El ajuste que viene

Deep motosierra: despidos, Barrionuevo flexibilizador, pelea con Prefectura y remedios sin control nacional

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzeneger, vino al coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) para contarles a los hombres de negocios sus pasos a seguir. Habló de una “deep (profunda) motosierra” y del examen que tienen previsto tomarle a los exmpleados públicos que, según dijo, pasaron de 210.000 a 185.000 en estos diez meses de gobierno de Javier Milei y serán menos a partir de diciembre próximo.

“Vos estás en esta área del Gobierno, ¿qué estás haciendo? ¿Dan crédito? Es no del Estado, es del sector financiero. Lo puede hacer un municipio o el sector privado. No va más. Cuando uno revisa funciones es desopilante: tenemos un camping en Ezeiza, colonia de vacaciones en el conurbano, un Swat que audita en los aviones si se pagó un impuesto o no. Vamos a estar tomando a 40.000 personas un examen”, anticipó el ministro.

Fuentes oficiales aseguran que desconocen cuál es la dimensión del próximo ajuste de planta, pero aclaran que no afectarán a los 200.000 integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad. Respiran tranquilos los que pasan horas tomando mate en cuarteles y comisarías. A su vez, los 80.000 que trabajan en empresas públicas irán camino a la privatización, aunque por ahora el Congreso sólo ha permitido vender una minoría de ellas.

Los que están en la mira son los 185.000 del Estado nacional, de los cuales 40.000 contratados comenzará a rendir un examen. Si no lo aprueban, no se les renueva el contrato, pero pueden volver a rendirlo. A los profesionales les preguntará sobre la Constitución y la ley de procedimiento administrativo. Recibirán antes un manual para estudiar. A los no profesionales se los evaluará por comprensión de textos y lógica. Pobres los que el propio Estado no supo educar en la escuela.

En el Gobierno ya empiezan a darse cuenta de que será difícil que haya interesados en comprar Aerolíneas Argentinas, teniendo en cuenta de la mala situación financiera de las principales líneas aéreas de Sudamérica. Además de que primero deben convencer al Congreso de venderla. Por eso es que cobra fuerza la idea de entregársela a los gremios. Recuerdan que en su momento el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo eso con Varig, que al poco tiempo quebró. En el oficialismo consideran que quizás los sindicatos consigan un buen gerente y acepten como cooperativa eliminar los 40.000 pasajes gratis anuales para empleados y sus familias, pero ven difícil que consigan que los fabricantes de aviones les renueven los leasings de las naves.

Igual, a contramano de lo que advierten expertos del sector, creen que si funde Aerolíneas, en dos meses otras empresas podrían reemplazarla en sus rutas y prometen que Flybondi traerá pronto cinco aviones con matrícula extranjera –ya vino una– y JetSmart, dos. El equipo de Milei prevé también entregar el Correo Argentino al sindicato, pronto desregulará más el sector y desestima que vaya a haber interesados en comprarla. Además, su venta tampoco está autorizada por el Congreso.

El Estado también se retira de la discusión entre empresarios y gremialistas. “Nosotros no vamos a hacer otra reforma laboral, sino que la hagan ustedes, tienen que hacerlo con inteligencia, háganla, no pueden hacerlo sin que lo acepte el trabajador”, les dijo Sturzenegger a los empresarios. Fuentes oficiales comentan que reciben más pedidos de gremios que de patronales sectoriales para cambiar el régimen de indemnización por despido por un fondo de cese laboral, similar al seguro de desempleo que convino hace décadas la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA). Quien encabeza la pretensión de flexibilizar los rajes está el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo. La indemnización de un mes de salario por año trabajado puede ser reemplazado por un seguro que puede surgir de fondos al que aporten los patrones por cada empleado, por el conjunto de ellos o a través de una aseguradora. Aunque el nuevo sistema se negocia por sector, cada emprea o trabajador pueden adherir o no al cambio. También se prevé que cada región negocie su mecanismo: se prevé que en el Norte se acepten condiciones más flexibles que en el resto del país.

Sturzenegger también enumeró los numerosos sectores que quiere desregular: eso sí, de la principal regulación que obstaculiza el comercio exterior y la inversión, el cepo cambiario, no se ocupa, eso es tierra de su par de Economía, Luis Caputo, y por ahora sigue vigente. En el Gobierno cuentan que a los empresarios hay que exponerlos a la competencia, como están intentando ahora con los laboratorios y como intentaron sin éxito en el proyecto original de la ley Bases, que incluía a la pesca o los biocombustibles.

Sturizengger comentó que está discutiendo para dejar de obligar que las embarcaciones comerciales deban llevar un generador eléctrico alternativo. En el Gobierno reconocen que están protagonizando una “pelea sangrienta” con la Prefectura Naval por la reforma del Régimen de la Navegación (Reginave). También el ministro de Desregulación se indignó de que el Gobierno haya permitido la venta online de medicamentos, pero la medida esté frenada en la Justicia por un recurso de amparo de los farmacéuticos que quieren seguir controlando la comercialización con el argumento de preservar la salud de la población y evitar la automedicación.

En el Ejecutivo también abogan por la importación de remedios para abaratar hasta un 90% los precios y por eso le dieron vía libre para que el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, lo haga desde India, potencia mundial de fabricación de genéricos. Eso sí, cuando Cornejo le pidió al gobierno de Milei que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) controle la seguridad de esos productos indios, la tropa libertaria se negó y le contestó que si Mendoza quería importar esos bienes, debía hacerse cargo de auditarlos, ya no lo haría la Nación.

Deep motosierra: cortar profundo. Tanto para dejar a empleados públicos en la calle o los mozos y cocineros despedidos sin indemnización, pero con seguro de desempleo, como para correr al Estado o a los farmacéuticos de los controles que se había creado con el argumento de la seguridad. Todo sea para ganar eficiencia, sin importar el precio. El mercado se encargará, según la filosofía de Milei.

AR/MG