Todos los años, los funcionarios y los principales líderes de la oposición de la Argentina participan en el hotel Alvear de un evento ante empresarios locales que organiza el Council of the Americas, consejo de empresas estadounidenses con presencia en Latinoamérica. En el directorio del Council figuran ejecutivos de firmas como Cisco, Kellog, Bank of America Merrill Lynch, Merck, Diageo, General Electric, FedEx, Moody's, Johnson & Johnson, Chevron, Pfizer, JP Morgan, Amazon, Microsoft, AES, ExxonMobil, IBM, PepsiCo, Ford, BlackRock, Citi y GM. Esta vez, el encuentro fue virtual, no hubo lobby en los pasillos del Alvear, los hombres de negocios entraron y salieron del Webex para escuchar a determinados oradores y no se quedaron en general escuchando toda la mañana. Pero los políticos del oficialismo y Juntos por el Cambio igual les dejaron algunos mensajes clave a tres domingos de las elecciones primarias.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, cerró el evento elevando el pronóstico de crecimiento para 2021 del 7% al 8% y advirtiendo que la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tienen “responsabilidades compartidas” en la negociación del acuerdo para reprogramar el préstamo récord que el organismo otorgó al gobierno de Mauricio Macri en 2018. Inmediatamente antes, en un panel de precandidatos para las primarias del 12 de septiembre, la senadora cristinista mendocina Anabel Fernández Sagasti auguró un pacto con el FMI: “Ojalá que lleguemos a buen puerto”. Todo un mensaje para el empresariado que dudaba hasta hace poco de la voluntad de Cristina Fernández de Kirchner de acordar con el Fondo, incertidumbre que comenzó a despejarse cuando la vicepresidenta admitió en el arranque de campaña que se cumpliría con los pagos al organismo en 2021.
La senadora cristinista mendocina Anabel Fernández Sagasti auguró un pacto con el FMI: "Ojalá que lleguemos a buen puerto". Todo un mensaje para el empresariado que dudaba hasta hace poco de la voluntad de Cristina Fernández de acordar con el Fondo
En el mismo panel, María Eugenia Vidal, postulante del PRO ahora por la capital, se diferenció del discurso antigrieta que en el inicio del evento había formulado su actual mentor, Horacio Rodríguez Larreta, y profundizó su diatriba anti K de los últimos días de campaña. Habló de una “cuarentena excesiva”, más allá de que el gobierno nacional la había acordado con el porteño, y atacó a la administración de Alberto Fernández por lo que ella consideró dos atentados contra la propiedad privada en 2020: la expropiación frustrada de la aceitera Vicentin, la misma a la que el gobierno de Macri había financiado pese a su inminente colapso, y el presunto apoyo de oficialistas a las tomas de tierras como la de Guernica. La escuchaba Fernández Sagasti, que había participado de aquel anuncio de la estatización de Vicentin que finalmente quedó en la nada. Preocupada por que le roben votos por derecha, Vidal también señaló que es “fácil” llegar a acuerdos para exportar más, pero abogó por abordar cuestiones “difíciles” como la reducción de impuestos y regulaciones. Algunos empresarios consideraron que la ex gobernadora bonaerense fue la única expositora que desentonó con el clima de consensos que pregona el Council.
Quien completaba el panel y habló mucho de mejorar la agregación de tecnología y empleo a las exportaciones fue Facundo Manes, el aspirante radical por la provincia de Buenos Aires. En el público virtual celebraron que dejara de hablar de sus orígenes en Salto o de sus metáforas médicas y asumiera por primera vez un discurso económico. “Habló de su plataforma política, de su visión de país, de cómo insertarse en el mundo”, destacó un empresario. Claro que Manes primero debe dar el batacazo de vencer en las primarias a Diego Santilli, del PRO, para después soñar con la presidencia en 2023.
Rodríguez Larreta, que abrió la jornada con un discurso de cuasi candidato presidencial. Aunque Santilli y Vidal buscan por estos días el respaldo de Macri en la campaña, el jefe de gobierno porteño criticó la grieta y llamó a consensos.
Quien también aspira a la Casa Rosada en dos años es Rodríguez Larreta, que abrió la jornada con un discurso de cuasi candidato presidencial. Aunque Santilli y Vidal buscan por estos días el respaldo de Macri en la campaña, el jefe de gobierno porteño criticó la grieta y llamó a consensos. La Legislatura porteña no es precisamente ejemplo de ello, pero él defendió acuerdos para mejorar la educación, el empleo, una inversión pública “inteligente” y las instituciones. También llamó a bajar impuestos, más allá de que en la ciudad vienen subiendo. Sus palabras agradaron al establishment, que viene de la desilusión con Macri y cobija pocas esperanzas en la política en general.
Después de Larreta, habló el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Un par de ejecutivos calificaron su discurso de “vacío”, pero otro destacó que también hablara de consensos, de dialogar con el que piensa distinto, aunque reconociera que fuera difícil de lograrlo en tiempos electorales. Más tarde llegarían los turnos del canciller Felipe Solá y del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Así como Fernández Sagasti se mostró “moderada”, estos dos referentes de centro del Frente de Todos tuvieron alocuciones contra el “neoliberalismo”. Solá se confesó “admirador” del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y destacó el discurso en el que señaló que ese país no había sido construido por Wall Street sino por la clase media. En el empresariado hay quienes vieron un “perfil de canciller” en Massa, de estrecha relación con Washington. También disertaron sobre vacunas la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, ambas elogiadas por el público virtual.
El presidente del BCRA dejó dos datos preocupantes: los argentinos ya acumulan US$ 100.000 millones en efectivo y algunas empresas aprovecharon la reactivación poscuarentena para recomponer sus márgenes y aumentar entre 80/90% los precios.
Además habló el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Dejó dos datos preocupantes. El primero, que los argentinos ya acumulan US$ 100.000 millones en efectivo. En el oficialismo consideran que el cálculo estuvo moderado y que la cifra rondaría entre 130.000/170.000 millones. El segundo, que algunas empresas aprovecharon la reactivación poscuarentena para recomponer sus márgenes y aumentar entre 80/90% los precios.
Algunos hombres de negocios consideraron que fue una jornada “floja”, sin la posibilidad de intercambios personales, con palabras de campaña, pero también influidas por una crisis generalizada en la que todos, salvo Vidal, por su especulación electoral, buscan mostrarse prudentes por temor a que se agrave y vuelva el “que se vayan todos”. “No es verdad que somos un país rico con pobreza. Somos un país con potencialidad de ser rico, pero no va a ocurrir por arte de magia”, sostuvo en la inauguración Natalio Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que organizó el evento junto con el Council of the Americas, cuya CEO de siempre, Susan Segal, se mostró en público, como de costumbre, simpática con los oradores de uno y otro lado de la grieta.
AR