Por tercer año consecutivo, los salarios perdieron contra la inflación. En 2020, año de la pandemia, los sueldos crecieron 33% en promedio frente al 36,1% de inflación, según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Claro que no a todos los asalariados les fue igual: algunos perdieron más poder de compra que otros. Los trabajadores en blanco del sector privado consiguieron mejoras del 34,4% promedio mientras que algunos sindicatos consiguieron mejoras mucho menores. En el caso de los empleados estatales, el aumento apenas llegó al 26,8%. Cabe recordar que, en muchas empresas del sector privado, rigieron suspensiones, con lo que hubo meses de la cuarentena en que los empleados cobraron sólo tres cuartos de la remuneración (sin ningún tipo de adicional).
Llamativamente, quienes estuvieron por encima de la inflación fueron los trabajadores en negro, que lograron un alza del 39%. Expertos laborales advierten que el salario del empleo no registrado suele ser una estadística de comportamientos extraños dentro de la serie del Indec, no sólo ahora sino históricamente. Apuntan, también, que el trabajo informal fue el que más cayó por el confinamiento y el que más rápido se recuperó después.
En octubre y noviembre, el índice salarial general había repuntado y casi le empataba a la inflación en el acumulado del año. Sin embargo, en diciembre derrapó: sólo subió 1,8%, frente a un salto del 4% de la inflación.
En los últimos diez años, las remuneraciones perdieron poder adquisitivo en seis: 2012, 2014 (dos de los cuatro años del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner), 2016, 2018, 2019 (tres de los cuatro años del de Mauricio Macri, cuando la caída total fue del 20%) y 2020. Ahora, el Gobierno pretende que en 2021 la inflación se ubique en el 29% y que los salarios suban entre 31% y 33%, con lo que recuperarían sólo una parte de los 23 puntos porcentuales que retrocedieron en los últimos cinco años.
AR