En octubre del año pasado el Banco Central habilitó a turistas extranjeros a abrir cuentas bimonetarias en el país para cambiar hasta US$5.000 al tipo de cambio financiero. No se abrió ninguna. Este año lanzó un régimen cambiario especial para pequeños exportadores y empresas del sector de la economía del conocimiento, que fue poco adoptado por los freelancers y unánimemente descartado por las compañías. El dólar soja, en pleno proceso de rediscusión, también está lejos de haber logrado su objetivo .
En los últimos meses el Gobierno implementó una serie de medidas tendientes a mejorar el ingreso de dólares el país, que tuvieron magros resultados y en todos los casos fueron o están en camino de ser “revisadas”.
El principal argumento que explica la baja acogida es que son trámites engorrosos, complejos desde lo burocrático. El beneficio que reportan muchas veces no es lo suficientemente importante como para someterse al mecanismo.
Además, según los términos de un economista del círculo oficial, “cuando la brecha es muy alta, los incentivos a especular son muy fuertes. Hay que ser medidas excesivamente tentadoras para cambiar algo”. Las personas o empresas que son el objetivo de las medidas no descartan ni la posibilidad de una devaluación ni la posibilidad, alimentada por las declaraciones de los funcionarios del Gobierno, de que esos mismos regímenes sean revisados y mejorados.
Dólar soja
Este instrumento fue lanzado durante la breve gestión de Silvina Batakis a fines de julio, para intentar destrabar algo de los US$14.000 millones de cosecha que el Gobierno calcula que tiene el campo sin liquidar, a la espera de una devaluación que mejore los ingresos de los exportadores.
Este régimen dispone que, una vez que venden sus granos, los productores pueden utilizar hasta el 30% de esos pesos para comprar dólares a valor “dólar ahorro”, más barato que el Contado con liquidación (CCL) con el que suelen operar. Además, les permite poner hasta el 70% de los pesos obtenidos en un depósito “dólar linked”, que ajusta diariamente según el tipo de cambio oficial y cubre ese dinero de perder valor ante una eventual devaluación.
En una ronda de consultas a los bancos, el Credicoop, que preside el diputado del Frente de Todos Carlos Heller, fue el único que confirmó haber realizado operaciones de este tipo. “Las filiales tienen relación fluida, extensa e histórica con muchas entidades rurales y productores del agro, por lo que esa relación permanente permite que cualquier opción disponible para el sector se comunique al momento y se avance en las gestiones”, señalaron.
En el entorno de Bahillo evitaron dar cifras precisas sobre la cantidad de dinero que entró en el esquema, pero señalaron que “ciertamente, ha sido muy poco”. “Se está trabajando con el central para simplificar el trámite, porque es muy engorroso y hace que algunos no quieran liquidar por el lío burocrático”, apuntaron. Se estima que no se llegó a liquidar ni $100 millones y el programa tiene fecha de finalización para el 31 de agosto.
“Lo que se le pidió al Gobierno es una instrumentación fácil, sino es caótico”, sumaron en la Sociedad Rural Argentina, donde admiten que los productores agropecuarios no son demasiado sofisticados en términos financieros y necesitan herramientas simples. “Imaginate un chacarero que está en Saladillo, que va a la sucursal del Banco Provincia y le dice 'Vengo a hacer el 70/30; me tenés que abrir una cuenta y en esa cuenta poneme 70% y el otro 30% lo saco.. es muy complejo”.
En el Banco Nación el esquema estará recién operativo a partir de este viernes, tres semanas después del lanzamiento. Y en otras entidades, aunque está disponible, no hubo interés. “Acá tuvimos una sola operación y no se completó”, repasaron en uno de los principales bancos privados.
Si bien se presta a la conclusión, este instrumento es distinto al de las cuentas en dólares habilitadas para el “prefinanciación y anticipo” de exportaciones, cuyas primeras operaciones informó el miércoles el Centro de Exportadores de Cereales (CEC). Esa herramienta permite que las empresas compradoras de granos ingresen dólares a bancos argentinos en una cuenta remunerada (es decir, que les paga un interés) y se los convierte a cotización oficial cuando necesiten los pesos para comprar efectivamente los granos.
Exportadores de la economía del conocimiento
El 2 de junio los ex ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas presentaron una medida para evitar que gran parte de los ingresos generados por los trabajadores de la economía del conocimiento, obligados a liquidar sus exportaciones al tipo de cambio oficial, se escurran por el circuito paralelo de las billeteras virtuales, las criptomonedas o las cuentas en el exterior.
El régimen estableció un límite de US$12.000 dólares anuales que se pueden cobrar en el país sin convertir a pesos. Los ingresos que excedan dicho monto mantienen las condiciones previas y son cambiados compulsivamente a pesos a la cotización oficial.
La medida, una vez más, quedó corta. Quienes se dedican a ofrecer servicios al exterior a tiempo completo suelen tener ingresos superiores a ese monto. No tiene mucho sentido abrir una cuenta en dólares y hacer los trámites necesarios para cobrar solo una fracción de los ingresos por esa vía; prefieren continuar con los esquemas que ya tienen aceitados. Sirve, en todo caso, para los exportadores ocasionales.
En uno de los principales bancos privados indicaron a este medio que “no hubo movimiento hasta el momento” y lo atribuyeron a que los posibles candidatos “siguen escuchando en los medios que van a dar otra solución y eso hace que no se decidan por ese canal”.
Para las empresas, el régimen incluyó la posibilidad de disponer de dólares en un equivalente al 50% del incremento de las exportaciones, con el compromiso de usarlos para pagar salarios. La decisión buscó darles una herramienta para mejorar las condiciones de trabajo de los empleados y retener talento. Para ese mismo fin, habilitó a las firmas a pagar hasta el 20% de la masa salarial en dólares .
Luis Galeazzi, director ejecutivo de la cámara Argencon, confirmó a elDiarioAR que la acogida al régimen fue nula. “La norma del Banco Central no se aplicó porque tenía una estructura incompleta que la hacía inaplicable como fuente de dólares que pudieran alimentar una política salarial”, señaló. “Hubo una definición unánime de todas las empresas de que la norma no daba un sustento suficiente para poder aplicarla al pago de salarios, que es básicamente lo que se necesita. Entonces quedó como una norma inaplicable e inocua”.
Tras el fracaso, la medida está en revisión y el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk, señaló que se está trabajando en un nuevo decreto de necesidad y urgencia (DNU) que podría incluir un tipo de cambio diferencial para el sector y un monotributo especial para los trabajadores independientes.
Cuentas para turistas extranjeros
En un intento por evitar que los dólares que ingresan al país en las billeteras de los turistas extranjeros circulen por la Argentina sin ingresar en el circuito oficial, en octubre del año pasado el Gobierno autorizó la apertura de cuentas bimonetarias en bancos nacionales en las que los turistas extranjeros podrían cambiar hasta US$5.000 a valor MEP. Fue un fracaso: no se abrió ni una sola cuenta, según pudo saber este medio de fuentes del Banco Nación.
En julio de este año el Gobierno volvió a la carga y reformuló la propuesta. Anunció que el Banco Central permitirá a quienes lleguen al país cambiar hasta US$5.000 al tipo de cambio MEP, pero en una operatoria con dólares físicos, sin aperturas de cuenta de por medio. “Te dan los pesos en la mano”, precisaron en el Banco Central.
De todos modos, no es un mecanismo libre de burocracia. El turista debe presentar documentación identificatoria y “una declaración jurada en la que conste su condición de turista y que en los últimos 30 días corridos y en el conjunto de las entidades no ha realizado operaciones que superen el equivalente a US$5.000”. La operación puede tardar hasta dos días hábiles. Sigue siendo más fácil –aunque no legal ni necesariamente seguro– para cualquier turista extranjero cambiar directamente sus divisas en cash cuando pisa suelo argentino.
DT