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Caputo: “La gente va al supermercado, sale 50% más que en Estados Unidos y dice 'guau, ¿este es el modelo?'”

Todos los años, la Cámara de Comercio de Estados Unidos (Amcham, según sus siglas en inglés) en la Argentina organiza un encuentro con políticos y empresarios para bajar sus mensajes en busca de tener más y más alto perfil. Este martes, en el Centro de Convenciones porteño, el presidente de la Amcham y del banco norteamericano JP Morgan en el país, Facundo Gómez Minujin, ofició de moderador de la exposición de un viejo conocido para él, el ministro de Economía, Luis Caputo. El jefe del Palacio de Hacienda trabajó en JP Morgan en los 90. En el escenario reconocieron sus conversaciones previas a que Caputo se sumara al equipo de Javier Milei. En un clima relajado, el ministro expuso sobre los lineamientos básicos de su plan, minutos antes de que el Instituto de Estadística (Indec) informara una inflación del 13% en febrero. Un “numerazo”, según el presidente, pese a que supera el peor mes del gobierno anterior (12% en noviembre pasado).

Caputo contó que se juntó en los últimos días con empresarios de la alimentación y del supermercadismo para pedirles que moderen sus precios. “Los productores reconocieron que ´pricearon' (fijaron precios) imaginando un escenario caótico que no sucedió. Su respuesta a mi pedido fue: 'Vamos a bajar precios'. Hay precios de la canasta básica que no pueden estar ahí. Uno está contando que este modelo es mejor que otro, sacamos Precios Justos, ley de abastecimiento y ley de góndolas, y la gente va al supermercado y se da cuenta de que las cosas salen más 50% que en EE UU y dice 'guau, ¿este es el modelo?”.

“La responsabilidad es de los dos lados: no pedimos baja de precios sino que reflejen lo que es”, reclamó el ministro, que está obsesionado con que el Indec toma los valores que figuran en las góndolas, pero no tiene en cuenta que hay promociones que ofrecen la segunda unidad al 50%. “Se evitó la hiperinflación. El objetivo número uno es bajar la inflación, bajar la inflación para poder crecer, estabilidad fiscal para bajar impuestos”, explicó sus metas.

Caputo prometió una “inflación de un dígito a mitad de año”, es decir, menos del 10% mensual, un nivel de por sí alto. “Si mirás la inflación de marzo, ya estamos en ese dígito si sacás prepagas y transporte”, dijo, haciendo un particular cálculo antojadizo. “También creo el índice no refleja cabalmente la baja de la inflación y esto lo reconocían tanto los proveedores como cadenas. Cuando se dice que el salario real perdió tanto, no es la inflación real”, soltó Caputo. El sueldo formal perdió en los primeros dos meses de su gestión, en diciembre y enero, un 20% del poder de compra, lo mismo que en cuatro años del gobierno de Mauricio Macri y el cuádruple que en la era de Alberto Fernández.

El sueldo formal perdió en los primeros dos meses de su gestión, en diciembre y enero, un 20% del poder de compra, lo mismo que en cuatro años del gobierno de Mauricio Macri y el cuádruple que en la era de Alberto Fernández

El jefe del Palacio de Hacienda contó que Milei le dio el “el mandato del déficit cero cuidando a los más vulnerables” y recordó que duplicó el valor de la Tarjeta Alimentar y de la asignación universal por hijo. Quizás este aumento explica por qué la falta de asistencia a comedores populares no ha generado una explosión social. Caputo autocelebró su reducción del rojo fiscal financiero (después del pago de intereses de deuda) del 5% del PBI en 2023 al 0% en enero y del desequilibrio cuasifiscal, el del balance del Banco Central, del 10% al 5% del PBI.

“Tuvimos muy buenos primeros tres meses para el desastre que se había heredado”, se jactó Caputo. “El objetivo es torcer la inercia de tantas décadas”, agregó. Se ilusionó con que se apruebe el proyecto acotado de ley Bases porque, según su opinión, algunos gobernadores se han dado cuenta de que el Gobierno está dispuesto a bajar el gasto en la Nación y las provincias si no le aprueban sus iniciativas para generar ingresos como la reinstauración del impuesto a las ganancias a los empleados que más cobran. “Queremos cambiar de raíz el el modelo que le quemó el cerebro a mucha gente”.

“La gente quiere un cambio. Con el esfuerzo que está haciendo, que es impresionante, el presidente Milei tiene dos puntos porcentuales de aceptación más que cuando empezó su gobierno”, festejó el ministro. “La gente entendió la batalla cultural porque le metieron un cuento durante 20 años”.

Cuando le preguntaron si levantaría ahora el cepo, respondió que no quiero correr riesgos en este momento y que primero se dedicará a seguir saneando el balance del Central, bajando la inflación y reduciendo la brecha cambiaria al mínimo. También prometió una competencia de monedas, entre peso y dólar, pero cuando se recuperen las cuentas de la autoridad monetaria, las reservas, o en caso de conseguir fondos frescos del Fondo Monetario Internacional (FMI). “El FMI está abierto a un nuevo programa . Si fuera razonable hablar de más plata, están abiertos también.”

“La competencia de monedas implicará flotación libre, pero cuando estén las condiciones dadas”, prometió. Es decir, no se volverá a fijar el tipo de cambio como en la convertibilidad. Caputo sostuvo que esa competencia bajará más la inflación y generará más crecimiento. También abogó por reformas tributaria, laboral y previsional. Nunca los empresarios de Amcham había soñado con un programa tan afín a sus deseos.

AR/JJD