El 2 de junio de 2024 el electorado de México acudirá a las urnas para elegir a una mujer como su primera presidenta. Las encuestas favorecen con comodidad a la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), la oficialista Claudia Sheinbaum Pardo. Candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, la opositora Xóchitl Gálvez Ruíz ocupa un seguro pero lejano segundo lugar en los sondeos de intención de voto para suceder en el Ejecutivo al actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y gobernar el país federal por los próximos seis años. Desde abril las candidaturas se presentaron en los tres debates del Instituto Nacional Electoral (INE) sus ideas además de acusarse mutuamente de delitos a cual más nefasto.
Candidatas de armas tomar que le ponen el cuerpo a la política y la lengua a la denuncia
En los días siguientes a los debates, las mesas de análisis juntaron a sus opinadores para emitir un veredicto sobre las ganadoras de esos encuentros. Según los expertos reunidos por el periodista Carlos Loret de Mola, Claudia Sheinbaum ganó el primer debate, parapetada en un guión que destacó los logros del gobierno de AMLO y negándose a responder a los cuestionamientos lanzados por sus contrincantes. El mismo panel declaró que en el segundo debate Xóchitl Gálvez fue más contundente, arrinconando a Sheinbaum con cuestionamientos sobre el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. El veredicto de los analistas para el tercer debate fue que nadie destacó, que perdió el INE, que el ejercicio en conjunto fue inocuo.
Los analistas omitieron señalar algunas coincidencias en las ideas manifestadas por las candidaturas. Al hablar de políticas sociales las propuestas de los tres frentes mostraron afinidad con las políticas de planes sociales.
El juego de las siete semejanzas sociales entre dos políticas muy diferentes
Se insistió en el hecho de que existen planes de transferencias directas que son constitucionales, y por lo mismo, nadie las podría quitar -salvo reforma constitucional. No solo eso, sino también insistieron en que de ser elegidos para la presidencia, aumentaran las erogaciones: más planes para ancianos, más planes para mujeres, más planes para jóvenes. Al hablarse de educación, cada candidatura fue más enfática en ofrecer la creación de más universidades, de más institutos para el bachillerato, además de becas para que el estudiantado pueda terminar sus estudios. Algo similar ocurrió al hablar de salud.
Al principio de la campaña el expresidente Vicente Fox expresó su satisfacción con que Xóchitl Gálvez, candidata de su partido, cancelara los planes sociales de ser electa. Esto a tono con la orientación política que se le atribuye al Partido de Acción Nacional, miembro del frente Fuerza y Corazón por México, que es favorable a soluciones de mercado. Pero Gálvez no se mostró como una liberal de mercado a lo largo de la campaña aun cuando se entiende que es representante de los intereses empresariales. La reyerta por los votos de la ciudadanía parece que jaló a los partidos situados a la derecha de MORENA hacia el consenso de que el Estado tiene tareas que cumplir en reducir la pobreza y brindar oportunidades. La crítica que se lanza a AMLO y Sheinbaum no es que hayan sido nacionalistas o estatistas, sino que no lo hicieron bien. Se critica el paso, pero no la ruta. Posiblemente ahí esté uno de los legados de López Obrador.
Yo, la más segura de todas
Las mayores discrepancias surgieron en el área de seguridad. Xóchitl Gálvez prometió que se volvería a una política que ataque el crimen organizado de frente. Resuenan en sus palabras las evocaciones a la Guerra contra el Narco que inició Felipe Calderón en su sexenio entre 2006-2012. La Guerra fue un baño de sangre.
Claudia Sheinbaum insistió en que atacaran los orígenes de la violencia, a saber la pobreza y la marginación. Presentó datos de cómo se redujeron los índices de violencia. Y si bien se puede ver la mejora de algunas estadísticas, no hay día sin que un crimen violento ocupe uno de los titulares en los periódicos. Alvarez Maynez repitió en sus participaciones que hay que cambiar el punitivismo en la lucha contra el narcotráfico, “nunca más enviar a la cárcel a un muchacho por fumar marihuana”. Quizás podría decirse más del entramado de negociación que se tiende entre el crimen y las fuerzas llamadas a combatirlo, pero eso le ganaría a cualquier candidato la antipatía de las FFAA y la Policía.
AGB