En febrero el precio de los alimentos se disparó casi 10% en el conurbano

Faltan dos semanas para conocer el dato oficial de inflación de febrero, pero las estimaciones privadas ya auguran una mala noticia. El precio de los bienes básicos está, una vez más, en el centro de los problemas de la Argentina. De acuerdo con un relevamiento en comercios barrailes del conurbano bonaerense, los alimentos escalaron en febrero 9,8% empujados por subas fuertes tanto en productos de almacén como en carnes y verduras. 

El Índice Barrial de Precios que elabora el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) -un centro de estudios vinculado a la organización Barrios de Pie- es seguido muy de cerca por el Ministerio de Desarrollo Social. Refleja mejor la deriva de los precios en los barrios más vulnerables, donde los controles y los programas como Precios Cuidados -concentrados en cadenas de supermercados de los grandes centros urbanos y capturados en la inflación del Indec- tienen una penetración baja.

El índice monitorea los 57 productos de la canasta básica alimentaria en 650 comercios de cercanía en 20 distritos del conurbano bonaerense. Muestra que, como desde hace varios meses, en febrero el rubro de frutas y verduras encabezó las subas, con un alza de 10,37%. Pero el resto de las subcategorías no estuvieron lejos: tanto las carnes como los productos de almacén se icrementaron 9,7%.

El pan fue el producto que más subió dentro de la categoría de almacén, al escalar 20%. Esto a pesar de que la Secretaría de Comercio firmó a mediados del mes un acuerdo para congelar el precio por kilo. Lo sigue el el dulce de leche (11,8%), las gaseosas (10,1%) y la leche (9,1%). 

En frutas y verduras se volvió a disparar el tomate, con un incremento de 61,1% derivado sobre todo de factores climáticos que afectaron la cosecha. También saltó el precio de la lechuga (60%) y la zanahoria (30%). Dentro de las carnes, escalaron sobre todo los cortes más baratos como el espinazo, que subió 16,7% en un mes, el hígado (12%) y la carnaza (10,3%). 

De acuerdo con este mismo informe, en los 26 meses que pasaron desde que asumió el gobierno de Alberto Fernández el valor de la canasta básica de alimentos, que es la que traza la línea de la indigencia, pasó de $14.542 a $36.982 para una familia de cuatro integrantes. Es decir, tuvo un incremento de 154,34%, pese a las medidas oficiales que intentaron contenerla. 

Tal como admitió el presidente Fernández en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, la inflación es “el gran problema que tienen los argentinos y las argentinas en este momento” y agregó que “sin ninguna duda, es también la principal preocupación y el principal desafío del Gobierno”. Que la inflación esté concentrada en los alimentos, le suma gravedad a la situación, porque significa que es más dañina para las familias pobres, que destinan una mayor porción de sus ingresos a comer. 

Consultados por este escenario, en la Secretaría de Comercio Interior destacaron que “hay programas activos” como Precios Cuidados, cortes (de carne) cuidados, el fideicomiso de aceite y, desde esta semana, el fideicomiso del trigo. Este último busca capturar parte de la renta de los exportadores de ese bien y volcarla a quienes venden harina 000 y fideos secos en el mercado interno para que puedan mantener precios más bajos, “desacoplados” de los valores internacionales de su materia prima. 

“También se está trabajando en la canasta de proximidad para almacenes y autoservicios de 75 productos y en sacar el fondo de estabilización de papa, cebolla y tomate, que es el 40% del consumo de verduras”, señalan en la oficina de Feletti.  

Ya en enero la categoría alimentos se disparó 4,9% de acuerdo con el índice oficial, un punto porcentual por encima del nivel general de inflación y el dato más alto desde noviembre de 2019. Según las estimaciones de Camilo Tiscornia, de la consultora C&T, en febrero rondará el 6%, más allá de que el dato general será similar al de enero (3,9%). Para LCG, los alimentos escalaron en torno al 4,8% en el segundo mes del año. 

La guerra entre Rusia y Ucrania le suma presión a un escenario que ya era complicado para la Argentina. Ambos países son grandes productores de granos y cereales y las complicaciones en la distribución de estos productos que pueden derivar del conflicto armado ya generaron subas en los precios internacionales. 

“En los últimos tiempos el oficialismo agita fuertemente las banderas de la 'multicausalidad', en algunos casos con una descripción más o menos detallada de cuales serían los componentes de esa multiplicidad de causas”, dijo Isaac Rudnik, director de Isepci, y enumera: estructura productiva primarizada y poco diversificada, expectativas inflacionarias desmedidas, emisión monetaria por encima del crecimiento de la economía real, tipo de cambio volátil, estructura de producción y comercialización altamente concentradas.

“Todas esas razones son ciertas, pero sin el indispensable agregado de propuestas para intentar encaminar los problemas en el corto y mediano plazo. Estas argumentaciones suenan más a mensaje avisando que la inflación va continuar sin tregua, que a un anuncio de que empiezan a tomar cartas en el asunto”, opinó.

DT