Algunos bares y restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires y alrededores adelantaron sus horarios de cena, ya que a partir de las 23 no pueden recibir más clientes por las restricciones que recientemente implementó el Gobierno nacional para frenar el avance del coronavirus. Dado que para el sector gastronómico cerrar los locales a esa hora implica, para muchos, un golpe devastador, comenzaron a tomar medidas para atraer a que los clientes concurran más temprano.
“Early dinner” o “meriencena”, es el nuevo fenómeno del que se habla ahora, indica Ámbito, pese a que para los argentinos implica un cambio cultural importante, ya que las comidas tardías, a partir de las 21, son las más habituales. Así, para captar a los clientes y que se animen a cenar a partir de las 17 o 18 horas, como sucede en otras partes del mundo, algunos locales lanzaron ofertas más que interesantes: desde descuentos, hasta regalos, 2x1 y tragos gratis, entre otros.
Si bien la pizza es un plato fácil para comer en cualquier momento del día, hay incluso restoranes especializados en comida gourmet, sushi y vinerías que también decidieron ampliar su rango horario para más temprano.
Sin embargo, la gran mayoría de los gastronómicos ofrece hoy su primer turno de cena a partir de las 18 o 19 horas, no deja de ser éste un horario más temprano que el habitual.
El famoso chef y jurado de MasterChef Germán Marititegui escribió en su cuenta de Twitter la semana pasada: “Salí a comer más temprano, 19:30-20 hs. Tus restaurantes favoritos te necesitan y es una sana costumbre”, aseguró.
Los gastronómicos, preocupados, esperan que la gente se pliegue a estos nuevos horarios, ya que los números en el sector están en rojo y temen que la ola de cierres siga aumentando por las restricciones, el aforo reducido y la crisis general.
Los empresarios gastronómicos manifestaron su preocupación por el impacto que tendrán en el sector estas restricciones, que agrupa a más de 300 mil empleados, viene muy golpeado ya que aún se encuentra afrontando deudas contraídas en 2020 y todavía opera al 50% en comparación con la situación prepandemia. El mayor temor es que pongan en peligro las fuentes de trabajo y la sustentabilidad de todo el área.
NB