Cuando se cumplen 19 años de la apertura del centro de detención de Guantánamo, la prisión de alta seguridad que Estados Unidos utiliza para enviar detenidos acusados por terrorismo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Amnistía Internacional (AI) instaron al presidente electo Joe Biden a cerrarlo de manera “inmediata”.
En un comunicado, un grupo de expertos de la ONU que reporta al Consejo de Derechos Humanos indicó que “los presos que se encuentran en Guantánamo corren el peligro de ver su salud física y mental gravemente deteriorada” a medida que sufren “condiciones crueles e inhumanas” de encarcelamiento. “La existencia de estas instalaciones es una desgracia para Estados Unidos y la comunidad internacional en su conjunto”, sentenció el equipo de relatores especiales, que insistió en que Guantánamo “debería haberse cerrado hace mucho tiempo”.
La prisión es conocida por la utilización de la tortura física y otras violaciones de derechos humanos a los presos, según revelaron diferentes filtraciones a lo largo de estas dos décadas. De acuerdo a los expertos, la vulnerabilidad de los detenidos se agudizó con la pandemia. Los expertos lamentaron que “Guantánamo sea un lugar de arbitrariedad y abusos, de torturas y malos tratos” y alertaron que “es en este centro donde las leyes quedan suspendidas y la Justicia es rechazada”. Los detenidos “permanecen en un limbo legal al margen del sistema judicial de Estados Unidos”, denunciaron los especialistas.
La base militar localizada en la bahía cubana se encuentra en malas condiciones y empeora con el correr del tiempo. Una de las razones de este declive se explica por la merma en la cantidad de detenidos. Según datos de la ONU, en el 2003 había en el centro 700 presos; hoy el número se redujo a 40 detenidos, de los cuales sólo nueve han sido condenados o imputados por la comisión de delitos.
En el 2009, el expresidente estadounidense Barack Obama anunció que iba a cerrar la prisión al cabo de un año, una promesa que nunca se materializó. El demócrata, que contaba con Biden como vicepresidente, sólo retomó el tema al final de su mandato, cuando viajó a la isla y habló de una política de deshielo con Cuba, en la que la clausura del centro eventualmente se iba a dar. A los meses, Trump revirtió la política. El presidente electo Joe Biden, por el momento, no ha anunciado ningún proyecto para cerrar la prisión.
“Con el nuevo Gobierno a punto de jurar el cargo y a medida que nos acercamos al 20º aniversario del 11-S, Guantánamo debe ser cerrado para siempre”, insistieron los investigadores de Naciones Unidas. También reclamaron a las autoridades estadounidenses que “lleven ante la Justicia a los individuos que permanecen en Guantánamo o, de forma alternativa, que los pongan en libertad o los deporten a sus países de origen respetando el principio de no devolución”.
En paralelo al reclamo de Naciones Unidas, Amnistía Internacional publicó un informe que denuncia las violaciones de derechos humanos que se mantienen en el centro de detención. “Las víctimas de tortura permanecen recluidas indefinidamente sin asistencia médica adecuada y sin un juicio con las debidas garantías”, indica el reporte.
“No se trata sólo de las 40 personas que aún están recluidas, sino también de los crímenes de derecho internacional cometidos en estos 19 años y la permanente ausencia de rendición de cuentas por tales crímenes. Tiene que ver también con el futuro, ya que este año se cumple el 20 aniversario de los atentados del 11-S y la lucha por una justicia duradera”, sostuvo Daphne Eviatar, directora del Programa de Seguridad con Derechos Humanos de Amnistía Internacional Estados Unidos.
La ONG cita en el informe un discurso de Biden en 2009, cuando el entonces vicepresidente declaró: “Haremos respetar los derechos de las personas a las que llevemos ante la justicia. Y cerraremos el centro de detención de Guantánamo”. Doce años después, afirma Amnistía, “tiene la oportunidad de cumplir con su palabra”.
Con información de agencias
NZ