El ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunió este martes en Washington con el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), el brasileñoisraelí Ilan Goldfajn, y este miércoles expuso en la reunión de la primavera boreal del organismo, mientras su equipo negociaba con el staff cómo “recalibrar” el programa económico que se acordó a fines de enero pasado. La directora gerenta del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva, recibirá este viernes a Guzmán, pero hoy ya adelantó que el pacto ahora “debe incluir un recálculo que tome en cuenta el impacto de los cambios globales sobre la Argentina”, pero aclaró que “algunos de estos cambios son en realidad positivos, porque es un exportador de materias primas”, incluidos los granos, cuya cotización se elevó por la guerra de Ucrania.
El Ministerio de Economía informó que el déficit fiscal fue de 192.735 millones, frente al objetivo de $ 222.300 millones. Para el 30 de junio, no deberían acumularse en medio año más de 566.800 millones
El jefe del Palacio de Hacienda les puede mostrar a los burócratas del FMI que cumplió con las tres metas del acuerdo en el primer trimestre del año, pero está difícil que pueda volver a lograrlo en los demás cuartos de 2022 porque el encarecimiento mundial del gas ha elevado el presupuesto de subsidios energéticos. En el Gobierno consideraban que ese aumento del gasto podía compensarse con la mayor recaudación tributaria, pero el lunes anunció un bono a empleados informales, domésticos, desocupados y monotributistas que se financiará con ese incremento de los ingresos, dado que es difícil que el Congreso apruebe un impuesto a la renta extraordinaria por impacto de la guerra en las commodities. El convenio con el Fondo establecía que en caso de entradas fiscales por encima de las previstas, deberían usarse para reducir aún más el rojo fiscal, pero Guzmán planea utilizarlas para la ayuda social de emergencia. Este desvío es parte de la discusión actual entre la Argentina y el organismo.
El Gobierno quiere que el FMI le permita usar los fondos extra para contener el impacto de la mayor inflación, que la propia Georgieva reconoció hoy como el “gran riesgo” argentino. También el Ejecutivo pretende que se relaje la meta de ajuste del déficit fiscal, dado el encarecimiento del gas. A su vez, el organismo aspira a que se cumplan los objetivos convenidos y que para eso se use la recaudación excepcional para compensar el alza de las erogaciones y que si no fuera suficiente, se recorten más los presupuestos de subvenciones a la luz y el gas u otras partidas. En caso de aceptar un mayor rojo de las cuentas públicas, el Fondo exigirá políticas de ajuste concreto a cambio. Eso sí, admite que haya una suba del gasto social por la crisis global. De todos modos, no se espera que en esta reunión de primavera del FMI se definan cambios sino en la misión técnica del organismo del mes próximo a Buenos Aires. También se discute si debe subir más la tasa de interés o si debe depreciarse menos el peso oficial, dos medidas para calmar la inflación. “El Gobierno quiere recalibrar las metas y el FM, las políticas”, observa Hernán Hirsch, economista de FyE Consult.
Por lo pronto, Guzmán puede exhibir el cumplimiento de las tres metas en el primer trimestre. En cuanto a la primera, el Ministerio de Economía informó hoy que el déficit fiscal fue de 192.735 millones, frente al objetivo de $ 222.300 millones. Para el 30 de junio, no deberían acumularse en medio año más de 566.800 millones.
En relación a la segunda meta, de acumular US$ 1.200 millones de reservas en los primeros tres meses, se juntaron 1.500 millones. Pero en el segundo trimestre, el de la cosecha gruesa de soja y maíz, se deben llevar acumulados en medio año 4.100 millones.
Por último, entre enero y marzo, el Banco Central no podía financiar al Tesoro con más de $ 236.800 millones. Pero sólo le giró 122.000 millones. Para fines de junio no debería sobrepasar los 438.500 millones en seis meses.
La economista Marina Dal Poggetto, de la consultora Eco Go, opina que puede que se discuta con el FMI una mayor meta de déficit fiscal dado que los precios internacionales impiden su cumplimiento, pero no cambiarían las de emisión monetaria ni la de reservas. ¿Con qué se financiaría entonces un eventual rojo mayor? Con la colocación de más deuda pública en el mercado interno, pero el organismo no permitirá recurrir a la máquina de imprimir billetes, según Dal Poggetto. Otro economista, Gabriel Rubinstein, advierte de que la probabilidad de incumplimiento se eleva hacia el cuarto trimestre, pero no descarta que los problemas se anticipen.
AR