Qatar, Egipto y Estados Unidos fijaron este jueves, 15 de agosto, para celebrar una nueva ronda de las largas y complejas negociaciones indirectas entre Israel y Hamas para alcanzar un acuerdo de alto el fuego en Gaza. Los mediadores internacionales fueron tajantes y están presionando y forzando a las partes: “No hay más tiempo que desperdiciar ni excusas de alguna de las partes que retrasen más” este momento. La guerra dura ya más de diez meses y más de 40.000 palestinos murieron en este tiempo.
Este último intento se produce en uno de los momentos más tensos del conflicto, con Irán y el grupo chií libanés Hizbulá amenazando con atacar Israel como respuesta al asesinato de sus líderes y tras el nombramiento de Yehya Sinwar, del ala dura y principal responsable de los ataques del 7 de octubre, como jefe político de Hamas. Los mediadores advirtieron a ambas partes que no dudarán en culparles públicamente del fracaso de las negociaciones si no se logra un avance —incluido EEUU señalando a Israel—, según informa Haaretz citando fuentes diplomáticas.
La primera reunión tendrá lugar en la capital de Qatar, Doha, y a ella asistirán los negociadores de los tres países intermediarios y de Israel, tal y como confirmó a elDiario.es una fuente conocedora de las conversaciones. Debido a que las negociaciones son indirectas, la delegación israelí y la palestina nunca se encuentran cara a cara; Hamas no estará presente este día 15, pero los mediadores informarán al grupo después de las consultas con Israel.
Como ya dijeron los mandatarios de Qatar, Egipto y EEUU cuando convocaron esta nueva ronda de conversaciones, sobre la mesa hay un acuerdo que se basa en el marco anunciado por el presidente estadounidense a finales del pasado mes de mayo y respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
En aquel momento, Joe Biden detalló que el acuerdo incluiría tres fases, empezando por un alto el fuego y la retirada de las tropas israelíes de las zonas pobladas de Gaza. En la primera fase serían liberadas las mujeres, personas mayores y heridos que permanecen en manos de Hamas; y en la segunda fase, todos los rehenes que siguieran vivos, incluidos los militares. En la tercera fase, serían devueltos los cuerpos de los que han fallecido y se empezaría a reconstruir la Franja de Gaza –con un 60% de sus edificios destruidos, según los últimos datos de la ONU–.
En un comunicado conjunto, Qatar, Egipto y EEUU aseguraron la semana pasada que han estado trabajando “incansablemente durante muchos meses para crear un acuerdo marco que está ahora sobre la mesa y sólo faltan los detalles para su implementación”.
“Como mediadores, estamos preparados para presentar una proposición final que resuelva las últimas cuestiones de implementación de una forma que satisfaga las expectativas de todas las partes”, aseguraron los mandatarios de los tres países, que convocaron personalmente la cita para transmitir un sentido de urgencia e importancia, y presionar a las partes.
Acusaciones cruzadas
Hamas afirmó a principios de esta semana que no es necesaria una nueva ronda de negociaciones, sino empezar a aplicar el acuerdo negociado anteriormente y aceptado, en un principio, por las dos partes. Sin embargo, desde finales de mayo el grupo islamista e Israel se han cruzado acusaciones de añadir condiciones a la propuesta estadounidense y de no ceder ante las peticiones del otro.
Una fuente diplomática conocedora de la mediación con Hamas ha revelado a elDiario.es que el grupo espera que de la cita del jueves, en la que no participará, salga “una propuesta seria de Israel”.
Hamas se ha quejado de que “los israelíes han reintroducido algunas condiciones y han matado a Haniyeh”, lo cual hace que los islamistas desconfíen de sus intenciones, según la fuente que ha pedido el anonimato. Ismail Haniyeh era el líder político de Hamas y fue asesinado hace dos semanas en un ataque en Teherán atribuido a Israel. La fuente ha agregado que los representantes de Hamas han trasladado a los mediadores que están dispuestos a reunirse con ellos después del encuentro del jueves, “si hay desarrollos y una respuesta seria de Israel”.
Por otra parte, una fuente egipcia cercana a las negociaciones dijo al periódico Al Ahram que Hamas no quiere ofrecer a Netanyahu la oportunidad de fingir que quiere negociar al tiempo que continúa la ofensiva contra la Franja. “Netanyahu no quiere poner fin a la guerra, quiere continuar la guerra, al menos hasta las elecciones estadounidenses” del 5 de noviembre, afirmó la fuente. Además, consideró que Israel no detendrá su ofensiva hasta acabar con el líder de Hamas dentro de Gaza, Yehya Sinwar –el último dirigente destacado del grupo que sigue con vida y que sustituyó a Haniyeh al frente del ala política de Hamas, siendo actualmente su máximo dirigente–. Según Al Ahram, los negociadores palestinos adoptarán una postura más rígida ahora, bajo el mando de Sinwar.
Un portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Vedant Patel, dijo esta semana que desde Qatar han asegurado al Gobierno estadounidense que “van a trabajar para que Hamas esté representado” en la ronda de negociaciones que empieza este jueves. “Es el momento de que Hamas libere a los rehenes que quedan [en sus manos], incluidos los ciudadanos americanos. Esperamos que las conversaciones sigan adelante tal y como deberían”, afirmó Patel preguntado por la prensa en Washington.
Este martes, la Oficina del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha defendido al jefe del Gobierno y ha negado que éste haya querido introducir nuevas condiciones a la propuesta negociada en mayo. “De hecho, es Hamas el que ha pedido 29 cambios a la propuesta del 27 de mayo, algo que el primer ministro ha rechazado”, aseguró en la red social X.
En una serie de mensajes, la oficina ha defendido que Israel sólo detalló algunos de los términos de la propuesta de mayo en una carta el pasado 27 de julio y no modificó esos puntos ni agregó nuevos. El principal de ellos es el relativo al corredor Netzarim, que divide la Franja en dos, separando el norte del sur. Israel ha destacado que, según lo acordado en mayo, sólo los civiles desarmados pueden cruzar del sur al norte de Gaza a través de ese corredor que ha creado el Ejército israelí en los pasados meses.
Parecería que la oficina del primer ministro respondió de esa forma a informaciones publicadas este martes por The New York Times, que señalan que Israel envió una lista de nuevas condiciones –menos flexibles– a los mediadores a finales de julio, según documentos no publicados a los que ha tenido acceso el periódico estadounidense. “Los documentos dejan claro que los movimientos entre bambalinas del Gobierno de Netanyahu han sido extensos y sugieren que un acuerdo puede ser difícil de alcanzar en la nueva ronda de negociaciones”, escribió The New York Times.
Asimismo, el periódico explica que Israel pidió que sus tropas mantengan el control de la frontera de Gaza con Egipto –que conquistaron a principios de mayo– y se mostró menos flexible respecto a la vuelta de los civiles al norte de la Franja, de donde fueron expulsados por el Ejército israelí en las primeras semanas de la ofensiva.
Según The New York Times, en la carta enviada el 27 de julio, Israel volvió a plantear la necesidad de inspeccionar a los civiles que regresen al norte para asegurar que no llevan armas, a través de un mecanismo “acordado” con Hamas. Fuentes oficiales de alto nivel israelíes y líderes de las fuerzas de seguridad de este país han dicho a The New York Times que están a favor de mantener los controles de seguridad para inspeccionar a los civiles palestinos, pero no consideran que este punto sea tan importante y que la prioridad a la hora de llegar a un acuerdo debe ser la liberación de los rehenes.
El diario agrega que otro de los puntos más polémicos que Israel incluyó en su carta del 27 de julio es el control del área entre la frontera de Gaza y Egipto, conocida como corredor de Filadelfia –que el propio Egipto no aceptaría–.
La posición israelí ha provocado tensiones en su propio Gobierno. “La razón por la que el acuerdo [de alto el fuego] se retrasa es, entre otras, Israel”, afirmó esta semana el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en declaraciones recogidas por el periódico israelí Maariv. La oficina de Netanyahu, en cambio, asegura que el único obstáculo para el acuerdo es Sinwar.
Tensiones regionales
La comunidad internacional lleva dos semanas intentando rebajar las tensiones en Oriente Medio para evitar un conflicto a gran escala entre Israel y los integrantes del llamado 'Eje de la Resistencia', encabezado por Irán. Las autoridades iraníes han prometido que vengarán la muerte de Haniyeh en Teherán, al igual que el grupo libanés Hizbulá ha asegurado reiteradamente que responderá al bombardeo israelí que acabó con la vida a su máximo comandante militar, Fuad Shukr, en Beirut. Las respuestas a ambos asesinatos selectivos se están haciendo esperar desde el 31 de julio, pero la tensión permanece elevada.
El mediador estadounidense, Amos Hochstein, ha viajado de nuevo a Beirut este miércoles, donde se ha mostrado convencido de que un acuerdo de alto en fuego en Gaza ayudaría a frenar el conflicto en Líbano y una potencial escalada regional, en la que también participe Hizbulá –que se intercambia fuego a diario con las tropas israelíes al otro lado de la frontera libanesa, desde el pasado mes de octubre–. “Podemos alcanzar un final para el conflicto [entre Hizbulá e Israel] ahora, pero entendemos que también tenemos que trabajar para lograr el fin del conflicto en Gaza”, ha declarado Hochstein.
Tres fuentes oficiales iraníes de alto nivel consultadas por la agencia de noticias Reuters han afirmado que un acuerdo de alto el fuego en Gaza puede hacer que Irán decida no tomar represalias por el asesinato de Haniyeh en su territorio. Una de esas fuentes, ha señalado que Irán y sus aliados, como Hizbulá, lanzarán un ataque directo contra Israel si las negociaciones fracasan o si perciben que Israel las está dificultando. Sin embargo, no ha especificado cuánto tiempo están dispuestos a esperar hasta que las conversaciones den algún resultado. Otras dos fuentes de alto nivel cercanas al movimiento chií han explicado a Reuters que Irán va a dar “una oportunidad” a las negociaciones, pero no va a renunciar a lanzar un mensaje a Israel. Según una de esas fuentes, un acuerdo de alto el fuego permitiría a Teherán responder de forma “simbólica”, lo cual evitaría un contraataque israelí de mayor alcance y detendría el círculo de la venganza.
Este martes se ha producido un incidente que, junto a las tensiones y desconfianza ya existentes, podría empañar las negociaciones. Más de un millar de colonos judíos irrumpieron el día 13 por la mañana en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, de gran importancia religiosa y simbólica para los palestinos, clamando por su derecho a rezar en este lugar. También acudió el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, un político ultranacionalista que suele protagonizar acciones provocadoras. “Hemos logrado avances significativos en la soberanía de Israel aquí. Nuestra política es permitir la oración judía” en el lugar sagrado, dijo Ben Gvir en un mensaje divulgado en X.
Desde Doha, el Ministerio de Exteriores condenó en un comunicado los hechos y advirtió del “impacto que estas violaciones pueden tener sobre los continuos esfuerzos para alcanzar un acuerdo de alto el fuego en Gaza”, y pidió a la comunidad internacional que “tome medidas urgentes para detener estos ataques”. También el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha lamentado en un mensaje en X “las provocaciones del ministro israelí Ben Gvir durante su visita a los lugares sagrados”.