Se acabó la luna de miel de Sergio Massa cómo ministro de Economía. Después de que ayer el Instituto de Estadística (Indec) informara el aumento de la indigencia en el final de la gestión de Martín Guzmán, en el primer semestre del año, Cristina Fernández de Kirchner soltó un twit: “Está mas que claro que estamos ante un fenómeno de inflación por oferta y no por demanda. Las empresas alimentarias han aumentado muy fuerte sus márgenes de rentabilidad. El Ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia, pero es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector y, al mismo tiempo, diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”.
Hoy, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, le respondió sin citarla: “Atacando inercia inflacionaria y procurando una razonable caída de márgenes empresariales, podremos lograr que la inflación real se acerque a la ”teórica“ (impulso monetario de origen fiscal)”. O sea, el ortodoxo Rubinstein ahora reconoce como valedero el argumento de la vicepresidenta de que debería bajar la renta empresaria.
De todos modos, apuntó al método clásico para disminuir la inflación y hasta contradijo a Cristina Kirchner en cuanto a la demanda: “Hasta que no logremos la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales. Pero unificar el mercado de cambios, sin robusto Superávit Fiscal Primario, y casi sin Reservas, luce demasiado riesgoso. El norte (3 años?) debería ser ese. El exceso de demanda agregada que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes (bajando brecha cambiaria, acuerdos y otras acciones), podremos bajar el IPC del 90% al 60%. Sólo un primer paso”.
Rubinstein, que antes de llegar al Gobierno era crítico de la vice, también cuestionó los controles de precios que tanto valora el cristinismo: “Lo antes que podamos deberíamos volver a la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB. Por ende superavit externo (cuenta corriente del 2% PIB). Dólar único. Inflación del 5% anual (sin controles de precios). Tasa Lebac (Leliq) 6% anual. u$s 40,000 millones de Reservas Netas”. “La culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas, la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas. Aunque haya abusos normativos y corrupción. Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore. En eso estamos”, sentenció Rubinstein en una respuesta twittera que promete encender más la polémica. No va a ser la primera vez que este economista enfrenta a Cristina Kirchner por la red social del pajarito, pero sí la inicial como funcionario de su Gobierno.
Sin embargo, el propio Rubinstein buscó rebajar la tensión horas después de su primer hilo de twitts con otro mensaje por el mismo canal: “Por más de que se quiera armar polémica, todo lo que publiqué hoy en Twitter ya fue dicho ayer a la tarde en el Congreso de la Nación”. Entre los economistas que asesoran a Cristina Kirchner también le quitaron dramatismo: “Rubinstien reconoce que hay inflación por remarcaciones. No estábamos tan locos”, dijo uno de ellos.
La vocera presidencial, Gabriela Cerruti, se sumó a la polémica admitiendo excesos empresariales: “Todos coincidimos en que hay una excesiva rentabilidad empresaria y que tiene que corregirse para que la carga de la distribución no caiga sobre las familias y los más vulnerables, por eso se busca un fortalecimiento de los salarios y ponernos de acuerdo que la rentabilida excesiva no forma parte de la comunidad en la que queremos vivir y es una de las medidas que el ministro de Economía va a llevar adelante”. A propósito del debate, reflotó una idea de Guzmán: el proyecto de ley para grabar la renta inesperada por la guerra de Ucrania, que benefició a empresas de alimentos y energía: “Es una discusión que tendrá que dar el Congreso y que está analizando el Ministerio de Economía”.
AR/MG