El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado que el máximo dirigente del grupo ISIS, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, ha muerto durante un ataque de las fuerzas especiales en el noroeste de Siria. Dos organizaciones han elevado a 13 el número de muertos durante la operación lanzada esta madrugada en la provincia de Idlib, el último bastión opositor en el noroeste del país. Al menos seis niños han fallecido, según ha confirmado con posterioridad Unicef.
“Anoche, bajo mi dirección, las fuerzas militares estadounidenses en el noroeste de Siria llevaron a cabo con éxito una operación antiterrorista para proteger al pueblo estadounidense y a nuestros aliados, y hacer del mundo un lugar más seguro. Gracias a la habilidad y valentía de nuestras Fuerzas Armadas, logramos retirar del campo de batalla a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi”, ha anunciado Biden en un comunicado.
El Pentágono había anunciado en un escueto comunicado que las fuerzas de Operaciones Especiales bajo el control del Comando Central habían llevado a cabo “con éxito” la madrugada de este jueves una “misión antiterrorista” al noroeste de Siria, pero no había desvelado cuál era el objetivo y se esperaban más detalles sobre el ataque en la región opositora, donde las operaciones estadounidenses se reservan generalmente para objetivos de alto nivel.
Washington ha afirmado no haber sufrido bajas durante el ataque. “Todos los estadounidenses han regresado sanos y salvos de la operación”, ha dicho Biden.
Los denominados Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas de Siria controladas por la oposición, habían contabilizado la muerte de al menos 13 personas, entre ellas seis niños y cuatro mujeres. En un comunicado, Unicef ha confirmado que al menos seis niños han fallecido y una niña ha resultado gravemente herida durante la noche en la ciudad fronteriza de Atme, en el noroeste de Siria, “debido a la fuerte violencia”.
También el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado del fallecimiento de 13 personas, entre ellas tres cuerpos han quedado “despedazados” y no han podido ser identificados. Y ha afirmado que EEUU ha llevado a cabo “una operación similar al asesinato de Abu Bakr al Bagdadi hace casi tres años”, en referencia a la redada que en octubre de 2019 acabó con la vida del exlíder del grupo terrorista ISIS, también en Idlib.
Biden: “Decidió volarse a sí mismo por los aires”
En un discurso en la Casa Blanca, Biden ha asegurado este jueves que Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, jefe del grupo terrorista desde el 31 de octubre de 2019, ha muerto en una explosión que él mismo detonó. “Mientras nuestras tropas se acercaban para capturar al terrorista, en un acto final de cobardía desesperada y sin ninguna consideración por las vidas de su propia familia o de otros en el edificio, decidió volarse a sí mismo por los aires”, ha dicho Biden.
Biden ha dicho que su Gobierno hizo todo lo posible para “minimizar las muertes de civiles”. “Sabiendo que este terrorista se había rodeado de familias, incluidos niños, tomamos la decisión de llevar a cabo una redada de fuerzas especiales, algo mucho más arriesgado para nuestra propia gente, en lugar de lanzar un ataque aéreo”.
El presidente ha asegurado que el Gobierno continúa evaluando la operación y no ha confirmado la cifra de fallecidos, pero ha insinuado que todas las víctimas civiles se han debido a las acciones de Al Qurashi, y ha asegurado que la operación ha “enviado un mensaje claro a los terroristas de todo el mundo”. “Iremos tras ustedes y les encontraremos”. Se ha marchado tras unas breves declaraciones yo ha respondido a ninguna pregunta, incluida una formulada por un periodista sobre el número de víctimas civiles, informa The Guardian.
Los Cascos Blancos, que se están encargando de tratar a los heridos y recuperar los cuerpos, habían explicado horas antes en su cuenta de Twitter que los efectivos estadounidenses descendieron al área, fronteriza con la localidad turca de Iskanderun, en una “incursión aérea”, según la organización. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, había asegurado que “todos” ellos perecieron durante la “operación de aterrizaje” y “objetivos aéreos” de las tropas de la coalición liderada por EEUU y sus aviones cerca de la zona de Atme.
Según la Agencia AP, residentes y activistas dicen haber sido testigos de una gran operación terrestre, en el que las fuerzas estadounidenses utilizaron megáfonos para instar a mujeres y niños a abandonar el área. Según describen vecinos de la zona a la agencia estadounidense, los helicópteros sobrevolaron el lugar y las fuerzas estadounidenses se enfrentaron a hombres armados durante más de dos horas en torno a una casa de varios pisos rodeada de olivos, cuya planta superior ha quedado casi totalmente destruida. Narran constantes disparos y explosiones que estremecieron a esta zona salpicada de campamentos de desplazados internos de la guerra.
Fuentes oficiales han asegurado a los periodistas que la operación tuvo lugar en un edificio en la zona de Atme y las fuerzas estadounidenses lograron sacar a la familia que vivía en el primer piso antes de que comenzara el operativo. Después de que Al Qurashi detonara la carga explosiva, el equipo de elite se enfrentó en un fuego cruzado con otro “terrorista del ISIS”, al que no identifican y que vivía en el segundo piso, que finalmente murió junto a su esposa, según las mismas fuentes, que pidieron el anonimato.
Idlib está dominada principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, antiguamente denominada Frente al Nusra, y acoge también a una miríada de grupos armados que podrían haber sido objetivo de la operación de esta madrugada de Washington.
La redada se produce días después de que finalizase en Al Hasaka, en el noreste de Siria, un motín con ayuda externa en una cárcel del ISIS que se saldó con casi medio millar de muertos y es considerada la mayor acción de la formación terrorista desde su derrota territorial en el país hace tres años. La coalición internacional liderada por EEUU que lucha contra el ISIS en Siria e Irak apoyó durante el alzamiento en la prisión a sus aliados kurdosirios, que administran esa prisión y amplias zonas del noreste de Siria.
Unicef señala en su comunicado que, según distintas informaciones, las zonas pobladas por civiles han sufrido graves daños. La agencia de Naciones Unidas explica que, desde que comenzó el año, la violencia se ha intensificado fuertemente en Idlib y sus alrededores, en el noroeste de Siria, donde viven 1,2 millones de niños que necesitan asistencia. Muchas familias de la zona son desplazados internos, que han huido de la violencia en otras partes de Siria a lo largo de los años.
“El año pasado, casi el 70% de las violaciones graves de los derechos de los niños en Siria registradas se produjeron en el noroeste”, dice Unicef. “Este reciente aumento de la violencia se produce en medio de unas condiciones meteorológicas extremas y unas temperaturas bajo cero de récord en Siria y en la región. Al menos cinco niños sirios han muerto en el norte de Siria debido a las duras condiciones invernales solo en las últimas dos semanas”.