denunciara en público un “festival de importaciones”.
Según se precisó en el mensaje oficial que acompañó la publicación del Comunicación A 7532, el organismo que conduce Miguel Angel Pesce busca “responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la importación de energía y sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”.
Las medidas tendrán vigencia por un trimestre, hasta el 30 de septiembre, “para dar tiempo a la normalización del comercio exterior”. Como punto central, se establece que las empresas deberán buscar financiamiento a 180 días para poder adquirir insumos del exterior cuando superen el 105% del total importado durante el año anterior, medido por valor en dólares.
Pasado el plazo de los 180 días, el Banco Central libera las divisas para cancelar el crédito que se utilizó para financiar las importaciones. Esta medida alcanzaba al 75% de las empresas, pero ahora se sumará el 25% restante, con excepciones para la importación de energía y medicamentos.
Según se informó, las pequeñas y medianas empresas quedan exceptuadas de las exigencias vigentes de financiar sus importaciones por un incremento de 15% respecto al año anterior, con un límite de hasta un millón. Es decir, las pymes cuentan con un límite de incremento del 115% con respecto a 2021, para aquellas que importaron hasta US$1.000.000 ese año.
También se dispuso en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Productivo ampliar las posiciones arancelarias de bienes equivalentes a los producidos en el país que tendrán acceso al mercado a partir de 180 días y la de bienes suntuarios que podrán acceder a partir de los 360 días. En bienes suntuarios se incluyen aviones, autos, helicópteros, drones, jet ski y cuatriciclos, por ejemplo.
En cuanto a las importaciones de servicios, el Banco Central informó que se equiparan en el tratamiento a la de bienes, permitiendo el acceso al mercado por el mismo monto que en 2021 y en caso de superar el importe, financiamiento a 180 días. “De esta manera, se impulsa la recuperación del crédito comercial que Argentina vio caer significativamente como efecto de la pandemia por Covid-19”, explicó el Banco Central.
Con estas medidas se intenta dar prioridad a los pagos de importaciones de energía e insumos para la producción, hasta en tanto se “normalicen” las cuentas externas. Es decir, hasta que termine la época de altas importaciones de energía típicas del invierno. “Nosotros esperamos que esto tenga un impacto en el orden de los US$1.000 millones de dólares. Eso nos permitiría mejorar la balanza cambiaria y aumentar la posibilidad de acumular reservas”, dijo Pesce este mediodía, en diálogo con Radio 10.
“Si bien esto podría ayudar a moderar un poco la sangría de dólares, junto al esperado ingreso de flujos organismos internacionales que aún no se han registrado en la magnitud esperada, lo cierto es que el resultado colateral de estas medidas será el de faltantes de productos en varios rubros, en especial productos finales, aunque también algunos insumos”, dijo a elDiarioAR Lorena Giorgio, economista jefa de Equilibra. “Como corolario, deberíamos ver una mayor brecha, si estas importaciones que no pueden acceder a dólares oficiales se canalizan al financiero, y presiones sobre la inflación”, sumó.
El organismo que conduce Pesce informó que, complementariamente, se facilitará la prefinanciación de exportaciones lo cual acelerará el ingreso de divisas especialmente del complejo cerealero, pasando la obligación de liquidar las divisas que se ingresen de 5 a 15 días, y la financiación a largo plazo para precancelar deudas locales en moneda extranjera.
“Estas medidas son para administrar la escasez, no creo que genere un ahorro importante de divisas”, opinó Guido Lorenzo, director de LCG, y añadió: “Más que para generar un ahorro de dólares son para ir frenando el ritmo de recuperación de la actividad. Es decir, más que en acumulación de reservas va a reflejarse en una menor oferta de productos que puede presionar incluso sobre los precios domésticos.
DT