Deuda externa y FMI

Martín Guzmán advierte que el tándem Milei-Caputo busca un salvavidas para aguantar hasta las elecciones

elDiarioAR

27 de marzo de 2025 18:46 h

0

El exministro de Economía Martín Guzmán fue lapidario con acuerdo que el gobierno de Javier Milei negocia con el Fondo Monetario Internacional por un nuevo préstamo de US$20.000 millones, y sostuvo que se trata de una maniobra electoralista que repite el mismo esquema que usó Mauricio Macri en 2018: recibir una montaña de dólares para mantener planchado el tipo de cambio, estimular la fuga de capitales y crear una falsa sensación de estabilidad que permita ganar tiempo hasta las elecciones.

“Milei, a vos te digo: fracasaste. Y no lo digo solo yo, vos mismo lo dijiste hace años. Ir al FMI a endeudarse revela el fracaso del modelo económico, y ahí estás vos”, escribió Guzmán, recordando declaraciones pasadas del actual Presidente, quien aseguraba que recurrir al Fondo era señal de fracaso.

El nuevo acuerdo prevé un desembolso inicial de US$15.000 millones, pese a que los vencimientos con el FMI comienzan recién dentro de un año y medio. Para Guzmán, esa urgencia no tiene justificación económica: “¿Por qué querrías un desembolso inicial de US$15.000 millones el día uno si hasta en un año y medio no tenés que pagar nada? ¿Por qué gastarías en intereses suculentos US$800 millones para tener US$10.000 guardados en tu cofre si no los vas a usar?”.

La respuesta, según el exministro, es clara: “Quieren esa deuda rápida para rifársela toda”, tal como hizo Luis Caputo cuando fue ministro de Finanzas y presidente del Banco Central durante el gobierno de Cambiemos. “¿Otra vez dólares para que la salgan a reventar en el mercado cambiario para que los que están especulando se lleven un retorno grande y al pueblo le quede la deuda?”, lanzó.

“Un salvavidas para aguantar hasta las elecciones”

Guzmán, que mantuvo una gestión con fuerte énfasis en el fortalecimiento de la moneda local, el control del endeudamiento externo y la negociación responsable con organismos multilaterales, acusa al Gobierno de usar al FMI como herramienta de corto plazo para sostener un modelo de especulación financiera. Para el exfuncionario, el objetivo no es el desarrollo ni la inversión, sino evitar una devaluación antes de las elecciones.

Hoy buscan un salvavidas para aguantar hasta las elecciones

“El Gobierno se encuentra preso de su fracaso. Ve dos alternativas: o devalúo o me salva el FMI, con un salvavidas de plomo para el país. Devaluar es inflación y es su ancla para las elecciones. Va por el FMI. Esa es la cuenta que hace”, explicó.

Guzmán fue el arquitecto del acuerdo con el Fondo durante la presidencia de Alberto Fernández, y defendió entonces una estrategia gradual, con foco en la sostenibilidad de la deuda. Milei, que en campaña prometió eliminar el cepo y no tomar más deuda, recurre ahora al FMI para cubrir un bache cambiario sin tocar el esquema de controles que decía detestar.

La mirada de Martín Guzmán sobre la economía se apoya en una concepción heterodoxa, que prioriza la estabilidad macroeconómica con justicia social, el fortalecimiento del mercado interno, el desarrollo productivo y la sostenibilidad de la deuda pública como condición para el crecimiento. Cree en la importancia de la moneda nacional, el rol activo del Estado y la regulación del sistema financiero para evitar crisis cíclicas.

Luis Caputo, en cambio, representa el ala más ortodoxa del pensamiento económico argentino: su trayectoria está asociada a la especulación financiera, la apertura de cuentas offshore, la liberalización de los controles y el endeudamiento externo como fuente de financiamiento rápido. Mientras Guzmán buscó limitar la fuga y preservar las reservas, Caputo diseñó esquemas que facilitaron el ingreso y salida de capitales sin regulación. Son, en muchos aspectos, la encarnación de dos modelos de país opuestos.

Cuando asumió como ministro de Economía en diciembre de 2019, el cepo cambiario ya estaba vigente. Lo había reinstaurado el gobierno de Mauricio Macri en sus últimos meses (tras haberlo eliminado en 2015). Guzmán no solo lo mantuvo, sino que lo endureció progresivamente, por tres razones centrales: evitar la fuga de dólares en un contexto de crisis económica e incertidumbre financiera; cuidar las reservas del Banco Central, que estaban en niveles críticos; evitar una devaluación abrupta que disparara la inflación y empeorara la recesión.

¿Qué hizo Guzmán? Aplicó un recargo del 30% (Impuesto PAIS, que ya no existe) y luego otro del 35% (a cuenta de Ganancias) sobre el dólar ahorro. Estableció cupos más estrictos para empresas que necesitaban dólares para importar o girar utilidades. Mantuvo controles sobre los dólares financieros (MEP y contado con liquidación). Y reforzó la intervención del Banco Central en los mercados cambiarios para sostener un tipo de cambio administrado.

Guzmán siempre defendió que el cepo era una medida transitoria, necesaria mientras se ordenaban las cuentas externas y se renegociaba la deuda con acreedores privados y el FMI. En su visión, levantar el cepo sin resolver antes los desequilibrios estructurales era una receta para el colapso. En eso, precisamente, Guzmán, Caputo y Milei coinciden.

Buena parte de las críticas de Guzmán apuntan a Luis Caputo, quien ya ejecutó una operación similar en 2018. En ese momento, el FMI otorgó el préstamo más grande de su historia (US$44.000 millones), con el argumento de contener la crisis financiera. La experiencia terminó en una fuerte devaluación, pérdida de reservas, inflación récord y default selectivo

“Caputo apostará otra vez a la especulación financiera y a favorecer a los que vienen a especular”, sostuvo Guzmán. “Ya lo hizo antes y ahora quiere hacer lo mismo como ministro de Milei”. Para el economista, no se trata de una política de Estado sino de un atajo financiero a favor de los grandes jugadores del mercado, mientras la carga del endeudamiento cae sobre la población.

“Hay que explicar que esta deuda es ilegítima”

Guzmán fue más allá y alertó que el acuerdo no solo es inconveniente desde el punto de vista económico, sino que también es ilegal e ilegítimo. Según explicó, el Fondo estaría violando su propio Criterio 4, que exige un amplio consenso político en el país deudor. Además, señaló que el Gobierno argentino pretende eludir al Congreso, evitando el debate democrático.

“Si esta barbaridad, esta vergüenza se termina concretando, hay que explicar al pueblo que esta deuda es ilegítima y que otra vez ganarán unos pocos y perderá el pueblo*”, afirmó.

La lógica es conocida: una nueva tanda de dólares que entra, sostiene el tipo de cambio unos meses, alimenta ganancias rápidas para operadores financieros, y luego deja al país más endeudado, más ajustado y con menos herramientas para recuperarse.

“Cuando se fumen esta deuda también, después van a ir de nuevo a pedir plata al FMI para pagar vencimientos, y de nuevo otro DNU y de nuevo el costo en las espaldas del pueblo”, advirtió Guzmán, que pidió a la sociedad estar alerta frente a un nuevo ciclo de endeudamiento irresponsable.

Y concluyó: “El FMI es un jugador político que, si presta en estas condiciones a la Argentina, estará buscando favorecer en el corto plazo las chances electorales del Gobierno en contra del pueblo”.

JJD