Un exministro de Macri advierte que el plan de Milei y Caputo deja a la inflación sin ancla

Un día después de que el martes el ministro de Economía de Javier Milei, Luis Caputo, anunciara la fuerte devaluación y el incisivo ajuste fiscal, la consultora Abeceb, propiedad de Mariana Camino y Dante Sica, envió a sus clientes su informa quincenal de coyuntura. “Los primeros pasos del león” se titula el reporte de Camino y Sica, que fue ministro de Producción y Trabajo del gobierno de Mauricio Macri y asesor en esas cuestiones de la campaña presidencial de Patricia Bullrich.

“El ministro Caputo lo dijo claramente: no estaba anunciando un programa de estabilización sino un 'paquete de medidas de emergencia'”, arranca el reporte. “El paquete de medidas lejos estaba de constituir el plan de estabilización que la Argentina necesita como el agua desde hace tiempo. Se quedó corto en dos condiciones que son cruciales para estabilizar: coordinar las expectativas del sector privado en un escenario de mayor previsibilidad y garantizar que los efectos distributivos del ajuste no erosionen la gobernabilidad del proceso. Sin coordinación de expectativas, las señales de precios en los mercados no funcionan y sin consensos mínimos es difícil viabilizar reformas. El Gobierno privilegió atacar las urgencias, probablemente anticipando que, gracias a los beneficios de un tratamiento de shock, más adelante estarán dadas las condiciones para avanzar en la estabilización y las reformas. El desfiladero que se eligió transitar es angosto y difícil: los beneficios pueden ser altos pero los riesgos también lo son.”

“Lo urgente es desactivar los desequilibrios macroeconómicos más acuciantes de cortísimo plazo en el plano fiscal y en los mercados monetarios y cambiarios”, resumió Abeceb el nuevo plan. “Para llevar adelante la tarea, se recurrió a una mezcla sui generis de instrumentos ortodoxos y heterodoxos de política económica.”

"Se recurre, además, a lo que parecía anatema para LLA (La Libertad Avanza): incrementos sustanciales en la presión tributaria", continúa el documento de la firma de Sica

“La ortodoxia más marcada está en la determinación que se muestra para reducir el déficit fiscal a cero, lo que implica un ajuste neto de algo más de 5% del PBI. Sin embargo, la mezcla incluye, algo inesperadamente, instrumentos de política que fueron muy utilizados por la administración saliente, desde los tipos de cambio múltiples –y fijados con cierta discrecionalidad– hasta las tasas negativas de rendimiento en el sistema financiero”, advierte Abeceb. Ex funcionarios económicos se ríen pensando qué reacción hubiese tenido el mercado si ellos adoptaban un programa así. “Más de lo mismo”, se responden.

“Se recurre, además, a lo que parecía anatema para LLA (La Libertad Avanza): incrementos sustanciales en la presión tributaria”, continúa el documento de la firma de Sica. “Alguien tendrá que aportar los recursos que el Gobierno necesita para cerrar el déficit y ese alguien es el sector privado, ya que no hay crédito externo disponible y justamente por eso es indispensable cerrar el déficit presupuestario. ¿Y cómo es un ajuste estanflacionario? Es uno en que el sector privado tiene que aportarle recursos al fisco por unos US$25.000 millones anuales en un contexto en que el PBI está cayendo –el último EMAE (estimado mensual de actividad económica) dio crecimiento cero, antes del ajuste– y la inflación se está acelerando de la mano de la devaluación del peso. ¿Cómo planea la nueva administración extraer del sector privado los recursos que necesita para cerrar el déficit? 1. Importante restricción del gasto. Se anunciaron 3 puntos del PBI de caída que incluyen no sólo gasto político sino, también, reducción muy fuerte en obras públicas. También se ajustarán subsidios, transferencias a provincias y se cambiará, probablemente, la pauta de indexación de jubilaciones. Si se manejan discrecionalmente los ajustes jubilatorios, la inflación pasa automáticamente a ser un aliado del ajuste fiscal. Lo mismo ocurre con el congelamiento del Potenciar Trabajo.”

"Es posible conjeturar que se devaluó sin ancla nominal justamente porque se percibe a la inflación como un aliado del ajuste, tanto fiscal como monetario. El lado oscuro de la luna es que esto implica violar los derechos de propiedad de los depositantes

En cuanto al aumento de impuestos, “el aporte sería de un 2% del PBI”. “El instrumento privilegiado para asegurar la recaudación es una devaluación fiscal consistente en incrementar la presión tributaria sobre las importaciones (vía impuesto PAÍS) y las retenciones a las exportaciones que se generalizan, como hizo Cambiemos en aras del ajuste. En este sentido, la devaluación parece más motivada por razones fiscales que de competitividad. También habrá marcha atrás con el impuesto a las ganancias que Milei votó como diputado. Es otra muestra de pragmatismo, ya que simplifica la relación y las negociaciones en el Congreso con las provincias. Más adelante se recuperaría el impuesto a los combustibles. El Estado sigue presente en lo que hace a presión tributaria y esto, obviamente, no juega a favor del crecimiento y la generación de empleo. Para paliar este efecto se incrementó la AUH (asignación universal por hijo) y el subsidio a alimentos”, continúa Abeceb.

“Un objetivo central del programa es licuar los pasivos monetarios del (Banco) Central colocando una tasa de interés negativa”, se refiere al desarme de la bola de Letras de Liquidez (Leliq), pases y demás deudas de la autoridad monetaria. “Es posible conjeturar que se devaluó sin ancla nominal justamente porque se percibe a la inflación como un aliado del ajuste, tanto fiscal como monetario. El lado oscuro de la luna es que esto implica violar los derechos de propiedad de los depositantes. Se hizo varias veces, empezando con la licuación de (Domingo) Cavallo como presidente del Central en la década del 80: la química fue simple, devaluó y fijó la tasa de interés. La combinación parece no haber perdido vigencia. Con igual causa igual efecto: se va a achicar la oferta monetaria, la intermediación y el tamaño de los bancos.”

“El paquete genera tanto certezas como incertidumbres. Una debilidad de los anuncios es que, al dejar a la inflación sin ancla, es difícil evaluar cómo serán afectados los precios relativos, la demanda de dinero y los ingresos reales”, advierte en este último caso sobre las remuneraciones de los trabajadores. Entre las certezas figuran: “Se agudizará la recesión. El programa es particularmente pro-cíclico. Todas las variables se mueven en la misma dirección: ajuste fiscal más restricción monetaria e iliquidez y caída del salario real y las jubilaciones. El efecto se va a sentir fuerte en el primer semestre. Probablemente empiece una cierta recuperación luego de que aumenten las liquidaciones de la buena cosecha que se espera. Puede ayudar, también, el efecto riqueza positivo que disfrutarán quienes tengan dólares atesorados, al caer sensiblemente la relación salarios/dólar y abaratarse los servicios y la construcción. Se va a acelerar la inflación. La devaluación de (Sergio) Massa (en agosto pasado) demostró que, cuando se devalúa sin ancla nominal, por más que el crawling (movilidad) del tipo de cambio vaya por debajo de la inflación, el passthrough (traslado) de la devaluación a los precios es muy fuerte y es muy rápido. También en este caso, si las causas son las mismas (devaluación fuerte más crawling peg suave) las consecuencias deberían ser las mismas. El Central se refirió a un ancla fiscal, pero no explicó en qué sentido ayudaría a dar certeza sobre la inflación futura. El crawling peg al 2%, puede ser crawling, pero no peg: la inflación esperada es diez veces más alta.”

Si bien el costo del ajuste fiscal será muy significativo, también va a desaparecer la necesidad de financiar al Estado con emisión

“La inflación de costos va a afectar sensiblemente a ciertos sectores. Los sectores que utilizan insumos importados van a sentir el impacto en los costos. Es bienvenida la eliminación de las intervenciones en el proceso importador. Pero el Central sigue sin dólares y la forma en que se honrará la deuda pendiente de importaciones no es clara. Si se utilizan bonos, dependerá de la operatoria concreta cuál será el costo para el Central y para los importadores. La compra de los bonos, además, va a tener efectos monetarios contractivos, en principio. Se va a acordar un nuevo programa con el FMI. Esto puede jugar un rol relativamente positivo. En ausencia de un programa de estabilización, las metas con el FMI pueden ayudar a coordinar expectativas. También podría ayudar a activar otras fuentes de financiamiento.”

Entre los efectos positivos se mencionan:

  • “El ajuste va a ser muy costoso para el sector privado. Pero la contraparte es que va a haber un fuerte superávit comercial en el segundo semestre. Va a ayudar a recomponer reservas y aportará recursos para encarar un plan de estabilización.
  • Si bien el costo del ajuste fiscal será muy significativo, también va a desaparecer la necesidad de financiar al Estado con emisión. No está claro si el efecto sobre la deuda pública total será tan fuerte, ya que está a resolver la deuda con importadores que podría implicar que el Central se endeude con bonos. Sería bastante paradójico que, luego de licuar las Leliq, el Central vuelva a endeudarse para pagar importaciones“, advirtió sobre el polémico endeudamiento en dólares para darles un seguro de cambio por la deuda con el exterior que acumularon por responsabilidad del gobierno anterior.
  • “Licuación de Leliqs y pases con tasa de interés negativa. Liberaría al Central de la emisión endógena necesaria para pagar las tasas de interés de sus pasivos. El costo es destruir buena parte de la intermediación financiera”, se refiere al crédito al sector privado.

Por último, Sica y Camino advierten sobre las incertidumbres: “Si la cantidad de dinero se licúa al tiempo que la demanda cae, está claro que aumenta la probabilidad de que se produzca un liquidity crunch (crisis crediticia). Lo que ocurra con la brecha cambiaria depende de la intensidad de la iliquidez. Cuanto menor liquidez, menos brecha. Si hay crisis de liquidez por caída de ventas y ausencia de crédito, hay firmas que pueden quedar expuestas; particularmente, las que sean afectadas por la inflación de costos vía insumos importados y ventas en el mercado doméstico. La marca de fábrica de la estanflación es la inflación de costos. De cualquier forma, cuanto mayor sea la falta de liquidez, menor la depreciación del peso y ello puede quitar cierta presión en los costos.”

AR