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Dos dudas que dejó el anuncio del FMI sobre el préstamo: el primer desembolso y el dólar

Archivo - La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el presidente de Argentina, Javier Milei

Alejandro Rebossio

8 de abril de 2025 23:45 h

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El tembladeral financiero mundial, que golpea sobre todo a los países más inestables como la Argentina, aceleró los tiempos para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciara por fin el demorado acuerdo con el gobierno de Javier Milei. En la misma jornada en que el riesgo país -indicador de confianza en los bonos de la deuda- saltó a 978 puntos básicos, el dólar blue a $1.340, el MEP a $1.376 y el contado con liqui (CCL) a $1.368, el Departamento de Comunicaciones del FMI informó el nuevo endeudamiento del país más endeudado con este organismo.

A diferencia de otros anuncios, en los que se detallan las medidas que se adoptarán como parte del convenio, esta vez no se aclaró mucho. Y menos lo principal. Se ratificó el monto del préstamo, de US$20.000 millones, pero no se aclaró cuánto de ese total llegará en lo inmediato. El ministro de Economía, Luis Caputo, aboga porque sea un fuerte primer desembolso para disipar las crecientes dudas sobre su plan, incógnitas del mercado que no comenzaron la semana pasada con los aranceles de Donald Trump a casi todo el mundo sino desde principios de año, mientras se tornaba insostenible la sobrevaluación del peso oficial.

Tampoco informó el FMI el nuevo régimen cambiario que pide a cambio del crédito. Se prevé que el dólar oficial, que cotiza a sólo $1.046, dejará de subir sólo 1% mensual, como hasta ahora, muy por debajo de la inflación, lo que encarece en divisas la producción de bienes y servicios argentinos. Y a menor producción, la ecuación da como resultado: menor exportación, mayor importación, menores reservas del Banco Central y, al final de día, imposibilidad del país de pagar sus deudas con el Fondo y los acreedores privados.

La pregunta es si el acuerdo anunciado este martes por el staff técnico del FMI implicará que la Argentina adopte acciones previas antes de que sea ratificado este viernes por el directorio del organismo, donde están representados todos los países miembros. Estas medidas podrían implicar este mismo miércoles un cambio en el tipo de cambio oficial y alguna liberación de las restricciones del cepo cambiario. En el Fondo repetían que si Caputo quería más dinero ahora, debía flexibilizar el dólar lo antes posible.

El problema es que Milei y el ministro no quería devaluar antes de las elecciones legislativas de octubre porque temían que arruinara su plan de desinflación. Pero primero la presión del FMI y los inversores especulativos, y ahora el contexto internacional, complicaron el derrotero.

Cuando el staff técnico anuncia un acuerdo es porque ya tiene la aprobación informal del directorio. Es decir, el viernes seguro que se aprueba. Pero en este caso de tanto misterio quizás ese día o antes se resolverán las dudas del monto inicial y del nuevo tipo de cambio.

La reunión del directorio, aunque seguro dé el apoyo, también servirá para explicitar las diferencias entre las potencias a partir de los aranceles que Trump, amigo de Milei, impuso a casi todo el mundo, excepto México, Canadá y Rusia. China, Japón y Europa están que trinan con el neoproteccionismo del país que antes lideraba la bandera del libre comercio y que supone un cuarto de la economía mundial. En este caso, la polémica con el magnate republicano lleva a que las potencias aprueben el acuerdo con menos ganas, dado que se trata de un aliado del norteamericano.

Los directores más duros siguen siendo los de siempre: Japón, Alemania, alguno de los nórdicos, pero últimamente también está bastante exigente Brasil, aunque sus diplomáticos lo nieguen. Por lo menos eso refieren fuentes con acceso al directorio. No es extraño que el socio mayor del Mercosur, siempre proclive a ayudar a la Argentina en el FMI, haya abandonado la postura más solícita a partir de los permanentes ataques de Milei a Luiz Inácio Lula da Silva y al bloque sudamericano.

Del otro lado, los más favorables al acuerdo son los aliados del libertario, EE.UU. y la Italia de Georgia Meloni. Un poco por su postura tan cercana al gobierno de Milei dejan en off side a los del medio, como la España de Pedro Sánchez y el Reino Unido del laborista Keir Starmer, que hasta hace horas todavía seguían pidiendo precisiones y garantías para cerrar las negociaciones, aunque en líneas generales se inclinaban también hacia el acuerdo.

AR/MC

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